Top Five: las mejores películas sobre adolescentes de los últimos años
Desde un film autobiográfico hasta una adaptación de una historieta, repasamos grandes exponentes en retratar una etapa tan mágica como compleja
*1. UNA HISTORIA CASI DIVERTIDA (2010, Anna Boden y Ryan Fleck)
En su novela semi autobiográfica It's Kind of a Funny Story, el escritor Ned Vizzini concluía la historia de su álter ego Craig con un mantra que el atribulado joven debía repetirse a sí mismo para combatir los demonios de su cabeza: "jugá al básquet, corré, corré, corré; corré a tu casa, corré y disfrutalo; disfrutá; tomá estos verbos y disfrutalos; son tuyos y te los merecés; podrías haberlos dejado atrás pero elegiste quedarte aquí; entonces ahora viví en serio, Craig; viví, viví, viví". No deja de ser agridulce releer ese pasaje hoy en día, dos años después del suicidio del autor que lamentablemente no pudo aplicar a su propia vida las intensas y sabias palabras que les regalaba a sus personajes. Sin embargo, Vizzini deja atrás su obra perdurable, una compuesta por sus encantadores ensayos de juventud (Teen Angst? Naaah...), por su sorprendente novela sci-fi de secundaria (Be More Chill) y por esa obra cumbre que en el 2010 adaptaron Anna Boden y Ryan Fleck, captando a la perfección lo que Vizzini tan bien sabía hacer: hablar el mismo lenguaje de los jóvenes, aún estando él en otra etapa.
Una historia casi divertida focaliza en el mencionado Craig (Keir Gilchrist), un chico de 16 años que se interna voluntariamente en un psiquiátrico tras un intento de suicidio, pero también amplía el panorama para mostrar cómo son arbitrarios los conocimientos de acuerdo a la edad. De este modo, Craig tiene tanto para enseñar sobre el sufrimiento como Bobby (un contenido Zach Galifianakis), un hombre adulto con el que se comunica de igual a igual. Asimismo, la película refleja el sentido de comunidad y pertenencia de quienes se encuentran en un psiquiátrico combatiendo distintas enfermedades, y hermana a sus personajes a través de la música y una perfecta secuencia cuasi onírica en la que los pacientes interpretan "Under Pressure", todo un símbolo de sus cruzadas personales.
*2. THE SPECTACULAR NOW (2013, James Ponsoldt)
Al realizador independiente James Ponsoldt no le interesa la perfección. Su fuerte es lo sucio y desprolijo. Sus personajes tienen tantas fallas como los espectadores que los vemos: nunca están iluminados con el fin de lucir más bellos o etéreos sino de modo tal que sus debilidades (hermosas a su manera) cobren mayor relieve. The Spectacular Now, la adaptación de Scott Neustadter y Michael H. Weber de la novela Young Adult de Tim Tharp, es un testamento de lo complejo que puede ser atravesar la adolescencia (y una historia de amor en dicha etapa) cuando no hay un sostén familiar que clarifique la confusión emocional. Al igual que en su anterior film, Smashed, en el tercer largometraje de Ponsoldt nos encontramos con otro personaje sucumbiendo (aquí sin ser tan consciente) a un incipiente alcoholismo. Sutter Keely ( Miles Teller ) se autodefine como "el alma de cada fiesta", el chico popular de la secundaria que no quiere sentar cabeza con su novia Cassidy (Brie Larson) y quien procrastina cualquier acción que implique pensar a futuro.
La figura que entra en escena para ponerle un espejo donde mirarse es Aimee Finicky ( Shailene Woodley en una de sus mejores actuaciones), la chica nerd - que es mucho más que eso - que se enamora de Sutter al punto de arriesgar su propia estabilidad. Ponsoldt muestra el cortejo con esa desprolijidad a la que aludía anteriormente, con el rostro sin maquillar de Woodley y las remeras transpiradas de Teller, como reasegurando que la adolescencia es menos voluble de lo que parece, como reasegurando que la adolescencia deja sus marcas. The Spectacular Now es una película sobre lo mucho que nos definen nuestras acciones primigenias, una película tan genuina como lo es "Song for Zula", la enorme canción de Phosphorescent que elige Ponsoldt para cerrar de manera brillante (como siempre suele hacerlo) otra de sus pequeñas joyas indies.
