Coco Oderigo y los Espartanos: el rugby como solución para que los presos que salen en libertad no reincidan
Oderigo recibe al ciclo de LN+, Hablemos de otra cosa, en una de las canchas de rugby del SIC, uno de los clubes más emblemáticos de San Isidro
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Cárcel, rugby y redención. Una combinación que parecía imposible pero que Eduardo “Coco” Oderigo hizo realidad: por medio del entrenamiento en ese deporte, que pacientemente imparte a presidiarios ha conseguido un logro notable: bajar sustancialmente la reincidencia de quienes, al cumplir su pena, consiguen su libertad. “Empecé a jugar al rugby a los 9 años. A los 51 años, juego pero cada vez menos”, se sincera cuando habla de sus antecedentes personales.
Oderigo recibe al ciclo de LN+, Hablemos de otra cosa, en una de las canchas de rugby del SIC, uno de los clubes más emblemáticos de San Isidro en materia de rugby, y cuenta con felicidad su hazaña: “El deporte enseña que dentro de las reglas todo, y afuera hay que portarse bien; también cómo ser mejores y a canalizar miedos y frustraciones dentro de una cancha. Los All Blacks nos mandaron un mail para venir a vernos. Y vinieron. Y con quince Espartanos visitamos al Papa en Santa Marta.”
Se llaman a sí mismos Espartanos, como aquellos gladiadores aguerridos y valientes de la Antigua Grecia que se enfrentaban con los poderosos persas, sin importarles su inferioridad de condiciones.
En este caso, los Espartanos son los presos que se entrenan bajo el ojo atento de Oderigo y poco a poco se van redimiendo de sus pasadas oscuridades para reinsertarse algún día nuevamente en la sociedad, sin volver a caer en los delitos que los llevaron a perder la libertad. “El nombre de Espartanos se le ocurrió a uno de los presos”, le recuerda Coco al periodista Pablo Sirvén.
“Querés traer un deporte violento a un lugar violento”, le decían a Oderigo cuando llevó la idea a la más alta jerarquía de una prisión. “Convencí al director de la cárcel de hacer un primer entrenamiento y le gustó”, rememora con una sonrisa en la boca.
Conste que el programa de Oderigo no consiste en que los presidiarios sumen puntos para bajar su tiempo tras las rejas. “No queremos que los detenidos se vayan antes de la cárcel. No estamos de acuerdo con la reducción de la condena por jugar al rugby”, aclara por LN+.
Abogado penalista, de familia relacionada con la Justicia, jugador de rugby en el SIC, Coco cuenta cómo la vida lo llevó por un camino tan inesperado.
“Ahora -revela- intento ser mejor persona que antes. Abrir los ojos y meterse en un lugar distinto te hace mirar distinto. Trabajé quince años en el Poder Judicial. En Tribunales, noté que los presos que entraban y salían eran los mismos.”
Cualquiera que siga con cierta atención la crónica policial más sangrienta recordará que muy seguido los delitos más resonantes son cometidos por personas que estuvieron detenidas, pero que recuperaron la libertad ya sea porque cumplieron su pena o porque recibieron el beneficio de la reducción de la misma por distintas razones. La mayoría de ellas vuelven a delinquir. “Hay algo que falla en la salida de la cárcel. Descubrí la pata que faltaba cuando un amigo del club a quien le gustaban los policiales me insistió para ir a la cárcel”, cuenta Oderigo. Y agrega: “Lo que vi ahí no me gustó. Mucha gente sin hacer nada. Pensé: ‘acá hay que hacer algo’. Nadie se preocupaba con qué pasa cuando salen de la cárcel. Siempre nos preguntamos quién se anima a darle trabajo a alguien que sale. La idea es que siempre puedan integrarse. Todas las personas merecen una segunda oportunidad”.
De esta emisión de Hablemos de otra cosa también participaron dos Espartanos, hoy ya en libertad y felizmente reintegrados a la sociedad, Matías Nuesch y César Gómez.
Neush, Espartano en libertad, nos cuenta que conoció ese programa en 2013, cuando estaba preso en Olmos. “No había hecho deportes nunca -detalla-; ya libre, en la iglesia me encontré con una de las personas que había robado. Le pedí disculpas y le dije que sabía que el susto no se lo sacaba nadie. El rugby me enseñó a valorar a las personas”. Y agrega: “En mi trabajo [atiende en una estación de servicio], al principio había muchos prejuicios conmigo. Mis compañeros de trabajo cuidaban sus billeteras. Hoy siento que son parte de mi familia”.
Coco completa: “El mensaje siempre es no pasarse de la raya. Trabajamos el autocontrol adentro y afuera. Para los detenidos hoy el rugby es parte de la solución. Practicamos valores de la vida dentro de la cárcel”.
Ahora es César Gómez, otro Espartano ya reintegrado a la sociedad, que relata su experiencia: “Estaba en la ‘leonera’ y en el rugby vi una oportunidad distinta. La vida en la cárcel es difícil. En el 2017 recuperé mi libertad, me costó reinsertarme. Atravesar el estigma fue todo un desafío. Trabajo en los paradores de la noche en la ciudad”.
Los resultados están a la vista: “En las cárceles de 21 provincias de la Argentina -finaliza Oderigo-, en hoy se juega al rugby. En 6 cárceles de mujeres hay rugby y hockey. De 121 que salieron de prisión, 117 están trabajando De ellos solo cuatro reincidieron. Este modelo se replica en todo el mundo. Los políticos deberían aprender de Espartanos”.
El programa Hablemos de otra cosa se emite los viernes a las 23, por LN+
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