Tornados: el regreso del cine catástrofe, una primera vez y el sello de Steven Spielberg que funciona como buen augurio
Este jueves se estrena el film que dirige Lee Isaac Chung y tiene como protagonistas a Glen Powell y Daisy Edgar-Jones
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En 2022, Quentin Tarantino dijo que ya no hay estrellas de cine. Que las películas como las de Marvel, por más taquilleras que fueran, llevaban gente a las salas por sus personajes y no por sus actores. Algo de razón tuvo el director de Tiempos violentos: hoy es difícil encontrar a un actor que no tenga un fracaso comercial, más allá del éxito con el cine de superhéroes o las franquicias reconocidas. Glen Powell, el protagonista de Tornados, enfrenta un nuevo desafío que va más allá del clima huracanado. Su personaje es Tyler Owens, un “cazador de tornados” que se viste como si fuera un cowboy. Está chapado a la antigua. Elogia “the old ways”: las viejas maneras de hacer las cosas. Powell, texano de 35 años, parece construir la carrera de una estrella en una época en donde se debate si el público todavía va al cine.
Después de cameos en películas como Batman: El caballero de la noche asciende y Talentos ocultos, Powell tuvo un rol secundario en Top Gun: Maverick. En esa película era el rival del protagonista. Su personaje era provocador y fanfarrón, pero también carismático, encantador y habilidoso, como si fuera Han Solo en La guerra de las galaxias.
Top Gun: Maverick fue un éxito descomunal que no previeron ni los más optimistas. En 2022, cuando se estrenó en cines, duró meses en cartelera. El boca a boca ayudó a que se mantuviera en las salas, cuando la industria pensaba que el público prefería ver películas por streaming. En una ceremonia de premios, Steven Spielberg abrazó a Tom Cruise y le dijo: “¡Salvaste el culo de Hollywood!”.
“Recuerdo ese momento”, dice Powell que no tiene nada de creído o fanfarrón como los personajes que suele interpretar. “Esa noticia empezó por todo el elenco y el equipo técnico de Top Gun: Maverick. Spielberg es el padre de los blockbusters. Es responsable de gran parte del éxito histórico de Hollywood. Hizo algunas de mis películas favoritas de todos los tiempos. Mi primer trabajo escolar fue sobre una película de Steven Spielberg”.
Spielberg es el productor de Tornados. El guionista es Joseph Kosinski, director de Top Gun: Maverick y F1, la película sobre Fórmula 1 que protagoniza Brad Pitt y se estrena en 2025. Nadie sabe puntualmente por qué Maverick hizo que el público llenara las salas como hace tiempo no sucedía. ¿Fue por Tom Cruise? ¿Por ser una secuela de un clásico de los 80? ¿Por qué la audiencia estaba cansada del cine de superhéroes? ¿Por qué buscaban una película que mezclara aventura, acción y romance?
“Estoy orgulloso de haber sido parte de esa película. Representó una bocanada de aire fresco, la energía que necesitaba un montón de gente, no solo gente de Hollywood. Muchos dicen: ‘Este es el fin del cine’, pero creo que en general en todo el mundo hoy existe una visión pesimista. Yo siempre tengo una actitud optimista. Cuando hacés películas con el nivel más alto, con algo atractivo para todos los rincones del planeta, suceden cosas buenas. Podés tener una experiencia colectiva sorprendente. Recuerdo cuando terminó la primera proyección de Top Gun: Maverick en CinemaCon, para los dueños de cines de todo el mundo. Apenas se encendieron las luces era como si hubieran resucitado: chocaban los cinco, celebraban”.
Tornado, la película con Bill Paxton, Helen Hunt, Todd Field y Phillip Seymour-Hoffman, fue la segunda película más taquillera de 1996. El cine catástrofe, heredero de películas como Infierno en la torre, revivió en esa década gracias a títulos como Tornado, Día de la independencia y Titanic. Pero gradualmente el interés por ese tipo de historias se fue desvaneciendo.
“Encuentro un punto en común entre Top Gun: Maverick y Tornados. Lo digo de la mejor manera: no quisimos hacer una película comercial o una película para la crítica. Tratamos de hacer una película grandiosa que sea atractiva para los espectadores. Eso fue lo que definió al cine de Steven Spielberg. Por eso estoy orgulloso de Top Gun: Maverick, no solo porque los espectadores fueron a verla al cine. La gente la vuelve a ver en su casa. Es una película muy bien hecha. Tornados tiene magia: es romántica, tiene aventura, es divertida. Esas son las razones por las que me hice actor”, confiesa Powell.
