Una comedia para la polémica
No te metas con Zohan combina inteligentes bromas con gags escatológicos
No te metas con Zohan (You Don t Mess with the Zohan, Estados Unidos/2008). Dirección: Dennis Dugan. Con Adam Sandler, John Turturro, Emmanuelle Chriqui, Nick Swardson, Lainie Kazan, Rob Schneider, Ido Mosseri. Guión: Adam Sandler, Robert Smigel y Judd Apatow. Fotografía: Michael Barrett. Música: Rupert Gregson-Williams. Edición: Tom Costain. Diseño de producción: Perry Andelin Blake. Producción hablada en inglés con subtítulos en castellano y presentada por Sony Pictures. Duración: 113 minutos. Apta para mayores de 16 años.
Nuestra opinión: buena
No hay término medio a la hora de acercarse a No te metas con Zohan , la nueva comedia escrita, producida y protagonizada por Adam Sandler: la amarán quienes disfrutan de la vertiente más provocativa de la carrera de este astro hollywoodense y la odiarán quienes no tengan la apertura y la paciencia suficientes como para descubrir que, bajo el arsenal de chistes muchas veces vulgares y hasta escatológicos, existe también una buena dosis de inteligencia y de acidez como para reírse de (y con) los estereotipos y los clisés que abundan en la sociedad contemporánea.
Ya desde la idea argumental (un superhéroe judío que, harto de encabezar misiones peligrosas para el Mossad, finge su muerte para reaparecer como estilista en una peluquería de Nueva York manejada por una bella palestina), No te metas con Zohan puede generar indignación entre los defensores acérrimos de la corrección política. Pero, al mismo tiempo, es tal la creatividad, la audacia, el compromiso y el desprejuicio del Sandler actor y autor (en este último caso con el invalorable aporte del hoy tan de moda Judd Apatow) que la película termina fluyendo, sobreponiéndose a sus propias carencias parciales.
El director Dennis Dugan (en su cuarta colaboración con Sandler) se muestra, ya desde la notable escena inicial (con Zohan convertido en ídolo de multitudes durante un paseo triunfal por la playa), tan dúctil y eficaz a la hora de construir escenas de humor físico (con mucho del clásico slapstick ) como cuando tiene que apelar al erotismo para adolescentes o a una fuerte carga paródica que tiene incluso como víctimas a las minorías sexuales o étnicas.
Crudo y directo
La película no le tiene miedo a los gags crudos y directos (Zohan, convertido ya en Scrappy Coco, mantiene sexo casual con todas las sexagenarias, septuagenarias y octogenarias del barrio) y se da el gusto de sumar a su espíritu lúdico a un villano de lujo (John Turturro, como el terrorista palestino The Phantom y archirrival del protagonista), a grandes exponentes de la stand-up comedy (Nick Swardson o Ahmed Ahmed), a intérpretes que pasaron por el ciclo televisivo Saturday Night Live (Kevin Nealon y Rob Schneider) y hasta a varios famosos (Chris Rock, Mariah Carey y John McEnroe) que se parodian a sí mismos.
Todos los elementos utilizados en la película (desde los delirantes efectos visuales que permiten hacer realidad las proezas físicas de Zohan hasta una banda sonora que incluye temas como "Locomotion" o canciones del pop israelí) ayudan a sostener el ritmo trepidante y la búsqueda de la exageración y del artificio como argumentos cómicos. Sandler -que aquí luce como una mixtura entre el Borat de Sacha Baron Cohen, Will Ferrell, Groucho Marx y Jerry Lewis, pero en versión aún más acelerada- y sus "secuaces" logran su cometido en buena parte de las casi dos horas de película. Los inevitables desniveles y un desenlace que luce demasiado pobre y concesivo no alcanzan a lesionar del todo el resultado final de un film destinado al disfrute de unos, al odio de otros y a la polémica entre todos.
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