Una comedia sobre el teatro imposible de filmar y un actor en decadencia reivindicado con el Oscar: “Hay que ser un idiota”
Con un presupuesto mínimo, la película de Alejandro González Iñárritu conquistó al público y a la crítica hace diez años con su historia sobre una estrella de cine de superhéroes que sueña con la reivindicación artística
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¿De qué hablamos cuando hablamos de amor? Un actor de Hollywood busca la respuesta, desesperado, entre los caóticos pasillos de un teatro de Broadway. Para recuperar el prestigio perdido por haber protagonizado una franquicia de películas de superhéroes, idea un ambicioso proyecto: adaptar una obra de Raymond Carver para el teatro. Pero todo sale mal dentro y fuera del teatro. En un mundo de apariencias, donde los Spider-Men y los Transformers danzan sobre el escenario donde la vida se presenta como una inmensa acumulación de espectáculos, y donde todo se aparta como una representación de lo que alguna vez fue auténtico, está el corazón de Birdman, el clásico que cumple su décimo aniversario.
La película nació como una idea de Alejandro González Iñárritu, el director que había alcanzado la fama internacional con Amores perros. “Lo primero que nos dijo Alejandro fue una locura”, reconocía uno de los guionistas argentinos de Birdman, Nicolás Giacobone, cuando su amigo le contó cuál era su próximo proyecto. “Nos dijo que era una comedia sobre el teatro, filmada en una sola toma. Eso nos dejó entusiasmados, pero también confundidos”, aseguraba.
El otro guionista argentino fue Armando Bo, nieto del mítico director que llevó a Isabel Sarli a la pantalla grande. Con los argentinos, el mexicano había trabajado en Biutiful, el drama protagonizado por Javier Bardem. También había colaborado un dramaturgo que conocía los entretelones de los teatros de Broadway: Alexander Dinelaris. Él era la persona indicada para colaborar en el armado de Birdman.
El proceso de escritura fue inusual, porque dos de los guionistas estaban en Buenos Aires, otro vivía en Los Angeles y otro trabajaba en Nueva York. Los cuatro se reunieron en los Estados Unidos y México, pero la mayor parte del trabajo se hizo a través de videollamadas por Skype. “Fue duro, porque éramos cuatro mentes trabajando un montón, pero al mismo tiempo ahora puedo ver por qué fue grandioso”, reflexionaba Armando Bo. Escribir el guión de Birdman llevó más de dos años.
Una película que nadie quería financiar
El otro problema que enfrentaba Iñárritu era conseguir financiamiento. Nadie en Hollywood quería producir esta película. “¿Filmada en una sola toma? Ni siquiera lo intenten”, recuerdaba Giacobone. “Hay que ser un idiota para querer filmar todo en una toma. Hay que ser un idiota para intentarlo. Se requiere de mucha, mucha ignorancia para no prestar atención a todas las dificultades que van a surgir cuando hagas algo así”, añadía Dinelaris para explicar el subtítulo que lleva la película: La inesperada virtud de la ignorancia.
El otro problema que enfrentaba Birdman era que el cine estaba cambiando. Las películas que recaudaban miles de millones de dólares eran las de superhéroes, como Los vengadores. Nadie se quería arriesgar en producir una historia para adultos que, además, era una pesadilla logística para filmar. La adversidad hizo germinar otra idea: el protagonista de Birdman tenía que ser un actor encasillado en el cine de superhéroes.
“Creo que no tiene nada de malo obsesionarse con los superhéroes cuando tenés siete años, pero creo que es una enfermedad que mucha gente no quiera madurar. Las corporaciones y los fondos de inversión tienen la última palabra en Hollywood y lo único que quieren es ganar dinero. Les explicás que, si invierten 20 millones de dólares, pueden ganar 80 millones y eso es un gran negocio. Pero te responden que no quieren ganar 80, quieren ganar 800. Cuando invierten 100 millones y recaudan 1000 millones, es difícil convencerlos de otra cosa”, reconoce el director.
Finalmente, dos compañías de cine, Fox Searchlight y New Regency, acordaron darle al cineasta mexicano un poco más de 16 millones. Una cifra que estaba muy lejos de los 250 millones que destinó Disney, a Guardianes de la Galaxia. Iñárritu sabía que los pocos actores que no estaban ocupados haciendo películas de superhéroes, iban a tener que hacer la película prácticamente gratis.
Michael Keaton, de Batman a Birdman
“¿Te estás burlando de mí?” le preguntó Michael Keaton a Iñárritu después de leer el guion de la película. Iñárritu pensó que el actor de Batman, que había perdido relevancia en Hollywood, era el candidato ideal para representar a un personaje que necesitaba un regreso con gloria en el mundo del espectáculo. El director de Babel lo había conversado con Tim Burton: “Nos juntamos para almorzar y me dijo que Michael, además de ser divertido, tiene un lado muy, muy oscuro. Es cierto. Es una persona compleja que puede navegar entre el drama y la comedia. Muy pocos actores pueden hacer eso”. Keaton aceptó la propuesta.
“¿Por qué le ruego a la gente que me ame?” grita el protagonista de Birdman, humillado frente a los espectadores que no pueden contener la risa ante lo que debería ser la representación de la escena más dramática de la obra. La humillación pública de Riggan se produce por un accidente que lo deja en ropa interior en el corazón de Nueva York.
