Top Five: las mejores películas animadas de los últimos años
Desde el imaginario de Charlie Kaufman hasta el pico de creatividad de Pixar, mencionamos solo cinco grandes films representativos del género
*1. MARY y MAX (2009, Adam Elliot)
Una de las razones por las cuales Mary y Max logra trasladar su melancolía al espectador es porque viene de un lugar extremadamente personal. Adam Elliot no solo se basó en su propia experiencia de intercambio epistolar (en su caso, uno que duró veinte años con un amigo de Nueva York) sino que además tomó ciertos detalles de su personalidad para atribuírselos al personaje de Mary, una niña australiana retraída y solitaria, quien entabla una relación por correspondencia con Max, un hombre que vive en Nueva York y que lidia con el síndrome de Asperger.
Si bien Elliot le inyecta humor a determinadas situaciones ("siempre trato de que mis películas tengan algo de comedia, a pesar de la temática sombría" declaró el director), Mary y Max habla sobre la amistad desde ese ángulo que no se aborda tan frecuentemente, uno en el que impera la insatisfacción y la necesidad de querer ser otro. Como Max le asegura a Mary: "Sos imperfecta y yo también, como todos los seres humanos, solo que cuando era chico buscaba ser cualquier persona menos yo mismo". Que esa niña funcione como una suerte de símbolo de su creador convierte a este film realizado con la técnica de stop motion en una obra donde la sensibilidad es el elemento predominante, sensibilidad que también se desprende del enorme trabajo de voz de Philip Seymour Hoffman .
*2. INTENSA-MENTE (2015, Pete Docter y Ronnie del Carmen)
Aunque puede funcionar como una comedia perfecta para el público infantil - tiene grandes momentos de slapstick y al personaje de Bing Bong protagonizando secuencias acordes -, Intensa-Mente es, desde su inicio con esa mudanza forzada hasta el final con esa adaptación tan ansiada, un film estrictamente para adultos. Durante años Pixar logró que diversos objetos puedan experimentar y generar emociones, y con su última producción llevaron el concepto al paroxismo, con las propias emociones atravesando diferentes estadios. Dichos estadios, que mutan según la etapa en la que se encuentra la joven Riley, son metafóricos y literales, con brillantes inclusiones como la cadena del pensamiento y las cinco islas que se van disipando a medida que esa adolescente crece.
Asimismo, Pete Docter y Ronnie del Carmen se permiten dedicar todo un pasaje del film al pensamiento abstracto, una de las escenas más arbitrarias (y extraordinarias) de todo el cine de Pixar. Mención especial para las voces del gran elenco, especialmente la de Phyllis Smith como Sadness, un personaje sencillamente entrañable. Dato: Smith ganó el premio Annie (los galardones del cine de animación) como mejor actriz de esta película que es la gran favorita para llevarse el Oscar.
*3. ANOMALISA (2015, Charlie Kaufman y Duke Johnson)
No abundan demasiadas películas de animación apuntadas a un audiencia de adultos, películas que desde lo visual aborden momentos íntimos como una noche de sexo o una confrontación brutal. Tuvo que llegar Charlie Kaufman - en colaboración con Duke Johnson - para concebir un film animado que pertenezca a ese nicho. Desde su título, Anomalisa nos revela el núcleo de la historia, mediante la fusión de la palabra "anomalía" y del nombre Lisa, una mujer que quiebra la rutinaria vida de Michael Stone, un hombre que se mueve por el mundo a desgano, que no logra distinguir una voz de la otra, ya que todos los individuos, para él, no presentan ningún rasgo significativo. En consecuencia, Kaufman apeló a la voz de Tom Noonan - con quien ya había trabajado en su ópera prima Todas las vidas, mi vida - para representar a esa masa indisoluble, y a la de Jennifer Jason Leigh para personificar a la mujer que se hace notar dentro del mundanal ruido.
Anomalisa fue originalmente concebida como una obra de teatro que Kaufman escribió bajo el seudónimo Francis Fregoli, en alusión al desorden Fregoli, una condición psíquica real que hace que ciertos individuos vean a muchas personas como una misma. Singular, con secuencias muy bien logradas desde el punto de vista técnico (como el encuentro sexual) y con instantes más esperanzadores (como cuando Lisa le canta una memorable canción a Michael), Anomalisa es una prueba más de que el cerebro de Kaufman funciona en un plano inasible.
*4. EL VIENTO SE LEVANTA (2013, Hayao Miyazaki)
En las esporádicas entrevistas que brinda, el realizador Hayao Miyazaki suele describir cómo fue crecer rodeado de diferentes aeronaves. Su padre era el dueño de la compañía Miyazaki Airplane, la cual fabricaba aviones japoneses para la Segunda Guerra Mundial. Para el director, presenciar la manera en la que esas máquinas cobraban vida, la manera en la que una pieza se amoldaba a la otra para poner un sector en funcionamiento, se contraponía con un aspecto más poético. "En mi cabeza, ambos planos estaban separados; yo amaba a los aviones por cómo se confeccionaban pero también por el modo en el que volaban, por su velocidad, por su altura, y por eso solía soñar siempre con ellos".
No es casual, entonces, que El viento se levanta - la película que marcó su retiro del cine en el año 2013 - sea una obra que combine lo más concreto, los datos que provee un contexto histórico preciso (la mencionada guerra y la fabricación de los aviones de combate) con temáticas mucho más universales, que van desde los deseos que uno fomenta desde niño (Jiro, el protagonista, siempre soñó con confeccionar aviones) pasando por los obstáculos en ese recorrido (en su caso, sus problemas de visión) hasta las inevitables pérdidas de los seres queridos en medio de la concreción de las metas. Solo un maestro de la animación como Miyazaki puede conmover con situaciones que resulten familiares sin descuidar el alto nivel de detalle al retratar una época específica. Dato: El viento se levanta está basado en una manga del mismo nombre escrito por el propio director, que a su vez tiene como origen un cuento de 1937 de Tatsuo Hori, poeta clave de la literatura moderna japonesa.
*5. EL CHICO Y LA BESTIA (2015, Mamoru Hosoda)
El chico y la bestia es, al igual que Mary y Max, otra gran obra sobre la importancia de una amistad atípica en un marco desolador. La flamante película del realizador japonés Mamoru Hosoda se centra en la relación impensada que surge entre un niño huérfano de nueve años llamado Ren - quien tras la muerte de su madre huye de su casa para vagar por las calles del barrio Shibuya de Tokio - y Kumatetsu, un samurai autodidacta que tiene la contextura física de un hombre corpulento pero la cabeza de un oso menos atemorizante. Así, el chico y la bestia forjan una dinámica de maestro-aprendiz, que va más allá del mero homenaje a los montajes de entrenamiento de Karate Kid.
Así como Kumatetsu necesita de un sucesor - a pesar de que la condición humana del niño no está permitida en Shibuya -, Ren necesita de una figura paterna que reemplace a un padre cuyo paradero desconoce. De este modo, ambos se desafían mutuamente a través de lecciones que Hosoda aborda con sutileza, reservándose lo más brutal para las distintas batallas. El chico y la bestia tiene un final devastador, uno que inevitablemente conecta al espectador con el recuerdo de esa presencia (o ausencia) paterna, una que puede ser tan imperfecta como imprescindible.
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