Vuelven los hombres de negro
LA NACION se entrevistó con Tommy Lee Jones y Will Smith, protagonistas del film que aquí se estrenará el jueves
NUEVA YORK.- A Will Smith no le llama la atención que le cuenten que hasta en la Argentina el look "Hombres de negro" -anteojos, traje y corbata negros, camisa blanca radiante- se convirtió en una virtual marca registrada de los conductores de "Caiga quien caiga".
"Tuvo un impacto muy fuerte en todo el mundo. Nunca me lo hubiera imaginado cuando estábamos haciendo la película original. A mí lo único que me importaba era verme bien, cool -confiesa Smith-. Fue una sorpresa encontrarme con que hasta los presentadores de los noticieros nos imitaban con los trajes y los anteojos. Pero donde mejor se nota la gran influencia que ha tenido el look es en los disfraces de Halloween para niños."
Cinco años más tarde, Smith y Tommy Lee Jones están de vuelta como agentes secretos listos para combatir a los alienígenas que se esconden en la Tierra en "Hombres de negro II", la secuela dirigida también por Barry Sonnenfeld que el jueves se estrenará en la Argentina. En plena promoción del film, en un refinado hotel del Upper East Side de Manhattan, los publicistas ponen en claro la única regla: los actores no aceptarán ninguna pregunta acerca de los atentados del 11 de septiembre. Es entendible; "Hombres de negro II" es una de esas tantas películas en las que malvados extraterrestres toman la ciudad de Nueva York como su blanco favorito y en una hora y media hacen explotar cientos de edificios por los aires. Los puntos de comparación con el pasado reciente son demasiados y los promotores de la película -una de las más esperadas de este verano boreal- no quieren que se acose a las estrellas con preguntas serias. Después de todo se trata de una comedia, ¿no?
"Así es", afirma Tommy Lee Jones, de 56, sin mover ni por un instante su característico rostro de piedra. Su semblante y su forma de relacionarse con la gente son completamente opuestos a los de Will Smith, siempre jocoso, exultante y cargado de manerismos. Sin embargo, tanto en el celuloide como en la vida real logran una química excelente, complementándose el uno con el otro.
"Es que solemos ir a los mismos clubes de rap", bromea Smith, de 34, músico que, como en la película original, tuvo a su cargo la canción principal ("Black suits comin´") y está por lanzar su nuevo álbum, "Born to reign".
"Yo también puedo cantar, es que no me lo pidieron para esta película -se apura en aclarar Jones-. En la ducha soy como Plácido Domingo."
Poniéndose un poco más serio, Smith aclara que está muy contento de vestirse nuevamente de negro, pero apunta: "Me considero a mí mismo primero como un rapero. La música es lo que me permite estar todo el tiempo al corriente de lo que sucede, de lo que nos está pasando. Es una forma de diálogo con la realidad. En la actuación, en cambio, uno hace la película en un momento determinado y después ya no le pertenece, es del director y el trabajo ya no se puede modificar".
Para este joven actor de color nacido en Filadelfia, retomar el personaje del simpático agente especial Jay en su lucha contra los más variados seres extraterrestres significa un giro de 180 grados luego de encarnar al conflictivo boxeador Mohammad Alí/Cassius Clay, en la aclamada "Alí", de Michael Mann. Y eso es justamente uno de los elementos que lo sedujo para hacer la segunda parte del éxito que en 1997 fue "Hombres de Negro". No le gusta que lo encasillen, que le pongan inmediatamente la etiqueta de "actor serio".
"Siempre me gusta encarar algo totalmente diferente a lo que acabo de hacer -dice Smith- Me gusta probar mis límites y ver también cuán lejos el público está dispuesto a ir conmigo. Pasar de "Alí" a "Hombres de Negro II" y de allí a hacer rap."
Reconoce, sin embargo, que su magnífica caracterización de Alí fue el trabajo más duro que le tocó hacer en su vida, en el que más aprendió sobre sí mismo y sobre el oficio. "Espero que me haya convertido en un mejor actor gracias a ese film", dice.
El "actor serio", sin duda, es Jones, que ostenta en su currículum memorables películas, como "Love story", "La hija del minero", "JFK", "Blue sky" o "El fugitivo". Pero él también está buscando salir de ese encasillamiento de "actor de dramas".
"En mi carrera no he tenido muchas ofertas para hacer comedia, que me parece un género muy difícil. No hay nada como ver al público reirse con lo que uno hace. Sólo se puede comparar con un doctor que ve cómo su paciente se recupera", opina Jones, que en sus años de estudiante en Harvard fue compañero del ex vicepresidente Al Gore, y hoy vive en un rancho de su natal Texas. Fanático del polo y los caballos, ha visitado varias veces la Argentina.
Bromeando, señala que no sabe bien a dónde quiere ir con su carrera. "No sé qué quiero ser cuando crezca y, afortunadamente, todavía no he debido enfrentarme a esa decisión", declara, y por primera vez en su gesto adusto se dibuja una sonrisa. Cuenta que próximamente trabajará en otra comedia, una sobre porristas, pero se ataja al decir que "puede terminar siendo una tragedia".
En "Hombres de Negro II", a su personaje -el agente Jay-, la oscura agencia de los Hombres de Negro le borran la memoria sólo para que después su compañero, Kay (Smith), lo tenga que ayudar a recuperarla para que juntos combatan a una desquiciada alien, Sarleena, que se esconde en el cuerpo de Lara Flynn Boyle (ver recuadro). Para Jones, el guión tuvo como atracción principal esta búsqueda de la propia personalidad. Y, poniéndose casi filosófico, asegura que en estos tiempos "en que todo el mundo te trata de vender una imagen de quién debes ser, es muy importante saber quién es uno, y no olvidarlo".
Smith, que tiene tres hijos pequeños con su esposa, la actriz Jada Pinckett, no tuvo que pensar mucho cuando le ofrecieron ser un "hombre de negro" nuevamente, ya que sus niños y los amigos de ellos adoran el personaje.
"Para mí no hay nada mejor que ser el héroe de mis hijos", dice Smith, quien se encuentra terminando "Bad Boys II" y está en conversaciones con Jennifer Lopez para filmar una película juntos. Sin embargo, la mayor ambición de Smith es convertirse en el primer James Bond negro. "Si Halle Berry va a ser una chica Bond, ¡yo quiero ser un chico Bond!", dice. Y tras escuchar cómo queda la frase agrega: "Bueno, eso no suena tan bien".
"Yo diría que eso suena a otro tipo muy diferente de película", le contesta Jones, riéndose.
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