Iñárritu no sabía cómo iba a hacer para filmar la escena con Michael Keaton corriendo desnudo por el medio de Times Square. “No tenía dinero para cerrar Times Square, ni siquiera teníamos permiso para filmar mucho tiempo y apenas podíamos pagarle a 30 extras”. Se le ocurrió una posible solución cuando estaba desayunando con el director de fotografía, Emmanuel “Chivo” Lubezki, en Manhattan. “Había una banda militar que estaba desfilando. Pensé que eso podía servir para distraer a la gente mientras filmábamos. Funcionó. Pensé que iba a tener a mil turistas mirando a la cámara y haciendo estupideces, pero la banda los distrajo”.
A Iñárritu no le interesaba hacer una película sobre los actores, sino una comedia sobre el ego y la necesidad de las personas por ser amadas: “”Lo que sucede con este personaje es que es un actor y, para exitoso, no tiene que ser él mismo. Es un set de contradicciones increíbles: la idea de que para ser bueno no tenés que ser vos mismo. Riggan trata de probar, de manera pretenciosa e ignorante, que es algo que no es. Cuando su hija lo rechaza, cuando se da cuenta de que perdió todo, justo antes del salir al escenario en la escena climática de la película, Riggan no está actuando. Cuando se rinde ante la realidad consigue la inesperada virtud de la ignorancia. Hay algo muy bello en eso”.
Para el rol de Mike, el talentoso actor que es un problema de cabeza para Riggan, los realizadores habían pensado en Josh Brolin. Pero un problema de agenda hizo que la oferta llegara a Edward Norton, un actor formado en el teatro, con fama de ser arrogante para trabajar. “Conozco a este tipo de personas. Este personaje soy yo, quizás”, le dijo Norton a Iñárritu después de leer el guion. “Sí, sos vos”, le respondió el director. El papel fue suyo.
Un rodaje intenso en el corazón de Manhattan
Birdman no está filmada en una sola toma, aunque la magia del cine haga creer que sí. Pero eso no le resta mérito: la película está compuesta por varios planos secuencia que crean la ilusión de ser uno solo. Como las tomas eran inusualmente largas, no había espacio para la improvisación, para los errores o para cambiar las cosas en postproducción.
Entre los actores y el equipo técnico, tuvieron seis meses para ensayar antes de empezar el rodaje, que fue intenso. Diseñaron meticulosamente todo: desde la posición de la cámara, hasta la intensidad de las luces y el ritmo de los actores. Una equivocación mínima podía arruinar el trabajo de todos, como atestiguó Emma Stone: habían filmado seis minutos ininterrumpidos, hasta que ella de movió, sin querer, y proyectó una sombra que arruinó la toma y obligó a todos a empezar desde cero.
Aunque está filmada en un teatro real, el St. James de Nueva York, la arquitectura del lugar en la ficción no es realista, es arbitraria. “Sabíamos que el teatro era un laberinto. Cuando tenía 20 años leí a un argentino, Ernesto Sabato, que escribió El túnel. Me afectó mucho esa novela. Sabía que teníamos que hacer algo así, con esa energía”. Todas las escenas en el teatro St. James se filmaron en apenas cinco días. En la película, el teatro funciona como un laberinto que representa el estado mental del protagonista.
El rodaje de Birdman se completó en 19 días. En el medio de la filmación, tuvieron que cambiar el final que originalmente tenían en mente. La película iba a terminar con Johnny Depp en el mismo camarín en el que empieza la historia. Detrás suyo estaba el póster de Piratas del Caribe 5. Depp escuchaba la voz de Jack Sparrow como Riggan podía escuchar la voz de Birdman. No pudieron conseguir al actor. “Ni siquiera pudimos conseguir que nos dejaran usar el póster”, admitió Dinelaris.
Los argentinos que ganaron el Oscar y el epitafio de Carver
“Confundís amor con admiración”, le dice a Riggan su ex esposa. La hija, que en la ficción interpreta Emma Stone, le advierte a su padre que se convirtió en tendencia en Twitter después de correr semidesnudo por Times Square: “No hacés esta obra por amor al arte, lo hacés porque querés volver a ser relevante”. Birdman no es solo una crítica al mundo de los superhéroes: “Creo que, en los últimos 50 años, la cultura popular se convirtió en una víctima del exceso de ironía. Todo lo que es sincero o emotivo ya no es cool. Colapsaron las instituciones. Todos están de acuerdo en que la única manera de acercarse a cualquier cosa es con una pose irónica”.
Birdman se estrenó en el festival de Venecia el 27 de agosto de 2014 y fue ovacionada. La crítica quedó encantada con la película. Contra todo pronóstico, fue un éxito de taquilla: recaudó 100 millones de dólares en todo el mundo y resucitó la carrera de Michael Keaton. Los guionistas, incluyendo los dos argentinos, ganaron el Oscar al mejor guon original. Iñárritu hizo historia como el primer mexicano ganador en la categoría de dirección. Birdman también ganó como la mejor película del año.
“Carver supuestamente estaba leyendo Confesión, de Tolstoi, antes de morir. Carver era rico y famoso, pero estaba por suicidarse. No encontraba sentido en la vida. Ambos escritores atravesaron esa crisis a la misma edad. El poema de Carver con el que comienza la película encapsula las vidas de todos. Todos buscamos lo mismo: afecto”.
El poema al que se refiere Iñárritu fue el epitafio de Raymond Carver. Es el “Último fragmento”: “¿Y conseguiste lo que / querías en esta vida? / Lo conseguí. / ¿Y qué querías? / Considerarme amado, sentirme / amado sobre la tierra”.
- Birdman (o la inesperada virtud de la ignorancia) está disponible en Disney+
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