William Hurt y un pequeño gran papel que resume toda su carrera en el cine
Apenas 10 minutos en pantalla le alcanzaron al gran actor fallecido el último domingo para lograr su última nominación al Oscar; la película fue dirigida en 2005 por otro grande, David Cronenberg
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Cualquier intento de evocar en la Argentina la vida de William Hurt a través de sus películas es una misión imposible. Tenemos mucha mala suerte con la filmografía de uno de los grandes actores del cine estadounidense de las últimas tres décadas y media, que murió el domingo pasado a los 71 años. Ninguna de las películas que lo convirtieron en figura influyente de la pantalla desde la década del 80 está disponible en las plataformas de streaming.
Cuerpos ardientes, Estados alterados, Un tropiezo llamado amor, Reencuentro, El corazón de la ciudad, Te amaré hasta matarte y Gorky Park, entre muchas otras, brillan por su absoluta ausencia en ese mapa y solo parece posible por ahora llegar a ellas a través de alquileres y/o compras vía Apple TV y Google Play.
Lo mismo pasa con El beso de la mujer araña, una película que tiene mucho que ver con la Argentina (está basada en una novela de Manuel Puig y fue dirigida por Héctor Babenco) y que le dio a Hurt el Oscar al mejor actor protagónico en 1985. Y también con Te amaré hasta matarte y Detrás de las noticias, que en los dos años subsiguientes, 1986 y 1987, sumaron para el actor otras dos nominaciones, en ambos casos como actor de reparto.
Ahora que se acerca una nueva ceremonia del Oscar y el nombre de Hurt seguramente estará presente en el segmento In Memoriam, el recuerdo de un actor tan destacado muestra espacios vacíos muy ostensibles si queremos revisar su carrera desde la Argentina. Solamente nos queda el consuelo, valioso al fin, de reencontrarnos vía streaming con Hurt en el pequeño gran papel que le permitió ganar su cuarta y última nominación. Fue en 2005 gracias a Una historia violenta (A History of Violence), una de las grandes películas del canadiense David Cronenberg.
Inspirada en una novela gráfica que John Wagner y Vince Locke hicieron en 1997, Una historia violenta nos habla de un hombre llamado Tom Stall (Viggo Mortensen, el astro de Hollywood más cercano a nuestro país, en una de sus mejores actuaciones) que lleva adelante una vida apacible en un pequeño pueblo de Indiana junto a su esposa (Maria Bello) y dos hijos. Allí maneja un restaurante al que llegan, una noche, dos hombres resueltos a robar y ejercer toda clase de abusos. Stall se enfrenta a ellos y los mata, convirtiéndose inmediatamente en la imagen perfecta del héroe estadounidense.
Sin embargo, lo que aparecía al principio como la admiración y el reconocimiento unánime hacia una acción virtuosa empieza a transformarse en un calvario para Stall. Sobre todo desde el momento en que llega al pueblo un hombre enigmático de traje y anteojos oscuros (Ed Harris) que empieza a tratarlo con otro nombre y a recordarle un pasado que parece ajeno y completamente extraño. La película es una compleja, minuciosa y admirable pintura de la encrucijada a la que se enfrenta el flamante héroe, dividida entre una historia que al principio no parece pertenecerle y un presente en el que, de a poco, aparecen preguntas incómodas.
¿Quién es realmente Tom Stall? La pregunta planteada por Cronenberg con su habitual estilo de narración preciso y casi quirúrgico empieza a envolver sobre todo a sus seres más cercanos, su esposa y su hijo adolescente, sorprendidos y desconcertados frente a un nuevo escenario familiar que se caracteriza por las tensiones, amenazas y peligros. Hasta allí, Stall parecía un hombre pacífico. El único escenario de violencia al que se exponía la familia comprometía al hijo adolescente, víctima en la escuela secundaria de las constantes provocaciones de un grupo de compañeros.
“La violencia es innata en los humanos. Somos esa extraña criatura que puede formar conceptos abstractos, por lo que podemos concebir también la no violencia. Hay personas que además piensan que un mundo lleno de paz sería aburrido y llevaría a una pérdida de creatividad. Ese es un argumento interesante y perverso, que podría tener algo de verdad”, reflexionó por entonces Cronenberg, un director acostumbrado a encontrar zonas oscuras y terroríficas en el comportamiento de sus personajes.
