El director argentino reinventó al payaso Pennywise y sacudió Hollywood con un éxito millonario. Su próximo paso es ‘Robotech’
Hace casi una década, un joven publicista argentino radicado en España recibió una llamada que le cambió la vida para siempre. Andy, como le dicen desde chico en Acassuso, escuchó una voz grave y desconocida del otro lado del teléfono y, por más que todo suene como posible premisa de una película de terror, así comenzó su cuento de hadas. Andy es Andrés Muschietti, que había presentado un cortometraje en el festival de Sitges, y la voz en el teléfono provenía de las tripas de Guillermo del Toro, que lo felicitaba por haber hecho “un corto claustrofóbico, atmosférico y escalofriante, de los más aterrorizantes que vi en mi vida”. Del Toro propuso transformar el corto Mamá en largo y así fue que aquel estudiante de la FUC en los 90 terminó debutando en Hollywood.
El éxito de esa película protagonizada por Jessica Chastain lo hizo subir un peldaño en la industria y terminó con el proyecto de It, la nueva adaptación del clásico de Stephen King, entre sus manos. “En Hollywood vas pagando derecho de piso y, si te va bien, vas creciendo película a película. Te genera ansiedad, pero con el tiempo aprendés a lidiar con eso y entendés por qué algunos tienen éxito”, explica Muschietti, que a los 44 años ya puede empezar a chapear: It está batiendo récords de taquilla en Estados Unidos desde su estreno y, antes de que termine el primer mes en cartelera, ya había recaudado 500 millones de dólares en todo el mundo.
La fórmula de Muschietti tiene varios ingredientes, pero el principal es la reinvención de ese Pennywise transformado en ícono por Tim Curry en la versión de 1990. “El payaso de Curry está bien hecho, pero no me daba miedo”, dice Muschietti, que trabajó con el sueco Bill Skarsgård (hijo de Stellan, hermano menor de Alexander) en una versión propia del payaso que devora niños. “Quise hacer algo más sorprendente, que no se sepa bien de qué época viene y sea un poco renacentista y un poco victoriano.” Sin embargo, el rasgo más llamativo del payaso mediático de cabello anaranjado es contemporáneo: It funciona como una parábola sobre el gobierno de Donald Trump. “Pennywise usa el miedo como herramienta de división y control. Me pareció muy clara la analogía del libro con lo que pasa hoy. Hasta el tono de Pantone del pelo es muy parecido. Podría ser un poquito más naranja, pero tampoco hay que ser demasiado explícito”, dice Muschietti, y agrega: “No es casualidad que los chicos del Club de los Losers representen a las minorías: un tartamudo, un negro, un judío, un gordo, una mujer... El monstruo los divide para diezmarlos porque no puede contra ellos cuando se juntan. El mensaje me parece relevante con lo que está pasando en Estados Unidos”.
Esa minoría activa le da vida a la película y la camaradería de una pandilla de perdedores, tan de moda en estos tiempos de Stranger Things, terminó por brindarle ese último empujoncito necesario. “El subtexto real de esta historia tiene que ver con el final de la infancia y la inocencia, ese mundo de magia e imaginación. Los adultos son todo lo que está mal y ponen a los niños en peligro como una especie de metáfora sobre la muerte de la infancia”, aclara el director sobre aquellos viejos tiempos. La relación de Stranger Things con la película no es menor porque los hermanos Duffer se inspiraron en Stephen King para crear la serie justo después de haber sido rechazados como directores de It. El locuaz Finn Wolfhard integra los dos elencos y sirve de prueba viviente que da fe de la clara conexión entre esos mundos.
El Club de los Losers es el corazón de la película y la amistad no es un tema menor para el cineasta, que viajó a Buenos Aires para estrenar It entre los suyos: “Están todos contentos y felices. Me hacen sus críticas y en general son muy buenas. Cada tanto alguno me dice que la música es muy intrusiva o que tal actor sobreactúa, pero bueno... los amigos son así”.
Andy tendrá revancha con ellos al hacerse cargo de Robotech, otro gran clásico infantojuvenil. “Voy a usar el crédito que tengo como cineasta porque ésa va a ser una película mucho más grande. El gran desafío es poder conservar la libertad”, anticipa Muschietti, que antes realizará la continuación de It. El director adelanta que será “la segunda parte del libro, con los mismos personajes 27 años después. Tienen que volver porque It está vivo e hicieron un pacto de sangre. Es sobre la lucha contra el olvido porque ninguno se acuerda de nada de lo que pasó”.
La primera película cuenta con la aprobación de Stephen King y el mismísimo Steven Spielberg también le dio el visto bueno a Muschietti: “Vio la película y le encantó. Desde chico sueño con sentarme a charlar con él y espero cumplirlo algún día. Ya me junté con gente de su productora por otro proyecto concreto. En Hollywood te sentís orgulloso por cumplir sueños todo el tiempo, pero hay que mantener los pies sobre la tierra sin que se te suba la fama a la cabeza. La industria te tira flores, pero también te tira abajo de un tren en el momento en que las cosas no te funcionan”.
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