Cinco películas sobre viajes inspiradores
Recordamos algunos imprescindibles films centrados en un solo personaje y su particular travesía
Una joven que pierde a su madre y no puede lidiar con el dolor. Una escritora que advierte su descenso hacia una existencia vacía. Un hombre que imagina episodios de aventura por no poder protagonizarlos en la realidad. En esta nota repasamos cinco films que focalizan en recorridos espirituales, en ritos de pasaje hacia una nueva vida, con la consciencia de lo efímero como herramienta para seguir adelante.
*1. ALMA SALVAJE (2014, Jean-Marc Vallée)
"Qué salvaje era dejarlo ser", escribe Cheryl Strayed en el final de Wild, la novela autobiográfica que publicó en 2012 sobre su experiencia recorriendo los más de 1600 kilómetros que comprende el Pacific Cest Trail, el sendero que atraviesa el desierto de Mojave. Por "dejarlo ser" la periodista podría estar refiriéndose a diversos episodios de su atribulada vida, desde la muerte de su madre como consecuencia del cáncer, el abandono de sus hermanos, el divorcio de su marido tras múltiples infidelidades, hasta su adicción a la heroína. Sin embargo, también es posible que la escritora haya querido aludir a un estado de completa entrega hacia las circunstancias con las que indefectiblemente debemos enfrentarnos. De hecho, toda la novela ahonda en cómo la belleza también reside en los momentos de angustia.
Wild fue adaptada en 2014 por Jean-Marc Vallée - quien tres años más tarde volvería a colaborar con Reese Witherspoon en la miniserie de HBO, Big Little Lies - y con un extraordinario guión de Nick Hornby, quien supo cómo equilibrar el agotador viaje de Strayed con flashbacks que ponían de relieve las imperfecciones de esa joven que a los 26 años salió a caminar el sendero sin saber bien por qué. Alma salvaje cuenta con una magnética interpretación de Witherspoon y con la necesaria intervención de Laura Dern como la madre de Strayed, una mujer tan luminosa que su ausencia se vuelve presencia en ese camino de autodescubrimiento. "El estar sola siempre se sintió como un lugar físico para mí, ese espacio donde podía retraerme para ser yo misma", remarca Cheryl en un pasaje de su libro, y esos instantes introspectivos son retratados por Vallée tanto con crudeza como con candidez.
*2. LA INCREÍBLE VIDA DE WALTER MITTY (2013, Ben Stiller)
El quinto largometraje de Ben Stiller es no sólo su trabajo más arriesgado y de mayor despliegue, sino también el más desnivelado. La increíble vida de Walter Mitty es la segunda adaptación del cuento de James Thurber - la primera fue dirigida en 1947 por Norman Z. McLeod - y cuenta con el inconfundible sello de Steve Conrad en el guión, ya que el personaje central se asemeja al de David Spritz en The Weather Man. En el film, Stiller interpreta al Walter Mitty del título, un empleado de la revista Life que se siente más cómodo concibiendo realidades paralelas que intentando contrarrestar su pálida cotidianidad. Cuando se le presenta la oportunidad de ir en búsqueda del fotógrafo Sean O'Connell ( Sean Penn ), dicho viaje se convierte en una excusa para que Walter pueda experimentar en carne propia todo aquello que imaginó, pero jamás logró aprehender.
La película de Stiller tropieza al no encontrar el tono adecuado para registrar la odisea de Mitty - una que está encuadrada de manera episódica - y en muchas oportunidades descansa en una poderosa banda sonora para decir todo aquello que el guión no puede. De todas formas, cuando logra eludir lo redundante, el film construye escenas encantadoras, como aquella en la que Walter se imagina al objeto de su afecto (Cheryl Melhoff, interpretada por Kristen Wiig ) cantando una versión acústica de "Space Oddity" de David Bowie para tomar coraje, subirse a un helicóptero y desafiar sus miedos al cobrar vuelo de manera literal y no sólo con la creatividad como bandera. Así, con sus metáforas subrayadas y su ambición desmedida, La increíble vida de Walter Mitty inspira y abruma en iguales dosis.
*3. UNA HISTORIA SENCILLA (1999, David Lynch)
Una historia sencilla es frecuentemente catalogada como la película más lineal de David Lynch , una en la que no hay lugar para viñetas surrealistas u oníricas y a la que curiosamente su director definió como "la obra más experimental de mi carrera". El realizador consigue un efecto tan hipnótico como el resto de sus trabajos, ya sea al mostrar lo pequeño que puede resultar el hombre al estar en contacto con lo inconmensurable del paisaje, como al abordar las genuinas diatribas sobre el paso del tiempo y la culpa y los rencores que éste trae consigo. En una personificación indeleble, Richard Farnsworth compone a Alvin Straight, un hombre de 70 años que en seis semanas emprendió un recorrido de más de 500 kilómetros desde Iowa hasta Wisconsin en su cortadora de césped para visitar a su hermano enfermo Lyle ( Harry Dean Stanton ), con quien se encontraba distanciado.
