¡Un coach por ahí! Los peores acentos del cine
Cuando el talento de los actores no llega tan lejos como para trabajar la fonética...
*1. ANNE HATHAWAY en Siempre el mismo día (2011, Lone Scherfig)
Si bien para películas diametralmente opuestas, Anne Hathaway y Renée Zellweger se enfrentaron al mismo desafío: interpretar a queridos personajes literarios contemporáneos con acento británico. De todas maneras, fue Zellweger quien corrió con mejor suerte dado que su trabajo para El diario de Bridget Jones fue universalmente aclamado - y por el cual consiguió una nominación al Oscar - mientras que el de Anne en Siempre el mismo día fue cuestionado con severidad. ¿El motivo? La actriz, quien ya había personificado con regular resultado a Jane Austen en Becoming Jane, volvió al ruedo con un acento british (más específicamente de Yorkshire) que aparecía y desaparecía caprichosamente en este drama romántico manipulador.
"El libro de David Nicholls tiene tantos fanáticos que me preocupaba el nivel de crítica que podía recibir si me equivocaba tan solo una vez" expresó la actriz al promocionar el film de Lone Scherfig. Años más tarde, en una charla grupal con otras colegas orquestada por The Hollywood Reporter, Hathaway fue sincera respecto a su actuación, asegurando que nunca debió haber aceptado el papel porque no tuvo tiempo para preparar el acento. La honestidad ante todo.
*2. JULIA ROBERTS en Mary Reilly (1996, Stephen Frears)
Una de las razones por las cuales Notting Hill es una de las mejores comedias románticas de los últimos años es por cómo se permite aludir con cierta brutalidad a los estereotipos de Hollywood. En este sentido, el personaje de Anna Scott y su necesidad de pelear por papeles que no la encasillen (como la adaptación de una novela de Henry James) presenta un claro paralelismo con el de Julia Roberts . Luego de alcanzar la fama con Mujer bonita, a mediados de los noventa Roberts dio un giro de timón para demostrar que bien podía ponerse al hombro dramas como El informe Pelícano, Michael Collins y el film que nos ocupa, Mary Reilly.
A pesar de que Stephen Frears nunca falla en la dirección y de que la novela de base era sumamente atractiva, el casting de Roberts como la Mary Reilly del título resultó fallido, especialmente al ponerla frente a Glenn Close y John Malkovich. Y por más que la actriz fuera ayudada por un coach para dominar el acento irlandés, las consecuencias del entrenamiento fueron penosas. Posteriormente se dio a conocer el dato de que Roberts y Malkovich chocaron mucho durante el rodaje y de que el estudio quería a la dupla protagónica Daniel Day-Lewis - Uma Thurman pero que ambos declinaron la oferta.
*3. KEANU REEVES en Drácula (1992, Francis Ford Coppola)
A pesar de no haber demostrado demasiada versatilidad a lo largo de su carrera, Keanu Reeves se convirtió en un actor carismático y querible para la audiencia, con películas de culto como Punto límite y Máxima velocidad y con la novedad que en su momento implicó la saga de Matrix. De todas formas, por mucho que se lo defienda, es imposible no incluirlo en este listado. El acento británico del personaje de Jonathan Harker en la adaptación de Francis Ford Coppola de la obra de Bram Stoker es tan desastroso que termina siendo hilarante. No se puede negar que Keanu se comprometió con el papel y que intenta dos tareas complejas en simultáneo (probarse como actor dramático y como muchacho inglés), pero en ambos desafíos falla notoriamente. Aún así, hay que ser justos y mencionar que Reeves tuvo competencia en la carrera hacia el peor acento, dado que el trabajo de Winona Ryder como Mina Harker tampoco fue del todo memorable. Mejor concentrémonos en Gary Oldman y olvidemos del resto.
*4. WILL SMITH en La verdad oculta (2015, Peter Landesman)
Una de las noticias más resonantes de este año fue el boicot de Hollywood a la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Hollywood por la controversia de #OscarsSoWhite. En dicho escenario de repudio, el actor que más fuerte se hizo sentir fue Will Smith , quien creía que iba a ser nominado por La verdad oculta. Lo curioso es que no solo los trabajos de otros intérpretes como Idris Elba (Beasts of No Nation) y Michael B. Jordan (Creed) fueron infinitamente superiores sino que el suyo fue directamente uno de los peores de su carrera.
En esta biopic de manual de Peter Landesman, Smith se pone en la piel del médico nigeriano Bennet Omalu, el neuropatólogo que descubrió lo que ahora se conoce como el Síndrome de Postconmoción Cerebral, condición que afectó severamente a reconocidos jugadores de fútbol americano, al punto tal de llevarlos al suicidio. La actuación de Smith - con paupérrimo acento incluido - grita "quiero un Oscar" más que "me interesa esta historia" y eso le resta automáticamente la cuota genuina que Omalu se merecía al ser llevado al cine.
*5. TOM HARDY en... casi todo
Al hablar de Tom Hardy hay que hacer dos salvedades. En primera medida, que cuando quiere, puede brindar grandes actuaciones (como la de Locke, por mencionar un ejemplo). En segunda medida, que el británico es un verdadero fanático de la alquimia de los acentos. No hay papel que caiga en sus manos que el actor no componga con un lenguaje híbrido. Desde el cockney bastante particular de Bronson, pasando por la rebeldía "Pittsburgh" de su modulación en Warrior hasta la gravedad e impostación de su Bane en Batman: el caballero de la noche asciende, Hardy se divierte al poner su toque mágico. Sin embargo, cuando la apuesta no sale bien nos encontramos con casos como los de Legend (dos personajes, dos acentos, dos formas de hablar incomprensibles) y El renacido (el lugar de nacimiento de John Fitzgerald es un enigma y Hardy se aprovecha de la falta de datos), exponentes de que cuando el actor da rienda suelta a su creatividad se necesita de alguien que lo frene.
*A FAVOR: el gran Matthew Rhys, el actor de los mil acentos:
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