Xanadu, el musical con musas griegas, patines y Gene Kelly que fue uno de los grandes fracasos de los 80
A la hora de nombrar musicales de principios de los 80, la mayoría de los nostálgicos probablemente recuerde a los ambiciosos jóvenes de Fama, a la huerfanita de Annie o a la bailarina-soldadora de Flashdance. Sin embargo, ninguna de estas películas supo condensar el espíritu de la década que comenzaba como Xanadu (1980), de Robert Greenwald. Glitter, polainas, flecos, animal print, hombreras, patines de rueditas, colores flúo y luces de neón: todo lo que fue considerado cool en los ’80 formó parte de esta fantasía musical protagonizada por Gene Kelly y Olivia Newton-John, de cuyo estreno se cumplieron 40 años.
Su banda de sonido, interpretada por Newton-John y Electric Light Orchestra (ELO), que incluía canciones como "Magic", "Suddenly" o el recordado tema central de la película, "Xanadu", se convirtió en un éxito enorme. La misma ocupó los primeros puestos de los ránkings musicales de la época y vendió más de dos millones de copias. Xanadu fue, también, la última película de una leyenda de Hollywood como Kelly. Sin embargo, el film pasó a la historia como un fracaso estrepitoso que inspiró, junto a Can’t Stop The Music –el musical de los Village People-, la primera entrega de los premios Razzie a lo peor de Hollywood, en la que Greenwald se llevó el premio al peor director.
Un musical sobre ruedas
Entre mediados y fines de los ‘70, la alegría liviana de la música disco permitió a muchos jóvenes exorcizar bailando la violencia que sufrían fuera de las pistas o al menos ser alguien en ellas, premisa en la que se basa Fiebre de sábado por la noche, de 1977. En el marco de este fenómeno surgieron las roller discos, en las que era posible desplazarse en patines al ritmo de Donna Summer o Boney M. Xanadu nació como un intento de dar cuenta de este fenómeno, algo que ya habían ensayado en 1979 películas como Roller Boogie, con Linda Blair, y Roller Rock USA, debut en cine de Patrick Swayze.
Según contó el guionista de Xanadu Marc Reid Rubel en el documental Going Back to Xanadu, que acompañó la edición en DVD en 2008, la idea original era hacer una película de bajo presupuesto con música disco que reflejara la tendencia de los roller skaters que pululaban por los paseos marítimos de Los Angeles. Sin embargo, las cosas cambiaron cuando se sumó Newton John, una de las cantantes del momento, que venía de protagonizar el exitoso musical Grease (1978) junto a John Travolta. Ni hablar cuando los productores lograron convencer al legendario Kelly, quien llevaba un tiempo alejado de los sets, dedicado a criar a sus hijos tras la muerte de su segunda esposa. Al parecer, la estrella de los años dorados del musical en Hollywood accedió a formar parte del film a sus 67 años porque el rodaje le quedaba cerca de su casa, aunque advirtió a los productores que no pensaba bailar.
"Una noche me fui a dormir pensando que iba a hacer una película de roller disco y al otro día desperté con la mayor estrella femenina de la música del momento y un icono del musical en el cine", recordaría años después Kenny Ortega, quien coreografió la película junto a Jerry Trent y más tarde dirigiría las tres entregas de la franquicia High School Musical. La buena química que surgió entre él y Kelly fue clave para que, finalmente, el protagonista de Cantando bajo la lluvia accediera a bailar en Xanadu.
Un argumento flojo para una película excesiva
Si bien el adjetivo que mejor describe a Xanadu es excesiva, su argumento es simple: Sonny Malone (Michael Beck, que venía de protagonizar Los guerreros, de Walter Hill) es un joven artista frustrado de Los Angeles que se dedica a reproducir tapas de discos a gran escala. Un día se topa en la costanera con una hermosa chica, Kira (Newton-John), quien lo besa y desaparece rápidamente. Poco después, Sonny la descubre en la tapa de uno de los discos que tiene que copiar y comienza a buscarla, hasta que la encuentra patinando en un enorme teatro abandonado.
Pero Kira no es una chica cualquiera: hija de Zeus, es una de las musas griegas y su misión es ayudar a Sonny a abrir su propio nightclub. Para lograrlo, el joven artista contará no sólo con su inspiración sino también con la colaboración de Danny McGuire (Kelly), exintegrante de una big band que conoció en el pasado a una jovencita muy parecida a Kira. Hacia el final, Sonny y Danny logran abrir su club en aquel viejo teatro y lo bautizan "Xanadu", nombre que remite a la ciudad en la que tenía su palacio de verano el emperador mongol Kublai Kan (y también a la mansión de Charles Foster Kane en El ciudadano).
"Cuando recibí el guion tenía apenas 45 páginas y era muy débil, para decirlo de forma amable", recordó Greenwald tiempo después acerca de su ópera prima. De hecho, el guion original de Rubel fue reescrito varias veces y sobre la marcha. El resultado final es una sucesión de números musicales aislados sin gran peso narrativo que hacen que el producto final se asemeje más al collage desenfrenado de un artista pop que a una película con un hilo argumental.
