Llámame por tu nombre, una película de amor gay que sacude la pantalla con sutileza
La historia del cine está repleta de relatos sobre el primer amor, pero pocas veces se trata de un romance entre dos hombres y menos aún sin que haya una gran tragedia de por medio. Por eso resulta casi una novedad una película como Llámame por tu nombre.
El film de Luca Guadagnino, que se estrena mañana, es una bienvenida historia de amor gay que no toma la homosexualidad como tema a tratar, sino que pone su foco sobre el romance y lo retrata con sensualidad y belleza.
Basada en la novela de André Anciman, Llámame por tu nombre transcurre en una villa del norte de Italia durante el verano de 1983. Elio, un adolescente de 17 años muy inteligente y con talento para la música, se enamora de Oliver, un alumno de posdoctorado de su padre, invitado por este a pasar una temporada en la casa de la familia para trabajar sobre su tesis.
La película fue aclamada desde su estreno en el Festival de Sundance del año último y hoy cuenta con varios premios en su haber y nominaciones al Oscar como mejor película, mejor guion adaptado, mejor actor para Timothée Chalamet y mejor canción para "The Mystery of Love", de Sufjan Stevens.
Pero llegar a este presente exitoso no fue nada fácil. Una década y varias idas y venidas de por medio pasaron hasta que se pudo concretar la idea de adaptar el libro de Anciman, que comenzó como un proyecto que los productores del film le ofrecieron a James Ivory .
"James y yo nos conocemos desde hace muchos años -cuenta Guadagnino, en una charla telefónica con la nacion-. Hace un tiempo acordamos con los productores de Llámame por tu nombre que intentaríamos hacer este proyecto juntos. Trabajamos en el guion y le gustó a mucha gente del medio. La idea era que fuera la próxima película de James y nos pusimos a buscar financiamiento. No tuvimos suerte porque, desafortunadamente, nadie quería poner dinero para esa versión de la película. Lo que pasó fue que algunos dijeron que la harían por una cantidad menor de dinero si yo la dirigía. Como hacía tanto tiempo que estábamos intentando hacer esta película sentí que era un llamado del deber y decidí hacerla".
El resultado de la colaboración entre Ivory como guionista y Guadagnino como director es un matrimonio feliz entre la elegancia clásica y la pasión por los detalles del primero y el tratamiento más moderno y toque sexy del realizador italiano.
La sensualidad es omnipresente en la película, pero hay más sugestión y utilización del fuera de campo que escenas de sexo gráficas entre los protagonistas (aunque sí hay una escena muy jugada).
“Esta película es sobre la intimidad, sobre acercarse a las puertas del otro –dice al respecto Guadagnino–. No veo cómo eso pueda llevarse bien con lo sexualmente gráfico y la imaginería de la desnudez”.
En esta creación de una intimidad que trasciende lo explícito, el director contó con dos actores que convierten a Elio y Oliver en personas reales y fascinantes de ver. Timothée Chalamet sorprendió a todos con su primer protagónico al realizar una sensible y divertida encarnación del adolescente enamorado por primera vez de un hombre que le lleva algunos años. Continuando con una carrera que no tomó los caminos más obvios, Armie Hammer se volcó de lleno a un rol que él mismo reconoció que le daba algo de temor y logró recorrer con maestría las sutilezas de su personaje que se van manifestando mientras transcurre la historia.
“Armie es un actor maravilloso, siempre quise trabajar con él y era perfecto para el papel –explica Guadagnino–. Es casi como si hubiera salido del libro de André Aciman, de la forma en que él lo describe. Así que la combinación del aspecto físico de Armie y su calidad actoral lo hacía una elección casi obvia. Conocí a Timothée cuando tenía 17 y entendí que era ambicioso y muy motivado a construirse una carrera y también era perfecto para ese papel”.
Tal como lo había hecho en A Bigger Splash con Ralph Fiennes, el director filma también acá a sus personajes bailando para intentar adivinar algo más sobre su naturaleza. Al presentar a Hammer moviéndose al ritmo de The Psychedelic Furs construye el deseo a través de su cámara y pone al espectador en el lugar de Elio sintiéndose atraído por Oliver.
“Siento en mi vida un aprecio muy fuerte por la forma en la que la gente baila –dice Guadagnino sobre su gusto de filmar este tipo de escenas–. Es una forma que encuentro de contar algo sobre los personajes de manera no verbal”.
Una curiosidad del método de trabajo del realizador de El amante es que eligió filmar en orden cronológico, algo que no suele hacerse en las películas por cuestiones prácticas. Según explica el director, lo hizo para que los actores pudieran desarrollar sus personajes con el transcurso del rodaje: “Así llegan cómodamente al lugar al que su personaje va”.
Siguiendo esta idea de retratar al mismo tiempo la evolución del actor en la película y de su personaje en la ficción, Guadagnino tiene la ilusión de seguir la historia de los protagonistas de Llámame por tu nombre en varias secuelas.
“El desafío y la belleza de la idea de continuar la historia de Elio y Oliver en otras películas es verlos a ellos y a los otros personajes crecer a través de los cuerpos de este elenco fantástico –dice el director–. Es decir que se entrelacen los actores y los personajes para que podamos ser testigos de cómo ambos van creciendo”.
Aun con estos planes épicos para seguir contando el romance entre estos dos hombres, Guadagnino rechaza la idea de que ya era hora de narrar una historia de amor gay de estas características, sin más tragedia que el dolor que todo amor puede provocar a veces.
El impacto que tiene su película, según el director, tiene que ver con algo más universal, con la búsqueda de la compasión y una necesidad de ver un amor verdadero reflejado en la pantalla: “Es un film en el que la gente se relaciona no de una manera en la que uno domina al otro, sino elevándose uno al otro. Es una película sobre la transmisión del conocimiento en la conexión con otras personas. Es una caricia amable y suave. Creo que muchos quieren eso”.
Suspiria en clave de homenaje
Antes de continuar con su plan de filmar las secuelas de Llámame por tu nombre, Guadagnino estrenará este año Suspiria, inspirada en el clásico de Dario Argento de 1977, protagonizada por su habitual colaboradora Tilda Swinton, Dakota Johnson y Chloë Grace-Moretz. El director, que se define como cinéfilo y es fanático de trabajar en material fílmico, se animó a encarar una nueva versión de este clásico, aunque aclaró en varias oportunidades que se trata más bien de un homenaje al film y no de una remake en el sentido estricto del término.
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