“Close”, la película nominada a los Premios Oscar que cuestiona la amistad y los vínculos
Un filme intenso que llega a los cines el 23 de febrero; su director cuenta más detalles de la trama juvenil
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Léo aparece corriendo como si estuviera en una maratón, como si quisiera ganarle la carrera a la vida.
Dos segundos después se deja ver a Rémi, su mejor amigo, que lo alcanza en un recorrido frenético entre un campo de flores y con la sonrisa de ambos a flor de piel, en una tierna imagen que parece una celebración de su amistad inquebrantable. Ambos tienen 13 años y han construido un vínculo que parece indestructible.
Sin embargo, metafóricamente, pronto Léo tomará la delantera e irá dejando atrás a su amigo. Un nuevo año en la escuela, nuevos amigos y otras experiencias van abriendo una brecha en ese vínculo que antes los unía. Rémi parece no asimilar el cambio. El verano termina, las clases se reactivan y esa amistad recibirá una herida profunda. Así se puede describir lo que pasa en la película ‘Close’, que ofrece una radiografía muy dramática de ese ciclo de cambios que afectan a Léo y Rémi, a través de una estética muy cuidada, planos cerrados entre los personajes (para acentuar esa cercanía) y un tono que se esmera en registrar su cotidianidad y una tensión creciente que lleva a los chicos no solo a desconectarse, sino a experimentar una tragedia.
Dada la sensibilidad con la que se exponen temas como la amistad, el amor, la transición de la niñez a una nueva madurez, el dolor, la homofobia y hasta el matoneo (agresión, bullying escolar) la cinta ha recibido el aplauso en diferentes festivales y un lugar en la contienda de los próximos premios Óscar, en la categoría de mejor película extranjera. No es para menos, ya que las actuaciones de Eden Dambrine y Gustav de Waele son demoledoras y muestran ese ciclo de empatía, dolor y culpa de una manera muy honesta. Ambos son actores no profesionales, que ahora se descubren en este filme, que se estrena el 23 de febrero en salas de cine y desde el 23 de abril en la plataforma de streaming MUBI.
Duele Crecer
“Cuando terminamos el guion sabíamos lo importante que era encontrar a chicos que estuvieran pasando por ese ciclo preciso entre la niñez y la pubertad. Visitamos una serie de escuelas y creo que encontramos a unos seres humanos con un extraordinario talento e inteligencia emocional, a veces creo que no los escogimos, sino que ellos nos escogieron a nosotros. Tuvimos unas conversaciones muy bellas y sentí que podíamos aprender más como sociedad acerca de la juventud. El lenguaje que expresaron fue muy puro y a la vez muy radical”, contó el director de la película, Lukas Dhont, en una charla con EL TIEMPO.
“Ellos tenían diferentes personalidades, pero no tuvieron miedo en explorar una intimidad desde el punto de vista de la amistad”, recalcó. Y resulta bastante intensa la manera en la que revelan sus sentimientos, en un relato que salta de la camaradería a la separación, con una química muy fuerte.
“Tuvimos seis meses de ensayos, vimos películas, hicimos panqueques y con ese tipo de cosas fuimos creando ese circuito íntimo de amistad que tenía que ser auténtico y totalmente transparente entre los actores y la audiencia”, reconoce Dhont. La cinta belga parece dividirse en dos momentos: el de la alegría y de la amistad, y el del choque al ir creciendo. Léo va abriendo su espectro social, pero Rémi no puede, se siente abandonado y esa experiencia podría estar ligada a conflictos muy profundos. Hay una reflexión acerca de la masculinidad, y su amistad parece estar condicionada a diluirse.
“Era más interesante revisar esa masculinidad por fuera de otras esferas que la han representado en el cine, como por ejemplo la fuerza, la brutalidad o la virilidad, estábamos buscando conectar de otra manera”, recalca el director, que antes de dedicarse al cine pensó en ser bailarín, y en esta película consigue una impactante coreografía de sentimientos y dolores, sin probar pasos excesivos, calculando la conexión física entre Léo y Rémi, revelando situaciones y movimientos que están totalmente por fuera de su control.
Soñar con el premio Oscar
“A los 12 años me di cuenta de que quería hacer películas y mi madre me dio una pequeña cámara y comencé a experimentar los fines de semana. Recuerdo que mi hermano se disfrazaba de vampiro y grabábamos muchas historias. Los Oscar fueron parte de mi infancia, pienso que soy un privilegiado al recibir ese tipo de reconocimiento, estoy feliz”, afirma Dhont.
“Cuando acabas una película dejas atrás una colección de imágenes, detalles y posibilidades, pero al ver las reacciones de la gente te reconectas y es extraordinario ver que te vinculas con esos sentimientos y cómo impactas con tu trabajo”, dice emocionado el realizador, que ya había recibido la Cámara de Oro en el Festival de Cannes en el 2018 por Girl. Girl cuenta la historia de Lara, una chica transgénero de 15 años que sueña con convertirse en bailarina, pero tiene que enfrentarse al tratamiento hormonal, luchar por su identidad y soportar el acoso de sus compañeras de escuela.
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