Virgen y, para colmo, enamorado
"Virgen a los 40 años" ("The 40-Year-Old Virgin", EE.UU./2005, color; hablada en inglés). Dirección: Judd Apatow. Con Steve Carell, Catherine Keener, Paul Rudd, Romany Malco, Seth Rogen. Guión: Judd Apatow y Steve Carell. Fotografía: Jack Green. Música: Lyle Workman. Edición: Brent White. Presentada por UIP. 114 minutos. Sólo apta para mayores de 16 años.
Nuestra opinión: buena
No hay que derrochar imaginación para suponer cuál es el tema principal de una película de título tan descriptivo. Todo girará, claro, en torno del modo en que el protagonista, virgen a los 40 años, dejará de serlo. Cabe suponer también que en ese trámite tendrán especial intervención los amigos más próximos y que habrá abundancia de chistes gruesos en torno de los motivos que lo han llevado a conservar su castidad, de sus preferencias sexuales, de sus presuntas incapacidades y de la técnica más apropiada para reclutar, cuanto antes mejor, la candidata sin la cual no habrá cura posible.
En el fondo, se trata de un mismo chiste que se repetirá, con variaciones de forma y de estilo, a lo largo de casi toda la película. Decir que Judd Apatow y Steve Carell (director el primero, protagonista el segundo, guionistas los dos) logran sortear el riesgo cierto de la monotonía, salvo en algunos tramos del sector central, ya es reconocer algún mérito de su parte.
Entre tantas comedias norteamericanas que tienen al sexo como tema excluyente y al humor grueso y/o escatológico como condimento indispensable, "Virgen a los 40 años" ofrece algunos costados interesantes. Por ejemplo, la mirada afectuosa y comprensiva hacia el personaje principal, dueño de rasgos que invitaban a la caricatura o la burla; la fluctuación entre el humor más directo y la tierna ligereza de una comedia romántica, y, finalmente, la feliz ocurrencia de una fantasía musical para cerrar el cuento con un toque lírico.
Claro que no hay que buscar excesiva originalidad en el film, que no se aparta demasiado de las fórmulas habituales y tiene su buena dosis de humor elemental destinado a complacer al adolescente en perpetua edad del pavo que subsiste en el fondo de mucho espectador, si bien es cierto que a la vista de una televisión tan procaz y grosera como la nuestra, "Virgen a los 40 años" hasta puede parecer un poco ingenua.
El mundo de Andy
Andy vive solo, ve TV con una pareja de vecinos jubilados, trabaja en un comercio de electrónica al que llega todos los días en bicicleta y tiene toda clase de videogames y muñecos coleccionables de sus héroes del cómic y las series. No hubo trabas físicas que le impidieran acercarse al sexo opuesto, pero es tímido, tuvo algunas experiencias traumáticas y poco a poco fue dejando de intentarlo.
Hasta que sus amigos se enteran y emprenden el "rescate", que incluye un doloroso tratamiento de depilación y nuevas tentativas de perder la virginidad no siempre coronadas por el éxito. Queda claro que tampoco ellos tienen muchas medallas ganadas en el terreno de las relaciones de pareja. Pero lo que no puede el sexo quizá lo pueda el amor, y allí entra en escena una mujer adulta y segura de sí con todo el encanto de la excelente Catherine Keener.
Los tres amigos -Paul Rudd, Romany Malco, Seth Rogen- conforman un trío tan heterogéneo y divertido como el que integran las aspirantes a iniciar a Andy: Elizabeth Banks, Leslie Mann y Jane Lynch, su atropelladora jefa. Pero es Carell, con su aire bonachón, vulnerable y algo infantil, el que se gana la simpatía del espectador y se convierte en puntal decisivo del film.
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