Top Five: las mejores actuaciones femeninas del año
Seguimos con los viernes de balance cinematográfico recordando a esas actrices que brillaron durante el 2015
*1. NINA HOSS en AVE FÉNIX
Una interpretación como la de la alemana Nina Hoss en Ave Fénix no llegará al Oscar ni hará su aparición en los galardones previos. La razón es sencilla: lo que hace Hoss no es explosivo sino sutil, no busca llamar la atención sino conmover a través de los matices. La actriz - quien ya había colaborado con el realizador Christian Petzold en Barbara - se pone al hombro el rol de Nelly Lenz, una mujer que regresa de un campo de concentración completamente desfigurada y que, luego de reconstruir su rostro, busca a su marido por razones que van mutando con el correr del relato. En primera instancia, la vemos a Nelly anhelando un idílico reencuentro. En segundo lugar, la vemos intentando recuperar parte de la magia previa al calvario. En tercer lugar, la vemos ya con consciencia del desengaño. Hoss atraviesa todas esas etapas apoyándose en la fuerza de las miradas con su co-protagonista Ronald Zehrfeld (tan extraordinario como ella) y con gestos que denotan tanto desconfianza como júbilo por volver a sentirse "en casa".
Sin embargo, Petzold se reserva lo mejor para su actriz en los últimos minutos, cuando Hoss despliega su talento como cantante con "Speak Low", tema clave en una secuencia reveladora, acaso una de las mejores del cine del año. Dato: pueden verla a Nina Hoss en el papel de Astrid en la cuarta y quinta temporada de Homeland.
*2. MELISSA McCARTHY en SPY
Se suelen trazar paralelismos entre la actuación de Melissa McCarthy en Spy con la de Robert Downey Jr. en Una guerra de película. Las comparaciones no son descabelladas: en ambos casos estamos ante interpretaciones que juegan con varios niveles, con personajes de diversas capas que se van superponiendo. Así como en la película de Ben Stiller , Kirk Lazarus se autoproclamaba como "el hombre que interpreta a un hombre disfrazado de otro hombre", en Spy la personalidad de Susan Cooper se bifurca cuando le dan la posibilidad de salir de su trabajo de escritorio para moverse en el campo y aplicar sus conocimientos prácticos, ya sin la obligación de ser el mero sostén de un hombre.
De este modo, Susan adquiere múltiples identidades para su labor encubierta, desde Carol Jenkins ("la tía homofóbica de alguien") hasta la amante de los gatos Penny Morgan ("esto sí que alimenta mi autoestima"), para finalmente erigirse sobre el final como quien siempre fue: un talento desaprovechado en la CIA. Con Spy, Paul Feig no solo hizo su película más feminista hasta la fecha sino que además le dio a Melissa McCarthy la posibilidad de liderar una comedia astuta e incansable, donde el personaje central puede ser deseado tanto por Jude Law como por Jason Statham sin que eso altere en lo más mínimo su carácter. En Spy, la amistad viene primero y el flirteo, después.
*3. ANNE DORVAL en MOMMY
Entre las numerosas capacidades de Xavier Dolan, podemos mencionar su talento para moverse dentro de un mismo núcleo de actores sin jamás caer en la reiteración. En Mommy, por ejemplo, el joven director franco-canadiense volvió a trabajar con Suzanne Clèment tras Laurence Anyways, pero sacando de ella una actuación mucho más contenida, el polo opuesto a su personaje en aquel film de un amor puesto a prueba. Asimismo, en Mommy también nos reencontramos con Anne Dorval, la figura central de la ópera prima de Dolan Yo maté a mi madre, quien aquí regresa para explorar nuevamente la complejidad de un vínculo indescifrable. En manos de Dorval, el rol de Diane "Die" Després nunca se vuelve despreciable (Dolan siempre intenta que sus personajes no sean estereotipos sino figuras pluridimensionales) sino completamente humano, una mujer que se encuentra tan atribulada por los problemas psíquicos de su hijo que batalla con su interior para hallar la mejor solución posible a situaciones extremas.
Mommy nos dejó muchas escenas indelebles, pero pocas tan desgarradoras como aquella en la que Dorval se encierra en su habitación y cierra los puños como modo de castigo por la decisión tomada o como modo de enojarse por la encrucijada que le puso la vida enfrente. La interpretación yace en nosotros.
*4. JESSICA CHASTAIN en LA CUMBRE ESCARLATA y A MOST VIOLENT YEAR
Si bien Jessica Chastain formó parte de una de las mejores producciones del año (Misión rescate), fue en dos películas mucho más oscuras en las cuales se destacó más que lo habitual. Por un lado, tenemos A Most Violent Year, el tercer largometraje de J.C. Chandor que no tuvo un buen desempeño en taquilla a pesar de ser la obra más contundente del inclasificable director, en la cual Chastain interpreta a Anna Morales, la esposa de un empresario ( Oscar Isaac ) que intenta no sucumbir a la mafia inherente a su negocio. Para este rol, la actriz no solo toma ciertos elementos de la figura de Lady Macbeth (clara influencia para Chandor) sino que además eleva el concepto de personaje secundario, de mujer que solo está al servicio del hombre, para convertirse en la verdadera anti-heroína del film.
Por otro lado, algo similar sucede en La cumbre escarlata de Guillermo del Toro, una película anómala dentro de la oferta actual, a la cual se la intentó vender como un romance gótico cuando es mucho más que eso. Chastain opaca a la protagonista del film - Mia Wasikowska - e incluso a Tom Hiddleston a través del personaje de Lucille Sharpe, perturbador y conmovedor en iguales dosis, una mujer que se rehúsa a desprenderse del pasado y a despegarse de esa casa en ruinas que tan claramente lo representa.
*5. GRETA GERWIG en MISTRESS AMERICA
Un año después de Mientras somos jóvenes - a mi entender, su película menos inspirada -, Noah Baumbach volvió a colaborar con Greta Gerwig luego de la fundamental Frances Ha con una joyita subvalorada pero imprescindible: Mistress America. Ambas comedias tienen muchos puntos de conexión y demuestran hasta qué punto cuando Baumbach escribe sus guiones con Gerwig, sus films resultan más vitales, armónicos y propulsados por un incuestionable ritmo narrativo. Así como Frances Ha era un brillante homenaje a la Nouvelle Vague, Mistress America combina un evidente amor por el cine de Woody Allen con muchos elementos de farsa francesa y actores entrando y saliendo de escena continuamente.
Gerwig supera su interpretación de Frances al ponerse en la piel de Brooke Cardines, una joven que vive en Nueva York y que oficia de mentora de Tracy Fishko (Lola Kirke, una gran promesa), oscilando entre la verdadera sabiduría (Brooke es una máquina de verbalizar sentencias) y la incertidumbre ante lo profesional y sentimental. Si bien es siempre un placer verla a Gerwig en pleno dominio de sus dotes como comediante, cuando la fachada de Brooke empieza a caer y la vulnerabilidad cobra mayor espesor, la actriz se luce como pocas veces en un final bastante más amargo de lo que parece a simple vista.
PARTICIPACIÓN. ¿Cuáles fueron sus actuaciones femeninas favoritas del año? Esperamos sus aportes en los comentarios
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