Para Disney y Pixar , la llegada de Toy Story 4 cierra más de un ciclo y constituye, al mismo tiempo, la inauguración de una nueva época. Por tratarse del título que funciona como insignia del estudio de animación que llegó más lejos que ningún otro, estamos ante un acontecimiento relevante en la historia reciente de la gran industria del entretenimiento.
Toy Story 4 llega cuando falta menos de un año para que se cumplan las bodas de plata de la primera gran aventura en formato de largometraje de Woody, Buzz Lightyear y sus amigos. La película original, estrenada a fines de 1995, fue la primera de la historia realizada de manera integral por computadora. Con esta historia, Pixar se presentó en sociedad y puso en marcha el notable recorrido que todos conocemos.
La primera Toy Story fue también la demostración inicial del talento de John Lasseter, que de a poco adquirió el papel de figura central de Pixar y se convirtió, cuando Disney compró el estudio en 2006 por unos 7400 millones de dólares, en el responsable creativo de ambas usinas. El origen de Toy Story fue el corto de Lasseter Tin Toy (1988). Allí, cuenta Lasseter, por primera vez se logró desde una pantalla de computadora darle vida a los juguetes del relato a través de la movilidad de brazos, piernas y expresiones faciales.
Pasaron dos películas más y para mediados de 2010, después del estreno de la tercera película, Toy Story en conjunto había acumulado en la taquilla global casi 2000 millones de dólares de recaudación. Y cuando todos pensaban que la trilogía se cerraba a pura emoción y altísimo vuelo con el traspaso simbólico de los entrañables juguetes de las manos de Andy (cuya infancia llegaba a su fin) a las de la pequeña Bonnie, Lasseter sorprendió a todos anunciando, en noviembre de 2014, que habría un cuarto capítulo. El hombre fuerte de Pixar la dirigiría a partir de un guion de Rashida Jones y Will McCormack.
Todo cambió en 2017, principio del fin de la era Lasseter. En la Expo Disney D23, ante una multitud de representantes de medios internacionales (entre ellos LA NACION), el hasta allí jefe creativo indiscutido de la animación de Disney reveló que dejaba la dirección en completas manos de Josh Cooley (en un principio anunciado como co-realizador) y que Jones y McCormick dejaban el proyecto.
Todo se aceleró a partir de ese momento. Lasseter fue forzado a dejar casi de un día para el otro todas sus responsabilidades, después de que varias de sus empleadas se cansaran de tolerar abrazos y muestras de cariño que su jefe les entregaba mucho más allá de lo aconsejable. Trascendió que una de las víctimas de las efusividades de Lasseter era Rashida Jones. Hasta que la talentosa guionista, actriz y directora envió una declaración a The New York Times que aclaró y complicó las cosas al mismo tiempo. Allí dijo que su alejamiento no tuvo nada que ver con situaciones de supuesto acoso, sino con "diferencias creativas y filosóficas". Dijo que en Pixar se profesa "una cultura en la que las mujeres y la gente de color no tienen una voz creativa igualitaria".
Con Toy Story 4 empezaba sin dudas un nuevo ciclo. En medio de esa larga y compleja producción Disney dividió aguas: nombró a una mujer, Jennifer Lee (directora de Frozen) como responsable máxima de su división animada, y puso al frente de Pixar a un veterano del estudio como Pete Docter (Intensa mente).
Ahora sí, la película insignia de Pixar cierra definitivamente su historia, con dos datos significativos que aparecen en los títulos finales. Allí está impreso, por última vez en un film del estudio, el nombre de Lasseter entre los ocho guionistas acreditados. Y entre ellos también figura Rashida Jones. Después del largometraje que se estrena hoy en la Argentina no habrá más andanzas animadas protagonizadas por Woody, Buzz Lightyear, Jessie, el cerdito Jam, el dinosaurio Rex, el señor Cara de Papa, Barbie y una serie de nuevos personajes (más algún regreso determinante, como el de la pastorcita de porcelana Bo Peep, ausente en la tercera película) que resultan decisivos en este capítulo final.
"Hubo gente que trabajó en esta película y que nos dijo que la primera película que vio en su vida fue Toy Story", contó uno de los productores, Jonas Rivera. El propio Josh Cooley, director de este cuarto capítulo, tenía 15 años cuando se estrenó la película original. Toda una señal de los cambios y la evolución que experimentan los personajes a lo largo del tiempo, concebida por sus talentosos animadores desde una nueva mirada.
Dice Rivera que la historia de Toy Story puede explicarse a partir de los cambios en el temperamento de Woody. "En la primera cambia el egoísmo por la generosidad. En la segunda lo vemos comprendiendo que no todo es para siempre. Y la tercera habla de la necesidad de soltarse, de dejar correr el tiempo. Cuando empezamos con esta cuarta aventura teníamos que preguntarnos cuál iba a ser el nuevo gran cambio de Woody. ¿Y si la relación con Bo era lo que realmente podría cambiar de nuevo su actitud?", se preguntó Rivera.