Del cine independiente al de más alto presupuesto
La coprotagonista de Tornados es Daisy Edgar-Jones, la actriz de la serie Normal People. Una meteoróloga seria y profesional, atormentada por un trauma de su pasado, que busca recuperar la confianza perdida. Contrasta con la seguridad y la pose canchera de Tyler Owens. En la película, el cazador de tornados le advierte a su equipo que tengan cuidado con la meteoróloga porque “no se puede confiar en alguien de Nueva York”. Los opuestos se atraen, como dice un viejo saber popular. Ambos personajes representan una división cultural que hoy, más que nunca, se siente en los Estados Unidos.
Fuera de la pantalla, Daisy Edgar-Jones, británica de 26 años, cultiva el perfil de chica indie. Al contrario de Powell, no parece querer construir una carrera con el perfil de una estrella de cine en películas de alto presupuesto.
“Gran parte de mi decisión para hacer Tornados tiene que ver con Lee Isaac Chung”, cuenta Daisy. La elección del director de Tornados también es una decisión algo inusual para una producción tan grande como esta. Es un cineasta que viene del cine independiente. Su película más reconocida hasta ahora es Minari, la historia de una familia coreana que quiere echar raíces en Estados Unidos. Aunque no parezca, hay puntos en común con Tornados: la idea de aferrarse a la tierra, perseguir lo que uno siente y trabajar frente a las adversidades del clima. Pero, por supuesto, al mismo tiempo son películas muy distintas.
La trayectoria de Lee Isaac Chung, del cine independiente a las megaproducciones de Hollywood, no es única. Chloé Zhao, después de ganar el Oscar por Nomadland, dirigió Eternals para Marvel. Barry Jenkins, luego de ser premiado por Luz de luna, aceptó dirigir Mufasa: El rey león. Lo mismo sucedió con varios directores independientes, que de manejar presupuestos chicos pasaron a cifras astronómicas. Los resultados, en general, fueron mixtos.
“Soy fanática de Minari. Le pregunté a mi agente si podía trabajar con este director de cualquier manera. Cuando me dijo que iba a hacer Tornados, me pareció la opción más cool, así que le escribí una carta preguntándole si podía considerarme para cualquier rol. Es un cineasta admirable. Tiene cierta cualidad típica de Spielberg, porque puede hacer que una película se sienta épica y darle corazón. En Tornados hay personajes que te importan. Además, es emocionante ver películas de desastres naturales, que hace rato no teníamos”.
Otra vez, en la conversación con los protagonistas de Tornados aparece el tema de la nostalgia. Películas como las que ya no se hacen, como Top Gun o hasta una comedia romántica como Con todos menos contigo, protagonizada por Glen Powell y Sydney Sweeney. ¿Se pude sentir nostalgia por un tipo de cine que no se vivió? Edgar-Jones nació en 1998, dos años después del estreno de Tornado.
“Vi muchas películas de los 90 para hacer esta. Vi Contacto, Thelma y Louse y… Top Gun, de verdad (se ríe). La original y Maverick. Tornados es nostálgica. Está hecha en fílmico y tiene muchos efectos prácticos. El corazón de la película está en todos esos clásicos y me parece muy cool”.
Un actor que se siente latino y quiere filmar en Argentina
Anthony Ramos es el tercero en discordia en Tornados. El actor nacido en Brooklyn, pero con ascendencia latina, tiene 32 años. Su personaje contrasta con Tyler Owens: es muy respetuoso, es más tranquilo y serio. Al menos, en apariencia.
“Yo no había visto la original hasta que filmamos esta. Pero cuando la vi me encantó”, dice Ramos, actor formado en el teatro musical. Fue uno de los que integró el elenco original de Hamilton, el éxito que trascendió Broadway y alcanzó la fama más allá del teatro. “Me encantaría volver a interpretar a mi personaje, si alguna vez hacen una adaptación para cine de Hamilton, aunque voy a estar más viejo. Estoy seguro que la van a hacer, si no la están haciendo ya”.
En cine, Anthony Ramos hizo musicales como En el barrio. Confiesa que escribió una canción para Tornados, pero no sabe si quedó en el corte final. También trabajó para directores como Bradley Cooper (Nace una estrella) y Spike Lee (en la adaptación para TV de She’s Gotta Have It). “Spike es una de las personas que más influye en mi vida. Agradezco eso. Yo soy de Brooklyn. Él representa Brooklyn de principio a fin. Quiero seguir trabajando con gente como él, Bradley Cooper, Craig Gillespie, Reinaldo Marcus Green; porque si alguna vez decido dirigir, es porque aprendí de ellos”.
