Cometió un terrible error en Pasaplatos y casi incendia el estudio: “Hay que tener cuidado”

Esta semana Pasaplatos (El Trece) inició una nueva etapa en la competencia, con los grupos ya definidos, la carrera por el título de “mejor cocinero” está en camino y los 30 participantes lo darán todo por un lugar en la preciada final. Desde su comienzo, el estudio experimentó diferentes situaciones hilarantes y emotivas, pero este martes uno de sus aspirantes cometió un terrible error y casi lo incendia todo.

En una jornada que mantuvo expectantes a todos los cocineros, la primera prueba del día consistió en preparar una suprema Maryland. En esta oportunidad, Pablo Massey y Juan Gaffuri ya cuentan con sus equipos completos y durante el desempeño del programa evitarán perder cada viernes a uno de sus integrantes, a excepción de que no cometan imprudencias graves como Amir Ddin.

Luego de recibir las indicaciones de los chefs acerca de los pasos cruciales para obtener un buen plato y así permanecer en la competencia, las hornallas se encendieron y todo comenzó a ser un problema para Amir, quien desde el primer momento manifestó que estaba tranquilo pero sus gestos en la cocina demostraron lo contrario.

A pesar del carisma de Carina Zampini, quien siempre se destacó por ser compinche de los participantes, aquí no bastó para calmar al pobre de Amir, que al momento de freír una de sus milanesas cometió un grave descuido con los utensilios de cocina. Según capturó la cámara, derramó aceite sobre la hornalla encendida y aunque esta sea eléctrica, rápidamente generó una combustión y se prendió fuego.

Con la primera llamarada nadie se percató, pero tras volver a cometer la equivocación, se incendió por completo el sitio donde Amir cocinaba. Gracias a la ayuda inmediata de Roberto Ottini, lograron ahogar el fuego y todo continuó en su respectiva normalidad. “Ojo, ojo. Hay que tener cuidado que no caiga aceite arriba”, advirtió Zampini al tiempo que el jefe de cocina asistió al participante. “Despacito, despacito”, remarcó.

Tras una preparación convulsionada, minutos más tarde los cuatro cocineros le acercaron sus platos a los chefs y entre ambos decidieron quiénes continuarían o quienes permanecerían en zona de riesgo. Luego de degustar la suprema Maryland de Amir, Massey lamentó: “Se olvidó el puré. No está en el plato”. “Es un mal comienzo”, acotó Gaffuri y su colega contestó: “Es un gran olvido”. Este segundo error le valió al concursante otra oportunidad antes del viernes de eliminación, mientras que su compañera ascendió a la tribuna ganadora.

Llevó a Pasaplatos las cartas del tarot y le predijo el futuro a Carina Zampini: “El diablo”

Durante la etapa inicial de Pasaplatos se presentó la audición de Sofía Gasull en donde expresó su amor por la cocina y explicó los motivos de participar en el concurso culinario. “Yo tengo dos grandes pasiones. La cocina y el tarot. Tengo 30 años, soy de Castelar y desde muy chica veía los programas de cocina y todo me llamaba la atención”, comenzó.

Luego de la presentación, la conductora le pidió a la concursante una sesión cortita para recibir alguna advertencia hacia el futuro debido a que esta llevó sus cartas al programa. Además, incluyó a Ottini en la propuesta.

Según la aspirante, las cartas son para “evolucionar”, se definen así y emiten consejos o guías del rumbo que se debe tomar. Tras la breve explicación, acomodó el mazo y Zampini se dispuso a retirar la primera. “Esta carta nos habla que es un momento de liberación que está presentando algo que se abre, una apertura porque hay nuevas ideas, hay nuevos deseos que están llegando”, definió Sofía para con la conductora.

Luego de ello, Zampini le insistió al jefe de cocina para realizar lo mismo y fue allí cuando todo se descolocó. “El diablo”, pronunció la tarotista al tiempo que Ottini y Carina se alejaron de ella con una corrida por el estudio. Después de las risas, Sofía detalló el significado positivo de la imagen. “No hay que tenerle miedo a lo que te puede tocar. Esta carta nos habla de muchísima creatividad. Esta carta nos habla de comenzar a ser protagonistas de nuestra propia vida desde donde estemos. El diablo tiene algo infantil, está sacando la lengua. Es risa el diablo, entonces habla de compartir esa risa”, completó.

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