Una ciudad para dibujar
Entrevista con María Verónica Ramírez, productora de Anima Buenos Aires
Buenos Aires es el centro del largometraje con el que se pondrá formalmente en marcha el acuerdo que la poderosa Sony Pictures firmó con la empresa local Aura Films para distribuir películas aquí y en los Estados Unidos, una negociación en la que mucho tuvo que ver la presión del secretario de Comercio, Guillermo Moreno, para que la balanza comercial del sector se equilibrara y las películas argentinas tengan un lanzamiento parecido al de las producciones de Hollywood e incluso se exporten. Se trata de Anima Buenos Aires , largo ideado y dirigido por la artista plástica María Verónica Ramírez, esposa del famoso humorista gráfico Carlos Loiseau (Caloi) y creadora con él del venerable ciclo televisivo Caloi en su tinta .
La película se verá en salas de Capital, Gran Buenos Aires y Rosario, ciudad de origen de Pablo Rodríguez Jáuregui, uno de los artistas involucrados en el proyecto, además de Caloi, Carlos Nine, Pablo y Florencia Faivre, Mario Rulloni y Juan Pablo Zaramella. "El caldo de cultivo de esta película fue Caloi en su tinta , el programa que hicimos juntos con Carlos durante tantos años. Con él miramos la vida desde un mismo ángulo, y a partir de esa coincidencia hemos construido un espacio de convivencia y uno de trabajo que han funcionado muy bien. En un verano familiar en Villa Gesell lo invitamos a Pablo Rodríguez Jáuregui, quien en ese momento colaboraba con el programa, y en una sobremesa empezamos a fantasear con la idea de animar las páginas de Caloi sobre la ciudad, recopiladas en el libro Mi Buenos Aires querido . Pasaron diez años y no hicimos nada. Hasta que se me ocurrió reflotarlo con otro formato, con la participación de otros artistas y con referencias de películas de ficción dedicadas a ciudades como Historias de Nueva York , que reunió a Scorsese, Coppola y Woody Allen. Todos estos artistas tienen a Buenos Aires metida en las venas, tienen una mirada sobre el alma de esta ciudad", dice Ramírez.
-En general, los films de animación que se estrenan son grandes producciones en 3D, con lanzamientos muy potentes. ¿Es una competencia demasiado fuerte?
-La nuestra es una película hecha desde las tripas, ya en el título está esa idea bien clara. No nos propusimos hacer un "producto", sino una película que hablara de nosotros, de nuestros propios héroes y no de los superhéroes de otras culturas. No queríamos travestirnos, preferimos hablar de lo que conocemos. Y la animación es un lenguaje muy rico, muy vasto, así que hay trabajos para todo tipo de público y espacio para todos. Me parece que hicimos una película a la que se le puede entrar por varios lados: hay muy buenos artistas involucrados, historias muy fuertes y una música notable. Se pueden hacer cosas con otro espíritu y otras aspiraciones, no todo son grandes producciones. Esta es una película orientada a un público adulto, la pueden ver los chicos, pero está pensada para gente más grande. En ese sentido, la inclusión del tango es la resultante de una identidad cultural fuerte, una identidad conformada a través del mestizaje, como la que tenemos los argentinos, y que está muy bien sintetizada en el tango.
-¿Te gustan los trabajos de Pixar?
-Sí, mucho. Toy Story fue un quiebre en la historia de la animación, como en su momento lo fue Fantasía , de Disney. El trabajo de John Lasseter es impresionante. Son películas que tienen guiones excelentes, más allá de lo técnico. Es gente con mucho talento apoyada por enormes presupuestos. Por eso salen películas como Toy Story , Los Increíbles y Ratatouille .
-¿Cómo está situada la Argentina en el rubro de la animación a nivel mundial?
-Es obvio que la prepotencia de la industria norteamericana para imponer sus productos no deja mucho espacio. Pero ante la crisis que viven los europeos y la gran tradición que tenemos en la Argentina desde hace años, creo que las cosas se han ido emparejando. Durante años, el Estado empujaba mucho los trabajos de animación en los países comunistas, entonces había mucha producción que venía de Polonia y Checoslovaquia, por ejemplo. Hoy, con este nuevo panorama, la Argentina tiene enormes posibilidades. Porque hay recursos y porque hay ventanas para mostrar, algo que faltó durante años. Yo siempre agité mucho en este terreno. En 2010 llevé muchos trabajos de animación argentina al festival de Annecy, el más importante dedicado al rubro, y hubo muy buena repercusión. Nos falta volumen de producción, talento sobra. Y en breve también se estrenará Metegol , la película de animación 3D que Campanella hizo tomando como base un cuento del Negro Fontanarrosa. Creo que la aparición del paquete de Televisión Digital Terrestre gratuito (Paka-Paka, Encuentro, Incaa TV) es fundamental para que estos trabajos sean conocidos y revela que hay una conciencia distinta de parte del Estado de la importancia de lo audiovisual.
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