Apenas pasados tres minutos del film, por ejemplo, la película apura un clímax cuando las musas pintadas en una pared cobran vida al ritmo "I’m Alive" de ELO y corren por autopistas y playas dejando una estela de luces de neón detrás de sí. Otras escenas, en cambio, reproducen la estética del videoclip, como la del duelo musical entre la banda de hard rock californiana The Tubes y una big band de los años 40, en la que chicos de pantalones metalizados y chicas en strapless se fundían con muchachos de traje y corbata que hacen girar las polleras plato de sus compañeras. La escena en la que Sony y Kira llevan a Danny a una tienda a probarse ropa es la expresión misma del desborde: mientras suena "All Over The World", de ELO, Kelly se prueba bailando distintos atuendos (entre ellos uno de torero rosa pastel y otro de cowboy con flecos brillantes), en una secuencia que parece haber inspirado el desfile en el guardarropas de Ken en Toy Story 3. A su alrededor, en tanto, pasa de todo: un chico repta por el piso disfrazado de hombre-araña, una modelo se descuelga en bikini de un perchero y tres muchachos con jopos de colores asoman entre los estantes.
La apoteosis final y dos añadidos de último momento
Hacia el final, cuando Sonny y Danny inauguran finalmente su boliche, Xanadu estalla en una bacanal de baile, música y hasta malabarismo y equilibrismo que impacta por la acumulación de recursos. Kelly encabeza un cortejo de 60 bailarines que recorren junto a él la pista en una especie de haka sobre patines al grito de "¡Ho! ¡Ho! ¡Xa-na-du!". Es entonces cuando aparece Newton John cantando la pegadiza "Xanadu", seguida de un medley en el que pasa por cuatro cambios de vestuario, baila tap, canta un tema de rock, otro country y cierra con los acordes finales de "Xanadu" disfrazada de princesa intergaláctica.
El hecho de que dos de las escenas más recordadas de Xanadu hayan sido añadidas una vez finalizado el rodaje da cuenta de que lo que pasaba ahí no estaba demasiado claro para nadie. Según contó el dibujante Don Bluth en Going Back to Xanadu, uno vez concluida la filmación el productor Joel Silver comprobó que se habían olvidado de incluir uno de los temas de ELO, "Don’t Walk Away" (Jeff Lynne, el líder de la banda, compuso cinco de los temas, mientras que los otros cinco eran de John Farrar, colaborador habitual de Newton-John). Para no convocar nuevamente al elenco, Silver tuvo la insólita idea de encargarle a Bluth, que venía de trabajar en los estudios Disney, un corto animado en el que los dibujos de Sonny y Kira saltan, bailan y hasta se transforman en pececitos y pájaros.
En tanto, el homenaje a la época dorada de Hollywood en el que se ve a Kelly bailar junto a Newton-John "Whenever You’re Away From Me" en un amplio salón palaciego fue añadido después de que, tras una proyección para la prensa, ésta lamentara que la película no incluyera lo que más ansiaban ver: un número de baile entre los dos.
Un estreno con críticas demoledoras
Después de un año de trabajo y una inversión de unos 20 millones de dólares, Xanadu se estrenó el 8 de agosto de 1980 en Estados Unidos con la promesa de incluir "la banda de sonido original más excitante desde Fiebre de sábado por la noche". Sin embargo, las críticas fueron demoledoras. La revista estadounidense Esquire resumió su opinión con un juego de palabras, "Xana-don’t" ("Xana-no lo hagas"). Variety dijo que se trataba de "una película estupendamente mala cuya única salvación es la música" y describió a Newton-John como "una bombita de luz en patines". La recaudación arañó los 23 millones de dólares (El imperio contraataca, que se estrenó el mismo año y contó con un presupuesto similar, facturó 557,7 millones).
"Parecía algo fresco, entretenido e intrigante. También me gustaba la idea de que Xanadu trasladara al público a un hipnótico mundo de fantasía y aprecié que no tuviera violencia alguna", comentó años después Newton-John en su autobiografía Don’t Stop Believin. A pesar de sentirse avergonzada por el resultado, aseguró que el solo hecho de haber bailado junto a Kelly había hecho que valiera la pena. La admiración fue mutua. Según diría la viuda del bailarín, Patricia Kelly, éste sintió gran afecto y respeto por la cantante. "Gene pensó que la idea de mezclar el musical más antiguo con la fantasía más pura era maravillosa. Pensó que funcionaría, pero no funcionó", añadió.
El film le hizo un flaco favor a sus protagonistas: Newton-John tuvo un exitoso recorrido como cantante, pero no logró construir una carrera promisoria en el cine, y Beck confesó que después de interpretar a Sonny, nadie lo volvió a llamar para interpretar papeles de calibre. Por su parte, Kelly se despidió del cine con una película que no estaba a la altura de su trayectoria, por más que brillara en Xanadu como lo hacía siempre.
Con los años, la película de los estudios Universal adquirió el estatus de culto e incluso inspiró un musical paródico que se estrenó en Broadway en 2007. Excesiva y caótica, pero nunca aburrida, 40 años después de su estreno hay que reconocerle a Xanadu una libertad que parece de fantasía a la luz de la rigidez con la que se manejan los grandes estudios de hoy.
Xanadu está disponible para alquilar en Claro Video, Google Play Películas y iTunes.
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