Si bien del film se desprende una ineludible melancolía ("lo más difícil de ser viejo es recordar cuando fuiste joven"), Lynch homenajea al verdadero Alvin con un final despojado de golpes bajos y absolutamente conmovedor. Luego de un viaje en el que Straight debió sobreponerse a sus limitaciones físicas - y a los caprichos de su peculiar medio de transporte -, en los últimos minutos en la película cobra relevancia lo no-dicho, con la tensión puesta en ese reencuentro en el que se disipan los conflictos y sólo importa compartir algo tan simple como sentarse a mirar las estrellas. "No hay nadie que te conozca mejor en la vida que un hermano de tu misma edad. Él sabe quién sos y por qué sos una de las mejores personas del mundo", enfatiza Straight, frase que simboliza esa travesía que concluye a la par de sus ideales: sin reproches y de cara al futuro.
*4. HACIA RUTAS SALVAJES (2007, Sean Penn)
En "Guaranteed", la canción escrita por Eddie Vedder para el soundtrack de Hacia rutas salvajes, se habla de un individuo que desafía los paradigmas. "Todas las personas con las que me encuentro que están en jaulas que compraron piensan en mí y mi transcurrir, pero yo nunca soy lo que ellos creyeron", expresa el tema que describe perfectamente a Christopher McCandless, ese joven de vida privilegiada que al graduarse de la universidad donó todo su dinero para viajar por el país bajo el seudónimo Alexander Supertramp. Sean Penn adapta la novela de 1996 del periodista y montañero Jon Krakauer., aquella que dio a conocer los pormenores de esa vida de trotamundos que eligió McCandless y que lo condujo a Alaska y a ese "colectivo mágico", contexto en el que murió de hambre en 1992.
Al igual que Alma salvaje, el film de Penn no cae en la demagogia de enaltecer a la figura retratada sino que, por el contrario, la muestra de manera caleidoscópica, tal lo cual lo describe la canción de Vedder. McCandless era tanto ese joven que se hastió de la sociedad consumista en la que estaba inmerso, como ese hombre que aprendió a descubrir bajo sus propios medios la belleza de un mundo que estaba ahí, dormido, como esperando a desplegarse para su contemplación. Hacia rutas salvajes también contiene esos instantes de intimidad que residían en Una historia sencilla, y en los que Emile Hirsch se luce en un ida y vuelta memorable con un partenaire de lujo: Hal Holbrook.
*5. COMER, REZAR, AMAR (2010, Ryan Murphy)
Comer, rezar, amar es una de las películas más emblemáticas si de viajes de introspección hablamos, aunque no necesariamente la más lograda. Ryan Murphy adapta la famosa novela de Elizabeth Gilbert, una escritora que cuestionó su supuesta estabilidad emocional, se divorció de su marido, abandonó momentáneamente su trabajo y emprendió un viaje con el objetivo de recuperar la vitalidad que solía definirla. Su travesía está en las antípodas de la de Cheryl Strayed: es más desprolija y acaso menos arriesgada, pero con similares conflictos subyacentes. Julia Roberts interpreta a esa mujer que visita Roma, Bombay y Bali y que, a través del conocimiento de sus respectivas culturas, logra satisfacer el simple y a la vez complejo deseo de disfrutar de los placeres.
Diez años después de la publicación de su novela, Gilbert se separó de su segundo marido, José Nuñes (interpretado en el film, bajo otro nombre, por Javier Bardem ) y comunicó que el divorcio estuvo directamente relacionado con su incipiente noviazgo con su mejor amiga y colega, Rayya Elias. Gilbert, mientras la acompañó en su lucha contra el cáncer, se enamoró de ella y se casó este año en una ceremonia íntima en el mes de junio.
"Estimados, en el último año, Rayya Elias y yo hemos atravesado algunos días difíciles, aunque hoy fue la excepción. Hoy fue precioso y perfecto. Una simple y espontánea ceremonia de amor, rodeadas por un pequeño grupo de amigos y familiares. Nuestra ceremonia no tuvo ninguna implicancia legal (¡no hay necesidad de alertar a las autoridades, amigos!), sino que fue una tranquila y privada celebración de lo que nosotras sabemos desde hace mucho tiempo que es verdad: nos pertenecemos la una a la otra", escribió la autora del inspirador bestseller.
*DE YAPA: TRACKS (2013, John Curran)
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