La nueva etapa que termina o empieza con el estreno de Toy Story 4 se explica también desde otras dimensiones. Por un lado, es la primera película de Pixar que se presenta en sociedad después del alejamiento de Ed Catmull, patriarca, fundador y ex presidente del estudio, que decidió emprender el retiro en diciembre pasado. Y por otro, tal vez el aspecto más importante, Pixar promete que Toy Story 4 es la última secuela en los planes de un estudio que de aquí en más solo parece dispuesto a elaborar historias originales.
Esto significa que el futuro de Pixar estará más cerca de Coco e Intensa mente que de Buscando a Dory o Los increíbles 2, por más que estas continuaciones hayan alcanzado números de boletería superiores a los de sus respectivos originales. Lo mismo se espera de Toy Story 4. En el mercado local, sin ir más lejos, se cree que llegará con comodidad al primer lugar entre las películas más vistas del año. Toy Story 3 fue vista en la Argentina por 3.230.850 personas en 2010 y todo indica que la cuarta llegará a los cuatro millones.
"Hay mucho optimismo en relación con el futuro del estudio", reconoció el productor Mark Nielsen. Elegido como una suerte de vocero de la etapa actual de Pixar, dijo a The Hollywood Reporter que de aquí en adelante, con la conducción de Pete Docter, el estudio tendrá como foco el aliento a las "nuevas voces" de la animación. "De aquí en más todo será producción original", declaró. Con todo, su palabra podría resultar engañosa porque se conoció al mismo tiempo en que trascendieron algunas primeras imágenes de la serie inspirada en el universo Monsters Inc. que Disney tiene previsto incluir como uno de los contenidos más relevantes del próximo lanzamiento de su plataforma de streaming propia, antes de fines de este año.
Pero esto ocurrirá en un terreno ajeno al de la primera ventana de exhibición, que por ahora sigue siendo la del estreno en los cines. Para reforzar el anuncio, Disney se apuró en anunciar para el 5 de marzo de 2020 el estreno de Unidos (Onward), escrita y dirigida por Dan Scanlon (Monsters University). Los protagonistas son dos hermanos (con las voces originales de Chris Pratt y Tom Holland) con aspecto de elfos y piel azulada que viven en un mundo fantástico al que se le extravió un elemento fundamental, la magia. Les tocará a ellos salir a encontrar ese toque mágico que parece inexorablemente perdido. También habrá personajes protagónicos interpretados con las voces de Julia Louis-Dreyfus y Octavia Spencer.
Las cuatro películas siguientes de Pixar tienen solamente la fecha de estreno confirmadas: una más en 2020 (el 19 de junio), una en 2021 (el 18 de junio, en principio con la dirección de Docter) y dos en 2022 (el 18 de marzo y el 17 de junio). Seguramente se revelarán más detalles en la próxima convención de Disney, entre el 23 y el 25 de agosto. En ese encuentro bianual en el que convergen todos los creadores de Disney y sus fans suele ocupar un lugar central el anuncio de los próximos grandes lanzamientos cinematográficos de la compañía. Todos están aguardando hasta ese momento para hacer público lo que hasta ahora es un secreto.
Los nuevos personajes de Toy Story 4
FORKY (voz en inglés de Tony Hale): un tenedor-cuchara al que Bonnie transforma en juguete. Forky tiene un problema inicial de identidad, porque no se asume como juguete, pero la historia lo va llevando a ese lugar.
GABBY GABBY (voz de Christina Hendricks). Muñeca de la década de 1950 diseñada para que pueda hablar. Pero cuando lo hace no suena como lo sugiere su aspecto de "muñeca adorable". Estuvo guardada y olvidada durante 50 años en el desván de una tienda de antigüedades.
DUCKY Y BUNNY (voces de Keegan-Michael Key y Jordan Peele). Dos peluches que funcionan como premios en el juego de un parque de diversiones. Adheridos eternamente a una pared hasta que alguien gana y se los lleva, se ven envueltos en la gran aventura del resto de los personajes de la película.
DUKE CABOOM (voz de Keanu Reeves). El más famoso motociclista experto en acrobacias de los años 70, inspirado en un famoso doble de riesgo canadiense. Hace alarde de arrojo y valentía, pero su pasado esconde más de un secreto que lo atormenta. También permaneció guardado y alejado del mundo en la tienda de antigüedades.
GIGGLE MCDIMPLES (voz de Ally Maki). Muñeca de plástico perteneciente a una famosa línea de juguetes de los años 80. Jefa de la patrulla animal de Miniópolis, es además la mejor amiga y consejera de Bo Peep, la pastorcita de porcelana que reaparece triunfalmente en esta cuarta parte, con un papel central en la historia.
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