Pero esta vez no hay imágenes shockeantes de cuerpos transformados o deformados como resultado de algún experimento extraño, como es costumbre en las películas de body horror firmadas por el director canadiense. Esas desfiguraciones son ek resultado, en este caso, de la reacción de un hombre que se siente agredido y, al mismo tiempo, interpelado por un pasado que todavía no pudo o no supo cerrar. “Es una historia muy humana sobre la alienación –precisó Cronenberg-. Es muy estadounidense, pero los detalles son los que hacen al mismo tiempo que esta historia sea también universal”.
El director también definió Una historia violenta como un thriller con varios puntos en común con la obra de Alfred Hitchcock. Sobre todo por el hecho de que el personaje principal es “un hombre inocente al que alguien muy aterrador lo confunde con otra persona y que termina arrastrado hacia un mundo del que preferiría no saber nada”. Esa confusión alrededor de su identidad eleva hasta niveles insoportables el peligro al que se enfrentan tanto el protagonista como el resto de su familia, cuyas vidas se ven constantemente amenazadas.
William Hurt aparece al final de la película, interpretando al hermano del protagonista, cuando los acontecimientos llevan al personaje interpretado por Mortensen a enfrentarse de manera definitiva con todos los fantasmas de su pasado a través de un viaje a Filadelfia. Pocas veces una aparición tan breve (no más de diez minutos) resultó coronada con una nominación al Oscar como actor de reparto.
“William descubrió algunas sutilezas increíbles y capas inesperadas llenas de significado dentro del diálogo. Eso era exactamente lo que quería de él. Su papel es relativamente pequeño en términos de tiempo de pantalla, pero es absolutamente decisivo. El personaje tenía que ser persuasivo, convincente, carismático, aterrador y profundo. Necesitaba un actor de enorme presencia para interpretarlo”, dijo Cronenberg cuando lo eligió para el papel. El director cumplió 79 años el 15 de marzo y se prepara para estrenar después de siete años sin dirigir una nueva película, Crimes of the Future, en la que vuelve a trabajar junto a Mortensen.
Un año después del estreno de Una historia violenta, Hurt aceptó recorrer algunos de los más destacados papeles de su carrera para el semanario Entertainment Weekly. Cuando habló de su personaje en Una historia violenta lo definió como una ser “completamente patético, hilarante, conmovedor, peligroso y letal”. Contó que llegó al lugar del rodaje en Canadá 10 días antes de la jornada prevista para las tomas de lo que se convirtió, al final, en una única escena. “Empecé a trabajar con un entrenador de dialectos y Viggo tenía tiempo para mí todas las noches. Hablamos sobre la historia de los personajes, de dónde venían y de la rivalidad entre hermanos. Ni siquiera leímos las líneas del guión. No quería que esa nominación al Oscar fuese el final del camino. Creo que tengo mucho más en mí para dar”, reconoció.
La muerte de Hurt llevó, entre los innumerables comentarios y revisiones sobre su carrera en el cine, a que un crítico francés descubriera en esos brevísimos 10 minutos de pantalla de Una historia violenta una síntesis casi perfecta de la trayectoria completa del actor en el cine. “Allí están –dijo- la explosión que permanecía latente en Un tropiezo llamado amor, la hipocresía sin manchas de Cuerpos ardientes, la conducta necia que aparece en Detrás de las noticias”.
En sus películas, Hurt solía presentar a sus personajes con algún gesto de sorpresa o asombro frente a lo que estaba ocurriendo. Esa mirada de soslayo inicial comienza de a poco a cobrar densidad hasta que llega el momento de la toma de conciencia completa y de un estallido terminante, completo, que definirá para siempre a esa figura.
En Una historia violenta tarda menos que nunca en alcanzar esa plenitud interpretativa. Los miembros de la Academia de Hollywood, al votar su nombre entre los nominados al Oscar como mejor actor de reparto, se dieron cuenta en 2005 que los grandes actores como William Hurt no necesitan más que un puñado de minutos para resumir toda su historia en el cine.
Una historia violenta está disponible en HBO Max
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