Son las seis de la tarde de un domingo de superclásico fallido y Benito Cerati se prepara para salir al escenario principal del Centro Cultural Recoleta junto a su banda, Zero Kill. Por los pasillos deambulan zombis, cosplays y fandancers de k-pop. Hay rondas improvisadas de bailarines de hip hop y twerk, y muchísimos hermanos mayores, padres y curiosos de la cultura centennial en estado de concierto y desconcierto. Mientras tanto, el Patio de la Paz, convertido en un living, se llena de adolescentes para escuchar al booktuber español Josu Diamond, acompañado de tres de sus pares argentinos: Guille Valdata, Gus Funes y Naty Bustamante (A.K.A Tormenta Literaria), para hablar de qué y cómo leen los más jóvenes entre los jóvenes. De eso se trató la segunda edición del Festival Clave 13/17: música, arte y literatura para la generación de nativos digitales.
"Estamos cansados de escuchar que los adolescentes ya no leen", dice Josu Lorenzo Grilli, también autor de la novela Bajo nuestra piel, sobre uno de los lugares comunes más repetidos (y desmentidos) en torno a la relación de los adolescentes con los libros. El español de 22 años lleva ocho recomendando libros en internet: primero lo hizo en su blog, Libros Por Leer, y después en su canal de videos, que hoy tiene 175.000 seguidores. Como fenómeno, el boom de los booktubers parece consolidado. "Desde Harry Potter para acá la literatura juvenil no paró de crecer y en un mercado que lleva tres años de crisis como el argentino, recién ahora parece haber tocado su techo", confirma Sebastián Ansaldi, Director de Marketing y Comunicación del Grupo Planeta. Ese conjunto de títulos que incluye géneros como el fantasy y la distopía, dice Ansaldi, hoy son una pata clave del negocio editorial: "Es indudable que para promocionar este tipo de publicaciones el canal más efectivo hoy son los booktubers. En Planeta los consideramos la referencia más importante entre los comunicadores e influenciadores desde 2015".
¿Qué entendieron de una generación que ya no consume medios tradicionales? Por empezar, una inquietud por armar comunidades. "Para los más jóvenes, hoy la literatura no es solo el placer de leer", explica el cordobés Augusto Funes (19). "Se trata de la posibilidad de ser parte de fandoms, de encontrar a otros que les gusta lo mismo que a vos y compartir ese amor por las historias en el formato que sea". En el mismo sentido, Naty Bustamante (20) considera que estos canales tienen poco que ver con los aspectos técnicos que puedan comentarse de un libro y mucho con el vínculo que se establece con los seguidores. De una forma, BookTube puede pensarse más como una continuidad de los clubes de lectura que como una ruptura con las publicaciones de reseñas literarias. "La esencia de un canal es la persona", afirma, "por eso la mayoría de nosotros toca también cuestiones personales, experiencias que tuvimos y que pueden servirles a chicos y chicas de nuestra misma edad". Josu, por ejemplo, además de recomendar libros, dedica su canal a hablar de temas vinculados con diversidad sexual: "Me di cuenta que en YouTube tenía un espacio para ser alguien a quien mirar y que otros se sientan menos extraños, algo que yo no tuve y me hubiera hecho sentir más acompañado".
En parte como causa y en parte como efecto de estos fandoms, la literatura juvenil explotó a nivel global en la última década. "Hoy se publican tantos títulos para chicos y chicas jóvenes y de temas tan diversos y específicos, que cualquiera puede encontrar un libro que le guste", opina Guille Valdata (20). "Pero además, tenés casos como el de la youtuber Pamela Stupi que publicó un libro y un montón de chicos que nunca habían leído nada lo compraron. Son nuevas formas que pueden acercar a la lectura".
Una pequeña prueba del vínculo entre estas dos explosiones a nivel global: en España -el país de habla hispana con los booktubers de mayor alcance-, mientras la crisis económica golpeaba a la industria editorial como a ningún otro sector, la Fundación SM registraba en su anuario 2014 que las ventas de libros aumentaban un 1% (una cifra modesta pero que fue a contrapelo del resto de los segmentos ese año). Desde Penguin Random House reconocen que si bien el fenómeno de BookTube está mucho menos extendido en Argentina que lo que lo está en países como España o México, los booktubers ayudan a difundir información a un público afín, con seguidores que son lectores o jóvenes interesados por los libros, que aunque no tengan públicos masivos sí tienen públicos ajustados.
Además los múltiples quiebres que hicieron los centennials en relación a la literatura, hay uno que parece determinante en el plano del contenido y tiene que ver con los estereotipos de género. "La literatura juvenil es la que más tabúes trata y mayor diversidad muestra en sus tramas y personajes", apunta Josu, "funciona en ambos sentidos: en parte motoriza y en parte refleja que somos una generación mucho más abierta y tolerante con lo diverso".
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