Tres buenas y dos malas de Anna Kendrick
La actriz que esta semana llega a nuestras salas con El contador tiene una filmografía marcada por los altibajos; en esta nota los repasamos
*TRES BUENAS:
*1. AMOR SIN ESCALAS (2009, JASON REITMAN)
Entre la segunda y tercera parte de la saga de Crepúsculo - saga en la que le tocó en suerte el papel de la malograda Jessica, amiga de Bella Swan -, Anna Kendrick se hizo notar con un rol secundario en Amor sin escalas, el film de Jason Reitman basado en la novela de Walter Kirn. La efervescencia de Kendrick se ha convertido en su marca registrada y los resultados de sus composiciones dependen siempre del manejo de la misma. En este caso, la actriz combina con precisión lo que el personaje de Natalie Kenner necesita: la ambición de su naturaleza overachiever y la desazón al ver cómo sus planes pueden ocasionalmente derrumbarse. Si bien en Amor sin escalas George Clooney y Vera Farmiga son quienes intercambian filosos comentarios, Kendrick apela a lo mismo desde un lugar más encantador, como la protegida de ese hombre de negocios (o de despidos) que se termina convirtiendo en protectora. Por su actuación, la actriz fue nominada al Oscar en la categoría secundaria, perdiendo a manos de una imbatible Mo'Nique.
*2. 50/50 (2011, JONATHAN LEVINE)
En 50/50 ya aparecían algunas inquietudes que el realizador Jonathan Levine exploraría cuatro años después en la gran comedia navideña The Night Before. Así como en la segunda también los veíamos a Seth Rogen y a Joseph Gordon-Levitt aludiendo a la importancia de la amistad a través de pequeños gestos, en la primera el panorama es similar pero el contexto más brutal: al protagonista le diagnostican cáncer. 50/50 prácticamente comienza con el temido diagnóstico, por lo cual el resto del metraje se enfoca en cómo Adam (Gordon-Levitt) redescubre su vida bajo otra perspectiva. El acierto de la película es no apelar a golpes bajos sino al disfrute de situaciones mundanas como una honesta charla en un parque. Kendrick interpreta a Katherine McKay, terapeuta de Adam, esa mujer que lo obliga a alterar una existencia que estaba entumecida mucho antes del diagnóstico. 50/50 es una verdadera joyita que el guionista Will Reiser escribió a partir de su propia experiencia con la enfermedad. Sin dudas, lo genuino se nota.
*3. DRINKING BUDDIES (2013, JOE SWANBERG)
En una entrevista con la publicación Variety, la actriz Greta Gerwig ilustró a la perfección cómo funciona el rodaje de una película circunscrita en el género mumblecore: "Trabajábamos todos en un mismo departamento, dormíamos ahí, y dejábamos una lista en la heladera de las cosas que había que comprar: leche, huevos...y un guión". El chiste interno entre quienes conciben y ejecutan esas producciones es bien conocido por Joe Swanberg, uno de sus máximos representantes (Gerwig está perfecta en su film Hannah Takes the Stairs). Por lo tanto, aunque se encuentre amparada por una producción mayor, Drinking Buddies tampoco tuvo guión y tampoco estuvo tan delimitada. ¿El secreto? Dejar a los actores hacer lo suyo según sus diferentes criterios. Kate ( Olivia Wilde ) y Luke (Jake Johnson) son dos amigos que trabajan en una cervecería y cuyo vínculo parece destinado a mutar en otra cosa. Al tratarse de Swanberg, nada se desarrolla acorde a los parámetros de una comedia romántica convencional y su final tan indeleble es la muestra más clara de eso. Kendrick interpreta a Jill, novia de Luke, y lo hace adaptándose con soltura al estilo del realizador, con quien volvería a colaborar en las menos logradas Happy Christmas y Digging for Fire.
*DOS MALAS:
*1. EN EL BOSQUE (2014, ROB MARSHALL)
Independientemente de no ser un musical ajustado, el problema clave de En el bosque es su indecisión. La película de Rob Marshall fue adaptada por James Lapine, el autor del libro en el que se basó el musical de Stephen Sondheim, y cuya columna vertebral es la relectura de los cuentos de los hermanos Grimm. Por lo tanto, el trabajo con el subtexto era imperativo, se necesitaba de cierta oscuridad para llevar a buen puerto todos esos mensajes escondidos en historias presentadas como afables. Por el contrario, cuando se produce el quiebre de la fantasía, En el bosque se acobarda y se erige como un híbrido que no salta a ninguna vereda: no es lo suficientemente áspera como para dirigirse a un público adulto, pero tampoco es lo suficientemente naïf como para apelar a una audiencia joven. Dentro de un gran elenco en el que se destaca la labor más cómica de Chris Pine, Kendrick interpreta a la Cenicienta con un despliegue de sus dotes para el canto no tan exitoso como el que vimos en Notas perfectas y en The Last Five Years.
*2. CAKE (2014, DANIEL BARNZ)
La película de Daniel Barnz implicó un retroceso para Kendrick, quien desde Crepúsculo que no quedaba tan relegada en una trama cansina. Cake parece haber sido exclusivamente orquestada para el lucimiento de su protagonista, Jennifer Aniston , quien estuvo muy cerca de conseguir su primera nominación al Oscar por su trabajo (sí obtuvo nominaciones en los Globos de Oro y en los SAG). Nina, el personaje de Kendrick, no es más que un forzado MacGuffin para que Claire (Aniston) decida abandonar la bebida, la vida de reclusa y el maltrato con el que se conduce diariamente. En consecuencia, la joven actriz solo aparece en flashbacks y las razones del padecimiento de Nina son espetados por otros personajes que buscan configurar la imagen de esa chica que sucumbió a la depresión. Poco inspirada, de realización algo prosaica y con Aniston forzando su veta dramática para ganar prestigio, Cake persigue una transcendencia que nunca logra alcanzar.
*TRAILER DE EL CONTADOR, ESTRENO DE LA SEMANA:
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