*3. CHICAS PESADAS (2004, Mark Waters)
Si alguna vez nos olvidamos de que Tina Fey es, ante todo, una guionista notable, no tenemos más que rastrear Chicas pesadas, la adaptación que hizo de la novela de Rosalind Wiseman Queen Bees and Wannabes. Si bien dicha obra literaria tiene un alto porcentaje de mensajes de autoayuda, la película de Waters es una sátira sobre los distintos grupos que se forjan en la secundaria y las reglas absurdas que activan las entradas y salidas de sus participantes. Esto mismo aprende a la fuerza Cady Heron ( Lindsay Lohan en su inigualable época dorada como comediante), una adolescente acostumbrada a ser educada en su casa que, tras vivir muchos años en África, debe ingresar a una escuela secundaria norteamericana. La realidad golpea a Cady de la mano de la mordaz Regina George ( Rachel McAdams ), la líder indiscutida de The Plastics, esa clicka de mujeres que todos los miércoles se visten de rosa.
Mientras Cady es reclutada por dicho grupo, conoce y entabla un fuerte vínculo con Janis Ian (Lizzy Caplan, toda una estrella en potencia) y Damian (Daniel Franzese), dos outsiders con los que puede burlarse de los chismes internos de esas chicas pesadas que la aceptaron en su cofradía con el fin de moldearla a su medida. Desde escenas icónicas que reflejan la hipocresía de los grupos (como la de la llamada telefónica que dejamos aquí abajo), pasando por participaciones especiales hilarantes (la de Amy Poehler , sobre todo) hasta citas memorables ("si sos de África, ¿por qué sos blanca?"), Chicas pesadas podría haberse arrojado de cara al cinismo y, sin embargo, tiene un final en el que reafirma el respeto por sus humanos personajes.
*4. GHOST WORLD (2001, Terry Zwigoff)
En una noche de desencanto, Enid Coleslaw (Thora Birch) le confiesa a su amigo Seymour (Steve Buscemi) que a veces solo fantasea con tomarse un colectivo sin destino fijo, un colectivo al que inconscientemente aguarda en una parada deshabitada. Esa declaración es solo una de las tantas que verbaliza Enid en ese sinuoso camino hacia el conocimiento de la identidad, un camino que, como sabemos, no es exclusivo de la adolescencia. "Solo creo que las personas estúpidas tienen buenas relaciones" declara esa joven con una mezcla de decepción por lo que no pudo ser y de anhelo por ser feliz a pesar de la comodidad de la misantropía.
Ghost World (película en la que Daniel Clowes adapta su propio cómic, incluso superándolo) muestra cómo Enid es una joven incomprendida - tanto en su clase de arte como en una cena con su padre - a la que solo parecen entender su mejor amiga Rebecca ( Scarlett Johansson ) y Seymour, otra persona misántropa que asegura no poder vincularse con el resto de la humanidad. Sin embargo, cuando tanto Rebecca como Seymour deciden actuar para poner sus estáticas vidas en movimiento, es Enid la que permanece aferrada a un ideal de vida que todavía no adquiere otra forma más que la de ese colectivo que finalmente llega, para llevarla vaya a saber uno a qué sitio.
Ghost World es una película generacional imprescindible, con una protagonista que parece tener miles de corazas pero que en el fondo carece de aquello que todos buscamos: sentirse un poco menos sola.
*5. DULCE DE LECHE (2011, Mariano Galperín)
Pocos directores argentinos tan inclasificables como Mariano Galperín, quien cuatro años después de filmar la melancólica Futuro perfecto, arremetió con una relectura de Melody como lo es Dulce de leche, que excede el homenaje y expone con sensibilidad todo eso que le sucede al cuerpo de un joven cuando descubre el amor (y el sexo) por primera vez. Si uno tuviera que delimitar narrativamente al film de Galperín se podría decir que, más allá del clímax de su desenlace, no es más (ni menos) que una sucesión de viñetas sobre el hecho de estar enamorado. Luis (Camilo Cuello Vitale) y Anita (Ailin Salas) se eligen con la rapidez con la que el adolescente decreta aquello que le gusta. Galperín muestra con luminosidad deliberada esas caminatas entre flores, las miradas cómplices luego de un hecho trascendental, las salidas del colegio, la urgencia por estar con el otro haciendo caso omiso al mundo adulto.
Por lo tanto, ese dulce de leche del título no es solo el que se incitan a probar los personajes sino también una manera de aludir a lo infantil, a lo despreocupado, a lo adorable del lenguaje adolescente cuando no existen presiones externas que les hagan redirigir la mirada hacia otro sitio.
PARTICIPACIÓN. ¿Qué otras películas sumarían a este listado? ¡Esperamos sus aportes!
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