Es norteamericano, pero por su ascendencia Ramos se define “latino”. “El crecimiento de los actores latinos significa un montón y espero que no retrocedamos. Pero también espero que los latinos no tengamos que esperar a que nos ofrezcan la oportunidad. Que si queremos dirigir, escribir, actuar o lo que sea, lo hagamos. Que empecemos a tener la confianza en nosotros mismos”.
Su colega, Glen Powell, además de actuar, se animó a escribir el guion de una película. Lo hizo con Richard Linklater en Cómplices del engaño, la comedia romántica que coprotagoniza con Adria Arjona. “Trabajar con Richard Linklater fue un proceso que me llenó. Me gustaría pasar más tiempo escribiendo frente al teclado. Hay algunos proyectos que estoy escribiendo, pero todavía no puedo hablar de eso”.
Por su parte, Ramos confiesa bajo la dirección de quién le gustaría trabajar: “Steven Spielberg. Esta es la cuarta película que él produce en donde yo actúo. ¡Vamos Steven, estoy esperando el llamado!”. Y revela en qué país le gustaría filmar: “¡En Argentina, me encantaría!”.
Entre la nostalgia, las remakes, las secuelas y las franquicias
Ramos no es extraño a las franquicias de alto presupuesto. Godzilla: El rey de los monstruos, Transformers: El despertar de las bestias y, ahora, Tornados. ¿Qué es lo que hace que en esta época abunden las secuelas, las remakes y los reinicios de varias franquicias? “Que fueron éxitos antes y lo son ahora. A mucha gente le encantó Tornado”.
Casi al finalizar la entrevista, ocurre algo que prueba el compromiso y entusiasmo de Glen Powell con la industria del cine, más allá de la película que está promocionando. Se le pregunta a Glen Powell cuáles son sus películas de cine catástrofe favoritas y el actor da una respuesta prolija pero genérica: “Obviamente Tornado, la original”. Pero enseguida acota algo más, volviendo a la conversación entre este periodista y Daisy Edgar-Jones.
“Quiero decir algo sobre la conversación que tenían con Daisy sobre la nostalgia y lo que mencionaste sobre esta época de remakes, reinicios, secuelas y todas esas cosas. Tornados no es ninguna de esas. Es algo que encuentro fascinante. Top Gun: Maverick es una película que se sostiene por sí sola. Obvio, hay cosas de la original que existen en esa película. Pero yo creo que esta es la oportunidad de ver películas que trabajan con la nostalgia y nuestra conciencia cultural”.
Se nota que Powell quería hablar sobre el tema. En Tornados, su personaje maneja una Dodge Ram roja, la misma camioneta de la película original. Pero esta pickup está gastada, el color rojo ya no es vibrante. Y está modificada con algunos artilugios electrónicos que la hacen especial.
“Secuelas, remakes, reinicios, pueden ser términos derogatorios”, dice Powell. “Pero lo interesante, para mí, es la oportunidad para contar algo más que una gran historia. Es la oportunidad para volver a un sentimiento único, a un mundo determinado. Si lo hacés con reverencia, salen grandes películas. Pero cuando se hace con falsedad, sin atención, sale mal. Ahí es cuando aparecen malos porcentajes en Rottentomatoes, cuando se hacen películas solo por el dinero. En esta película tenemos a un director como Lee Isaac Chung, que estuvo atento a muchos detalles, y a un productor como Steven Spielberg. Es emocionante cuando las cosas salen bien”.
Pero en esta época, ni siquiera las secuelas/remakes/reinicios de franquicias reconocidas tienen la taquilla asegurada. Hay casos exitosos, como Intensamente 2 o Un lugar en silencio: Día uno, pero también fracasos comerciales como Furiosa: De la saga Mad Max y Profesión peligro, que no consiguen llevar gente a las salas, a pesar de recibir críticas favorables.
En más de un sentido, Tornados esconde similitudes con Top Gun: Maverick. Las dos son secuelas de películas que fueron exitosas hace varias décadas, cuando el cine tenía más relevancia cultural. Ambas intentan volver a un cine de aventuras, algo de humor y romance. Las originales son exponentes de cine de género hecho en Hollywood, que hoy se revalorizan con mayor aprecio.
Para Glen Powell, Tornados es su primer rol protagónico en una producción de alto presupuesto. La recaudación de esta película, sea buena o mala, hará mucho más que descubrir si Powell tiene o no el material del que están hechas las estrellas. ¿Podrá Tornados, como Top Gun: Maverick, devolver el entusiasmo de la gente por la experiencia en salas de cine? Más allá de los resultados en taquilla, la película toma partido. En una de las escenas más dramáticas, los protagonistas se refugian de la tormenta en el único lugar posible: en una sala de cine.
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