Un argentino en "Terminator 3"
Pablo Helman participó en el rodaje como supervisor de efectos especiales
LOS ANGELES.- Para Pablo Helman, el argentino que trabajó como supervisor de efectos especiales en "Terminator 3", la Argentina por momentos se parece a un país de ciencia ficción. "Hay algunos fenómenos, como la hiperinflación o la existencia de seis presidentes en un año, que ni los más creativos podrían imaginar", comentó durante una entrevista con LA NACION.
Casi un cuarto de siglo
A los 45 años, ya hace 24 que Helman vive en los Estados Unidos, y se ha convertido en uno de los mayores especialistas en efectos especiales de Hollywood. Comenzó con la serie televisiva "Viaje a las estrellas: la nueva generación"; de allí lo llamaron de Digital Domain, la compañía de James Cameron ("Terminator", "Titanic"), para trabajar en "Apolo 13" y "Día de la independencia". Finalmente fue contratado por George Lucas para unirse a su equipo de Industrial Light & Magic, para quienes hizo "La guerra de las galaxias: Episodio II", con la cual el año pasado fue nominado a un Oscar a los mejores efectos especiales (finalmente ganó "El señor de los anillos").
Sin embargo, aunque cueste creerlo, Helman no se inició en este métier siendo un fanático de las imágenes y las computadoras. Todo lo contrario, lo suyo era la música; la batería, específicamente. "Tocaba con el grupo Los Moros -contó-. Yo había estado con ellos cuatro años y habíamos grabado cuatro long plays cuando a los 21 decidí venirme a estudiar música a Los Angeles, a UCLA. Quería escribir música para películas."
La familia
En Buenos Aires, donde todavía vive su papá, Norberto, y una de sus hermanas, Nancy (su mamá, Ruth, y su otra hermana, Marcela, residen en Israel), Helman había hecho un año de musicoterapia en la Universidad del Salvador y luego, en Los Angeles, obtuvo un diploma en composición musical y una maestría en medios. Fue por lo que a él le gusta llamar su "mentalidad de garaje" -o el clásico "lo atamos con alambre"- que se metió en el mundo de los efectos especiales.
"Fue hace unos quince años. Yo estaba haciendo música para programas educacionales en televisión y me ofrecieron un trabajado como compaginador de computadoras para un canal de Los Angeles, PBS, que hacía documentales -dijo Helman-. Poco a poco empecé a hacer composición de imágenes porque me di cuenta de que me gustaba y era bueno. Tomaba todas las imágenes que se filmaban en blue-screen y las ponía todas juntas. Fue una cosa que me cayó de arriba, yo no lo busqué."
De diez a catorce horas
Hoy, Helman no podría pensar su vida sin efectos especiales; les dedica de diez a catorce horas diarias. Por eso, cuando llega a su casa en San Rafael, afuera de San Francisco, le gusta salir a caminar por el bosque que rodea la casa, donde se ven muchos ciervos. Allí vive con su esposa norteamericana, Donna, y su hijo, Alexander, de 9 años. Su oficina no queda lejos, y a pesar de que hace diez años que no vuelve por la Argentina ("Me gustaría ir, pero no encuentro la oportunidad"), en su escritorio hay muchas fotos de Buenos Aires y una bandera de Boca Juniors; además de los cuatro LP de Los Moros, por supuesto. "Me encanta escuchar música argentina; escucho mucho a Sui Generis, Spinetta... Sandro y hasta a María Elena Walsh. Es la música que me vio crecer", explica.
-¿Qué alimenta tu creatividad?
-Una buena historia. No se trata de poner efectos especiales sólo porque uno los tiene.
-A diferencia de las más recientes películas de última tecnología en efectos especiales, en "Terminator 3" casi no se nota la digitalización; todo se ve muy natural.
-Sí. La primera vez que me reuní con Jonathan Mostow, me dijo que quería que la película se viera real, no como un juego de video. Y hay varias cosas que contribuyen a hacer que un doble digital se vea como una persona real. Una de ellas es trabajar con un procedimiento científico. Consultamos con científicos de la Universidad de Stanford para que nos ayudaran con la simulación de fluidos. Para los dobles digitales empezamos haciendo un escaneo con cámaras sobre el cuerpo de Arnold Schwarzenegger. Después tomamos referencias fotográficas de su piel, en diferentes partes del cuerpo, que nos ayudaron a pintar su geometría en la computadora y pasarlo a tres dimensiones. Otra de las cosas que hacen que el doble digital se vea real es la manera en que se comporta, cómo se mueven sus músculos, y también su ropa. La animación es clave, más allá de la iluminación y de la textura de la piel.
-¿Es difícil mover a Schwarzenegger?
-No, es una persona muy profesional, con mucho sentido del humor. Sabe cómo moverse. No tuvimos que retocarlo digitalmente. Cuando hicimos la escena de su llegada a la Tierra, él estaba desnudo y yo no podía creer el cuerpo que todavía tiene, a los 56 años.
-¿Hay mucha competencia con las otras películas de efectos especiales?
-No, cuando miro otras películas con efectos especiales no las veo como competencia, sino como una oportunidad para aprender más. "Hulk", por ejemplo, tiene efectos especiales que son el resultado de un proceso completamente diferente. Pero films como "El señor de los anillos" o "El hombre araña" también tienen elementos muy interesantes. Es gracioso, pero la gente que ves haciendo esos films ya ha trabajado conmigo en otros. Somos una comunidad muy chica, unas cien personas que durante los próximos quince años vamos a estar trabajando juntas. Siempre es interesante ver lo que hacen los demás.
-¿Te imaginás una película actuada solamente por personajes digitales?
-Creo que es un error pensar que los personajes digitales van a reemplazar a los actores. Hacemos personajes digitales por motivos físicos: porque queremos crear alguien demasiado bajo, o gigantesco, o tiene un papel especial en la historia que se cuenta. Pero, para mí, hacer un personaje digital porque sí, no está bien. Lo que sí creo es que el celuloide está destinado a desaparecer: cada vez se está filmando más con cámaras digitales y la tecnología avanza rapidísimo.
-¿Cómo es trabajar con George Lucas? ¿Te imaginaste alguna vez en esa situación?
-No, la primera vez que trabajamos juntos yo no lo podía creer. Por mi mente pasaron todos los sueños que tuve de escribir música, y ahí estaba yo, hablando con George acerca de su próxima película. Es un tipo con muy buen sentido del humor, una persona muy simple, pero con un gran conocimiento sobre efectos especiales.
-Con Steven Spielberg también trabajaste en "Rescatando al soldado Ryan"...
-Sí, Spielberg es muy intenso, sumamente creativo. Mientras filma crea. Las escenas se van transformando a medida que avanzan. Para mí fue una experiencia muy enriquecedora trabajar con él.
-A mediados de agosto viajarás a Australia para comenzar a trabajar en el rodaje de "La guerra de las galaxias: episodio III". ¿Qué expectativas tenés ante este trabajo?
-Creo que lo más difícil en ese caso es hacer personajes digitales tan realistas que no se puedan diferenciar de los verdaderos.
-¿Tenés algún otro proyecto para después de ese film?
- "La guerra de las galaxias: episodio III" es un compromiso que durará dos años. Cuando yo termine con él, no sé qué vendrá. Lo que espero es seguir teniendo pelo para entonces.