Un relato para armar sobre Bob Dylan
En I m Not There , el director Todd Haynes utiliza seis actores para componer una biografía que nunca está cerrada
I´m Not There (Estados Unidos/2007). Dirección: Todd Haynes. Con Christian Bale, Cate Blanchett, Marcus Carl Franklin, Richard Gere, Heath Ledger, Ben Whishaw, Charlotte Gainsbourg, David Cross, Bruce Greenwood, Julianne Moore y Michelle Williams. Guión: Todd Haynes y Oren Moverman. Fotografía: Edward Lachman. Edición: Jay Rabinowitz. Diseño de Producción: Judy Becker. Distribuidora: Pachamama Cine. Duración: 135 minutos. Calificación: sólo apta para mayores de 13 años.
Nuestra opinión: buena
Sam Shepard escribió que en su primer encuentro con Bob Dylan lo que vio, lo que se presentó ante su vista, fue la rápida sucesión de las muchas imágenes (tapas de álbumes, fotografías) que tenía de él. Algo de esa multiplicidad hay en la decisión de Haynes de trabajar con seis actores en esta película que, según se aclara en los títulos iniciales, está basada en "la música y en las muchas vidas de Bob Dylan".
Pero no seis actores que interpreten a Dylan, sino seis actores que cuenten distintos cuentos y que, con estos fragmentos diversos (en cuanto al relato pero también en cuanto a los lenguajes cinematográficos) se arme un cuadro que no pretende ser biográfico en el sentido lineal del término y en el que, incluso, nunca se menciona el nombre Dylan. La búsqueda pasa entonces por ofrecer una lectura que nunca es acabada, que se resiste al cierre definitivo, al sentido único; una elección rica cinematográficamente pero que la vuelve difícil de seguir, resistente a la mirada única.
En las más de dos horas de película, las historias se suceden, vuelven, se conectan, van y vienen en el tiempo. Woody (Marcus Carl Franklin) es un casi niño negro que anda en trenes, con su guitarra que lleva la famosa inscripción del Woody Guthrie real (esta arma mata fascistas) y que inventa historias sobre su vida. Jack Rollins (Christian Bale) es un trovador folk cuya historia se reconstruye a la manera de documental. Robbie (Heath Ledger) es un actor rebelde que logra la fama con una película sobre el "misteriosamente desaparecido" Jack Rollins y que, sobre el fondo de la guerra de Vietnam, vive su historia de amor con una pintora, Johanna (Charlotte Gainsbourg). Está también Arthur (Ben Whishaw), clara alusión a Rimbaud (temprana influencia del cantante), que aquí y allí lanza frases contundentes, poéticamente radicales. Christian Bale también es el Pastor John, un cantante que fue famoso y que, tras una experiencia religiosa, se convierte en predicador cristiano; Richard Gere es Billy, un "refugiado" en el anonimato de un pueblo antiguo y que remite cinematográficamente a aquella película sobre Billy the Kid de Sam Peckinpah en la que actuó Dylan. Y está finamente Jude Quinn (Cate Blanchett), referencia directa al tiempo en que Dylan se volvió eléctrico (con todos los guiños, desde la conmoción que causa en un festival folk hasta el famoso grito de "¡Judas!") y que alude al documental Don t Look Back de Pennebaker, pero también, según el propio Haynes, al 8 1/2 de Federico Fellini. Blanchett compone un retrato casi perfecto del músico y, al calcar gestos, posturas y dichos, se convierte en más Dylan que el propio Dylan, una pura máscara, desentendida de todo lo que hay de exceso en un sujeto, una pura apariencia que parece más real que la compleja realidad.
Haynes no sólo cuenta con seis actores. También con la música, que hilvana, da pistas, conecta historias, gracias a una banda de sonido en la que conviven temas interpretados por el mismo Dylan con versiones (otras vez el juego de las múltiples lecturas) . Y con el espectador que es quien tendrá que armar la historia, colocar fichas en lugares que nunca coincidirán del todo.
Por eso, si bien la película no está concebida exclusivamente para fans de Bob Dylan (aunque estos disfrutarán, sin duda, de numerosos guiños), sí es cierto que es casi indispensable un conocimiento mínimo de la carrera del músico (el "portavoz de una generación", la gran esperanza del folk, el estallido eléctrico que genera una reacción inusitada, su negativa a ser encasillado, el accidente en moto y su reclusión en el campo y en el matrimonio, su etapa cristiana) para poder disfrutarla, para que sea posible esta apuesta a un relato para armar.
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