Una comedia irresistible
Ligeramente embarazada ( Knocked Up , Estados Unidos/2007). Guión y dirección: Judd Apatow. Con Seth Rogen, Katherine Heigl, Paul Rudd, Leslie Mann, Jay Baruchel, Jonah Hill, Jason Segel y Martin Starr. Fotografía: Eric Edwards. Música: Joe Henry y Loudon Wainwright. Edición: Craig Alpert y Brent White. Diseño de producción: Jefferson Sage. Producción hablada en inglés con subtítulos en castellano y presentada por UIP. Duración: 129 minutos. Apta para mayores de 16 años.
Nuestra opinión: muy buena
Pensada en principio como una secuela de Virgen a los 40 años -la muy interesante ópera prima del guionista y director Judd Apatow-, Ligeramente embarazada cambió finalmente de rumbo (se desprendió de una estrella como Steve Carell y optó por centrarse en la historia de un embarazo no deseado), aunque mantuvo a buena parte del elenco de aquel film de 2005 y de su serie de culto Freaks and Geeks , que aquí vuelve a entregar otro mosaico de irresistibles personajes secundarios.
Así como Virgen a los 40 años era bastante más que una simple sátira sexual sobre un hombre maduro traumado por su virginidad, Ligeramente embarazada excede por mucho la típica comedia de enredos previsibles sobre una pareja que debe lidiar con la inesperada llegada de un hijo. El cine de Apatow -sin dudas, el principal referente de la nueva comedia hollywoodense en sus diferentes roles de productor, guionista, realizador y descubridor de estrellas- aporta, además del efecto inmediato de un buen gag físico o de una punzante línea de diálogo, un inteligente retrato social y una sensibilidad y empatía hacia sus personajes que generan una infrecuente -dentro de los cánones habituales de este género- identificación y complicidad emocional por parte del espectador.
La película empieza por definir los disímiles universos de ambos protagonistas: Ben Stone (Seth Rogen) es lo que los estadounidenses definen con dos términos como freak y slacker. Un joven judío de 23 años bastante gordito que no estudia, no trabaja, vive de una vieja indemnización por un accidente de tránsito y comparte una casa y un improbable proyecto de sitio web sobre desnudos de actrices en el cine con una suerte de tribu de patéticos colegas que se la pasan fumando marihuana y haciendo bromas escatológicas y sexuales. Allison Scott (Katherine Heigl), en cambio, es una bella y exitosa productora y periodista de la señal E! Entertainment que vive con la familia de su hermana Debbie (Leslie Mann).
Ben y Allison se conocen de manera fortuita en una disco, toman más cervezas de lo aconsejado, terminan teniendo un impulsivo encuentro sexual y todo parece terminar a la mañana siguiente. Hasta que, claro, a las pocas semanas ella descubre las secuelas de esa experiencia casual.
Impiadosa y sofisticada
A partir de ese planteo inicial, Apatow construye varias subtramas que acompañan las desventuras ginecológicas, económicas, sexuales, afectivas y laborales de la pareja protagónica: desde el grupo de excéntricos laderos de Ben hasta la familia tipo de Debbie, pasando por el absurdo del mundo del espectáculo. Así, Ligeramente embarazada trasciende la efectiva propuesta que aparece en su superficie para constituirse en una impiadosa, irreverente, sofisticada e inteligente mirada sobre la dificultad para comprometerse y los códigos de lealtad y camaradería que se establecen entre los hombres; sobre las inseguridades de las mujeres cuando las arrugas y la flaccidez empiezan a minar la perfección física y, por lo tanto, la autoestima; sobre las contradicciones de los jóvenes que deben ingresar de forma abrupta en la era de la madurez ante la inminencia de la paternidad/maternidad; sobre la rutina que amenaza a todo matrimonio que lleva mucho tiempo junto, y sobre las diversas presiones que provoca una sociedad basada en el estímulo constante, la hipercomunicación y la tentación del consumo.
No estamos, por supuesto, ante una película perfecta. Hay, en los 129 minutos de Ligeramente embarazada, algunas situaciones no del todo logradas, algunos golpes bajos y, para el público extranjero, demasiadas referencias a la cultura popular estadounidense. Sin embargo, este segundo largometraje de Apatow se impone a fuerza de su irresistible sentido del humor, de la ternura de sus personajes y del talento de sus intérpretes como uno de los mejores (y escasos) exponentes de gran cine popular que Hollywood ha concebido en los últimos tiempos. Espectáculos
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