Comedia negra con destellos de luz
Dos almas que en el mundo.Autor: Vicente Battista / Dirección: Walter Velázquez / Intérpretes: Paula Kohan y Mariana Jaccazio / Dirección musical y arreglos: Gerardo Gardelin / Vestuario: Danny Di Luciano / Iluminación: Ricardo Sica / Ambientación: Lucas Martínez Bojanich / Producción ejecutiva: Roni Isola / Producción general: Mariana Jaccazio / Sala: Cultural San Martín (Sarmiento 1551) / Funciones: martes, a las 21 / Duración: 55 minutos.
Nuestra opinión: buena.
Una mujer adulta cuida a su madre, ya moribunda, pero con una gran vitalidad para el mal, para manipular y para destruir. Vicente Battista es el autor de Dos almas que en el mundo, la historia sobre un vínculo complejo, que comienza a estallar cuando la hija decide finalmente rehacer su vida sentimental y presentar a su candidato.
Jaccazio es una figura de los musicales porteños, versátil, puede interpretar a una monja (Sorpresas), a una adolescente (Despertar de primavera), componer a Alfonsina Storni (Yo, Alfonsina) o mostrar su costado más sensual (Chicago o Perdón por ser tan puta). En esta obra le da vida a una mujer sumisa, sufrida, que padece el abandono y que canta su dolor mientras toca el piano. Torturada psicológicamente por su madre, reprime sus ganas de estrangular la voz de esa mujer siniestra. El texto muestra lo que ocurre en el interior de su personaje, y Jaccazio puede, en cuestión de segundos, dejar de ser aquella criatura indefensa, para convertirse en una bestia. Por su parte, Kohan sorprende con este trabajo. Con apenas algunos accesorios, la joven actriz que sorprendió a todos en Baraka y hoy en día vuelve a hacerlo en Almas ardientes, interpreta a una mujer mayor. La caracterización, por lo tanto, no está dada por el vestuario. En su personaje hay un gran trabajo corporal, vocal, y además arrulla (o perturba) con su canto lírico. En la criatura de Kohan, en su crueldad, recae el humor de esta historia, y así la actriz demuestra su gran pulso para la comedia.
Esta pieza está dirigida por Walter Velázquez, quien siempre plasma en sus espectáculos una dosis de ternura y de entretenimiento para capturar al espectador. En los distintos géneros en los que el realizador -experto en clown- incursiona y para los diferentes públicos a los que llega (en el Cervantes presentó para toda la familia El capitán Beto) agrega elementos que hacen brillar a sus intérpretes, por más oscura que sea la historia que cuente (un ejemplo fue su bellísima obra El despertar de Clara). Dos almas... es el encuentro de cuatro artistas talentosos en esta comedia negra con destellos de luz y esperanza.