Top Five: cinco inolvidables adolescentes del cine
El estreno de Just Jim nos invita a repasar a otros jóvenes no exentos de inquietudes y conflictos
*1. OLIVER TATE, Submarine (2010, Richard Ayoade)
A sus quince años, Oliver Tate (Craig Roberts) aplica razonamientos propios de un hombre adulto. Mejor dicho: Oliver quiere ser un adulto. Desde la forma en la que imita las actitudes de su padre - a quien llega a emular en su etapa depresiva - hasta cómo se predispone a escuchar vinilos y a utilizar cada palabra nueva del diccionario, Oliver busca exudar una personalidad formada más que en formación. Sin embargo, cuando el amor que siente por Jordana Bevan (Yasmin Paige) es finalmente correspondido, el joven lo arruina todo con un acto de inmadurez. Submarine es la ópera prima del británico Richard Ayoade, quien adaptó a la perfección la novela de Joe Dunthorne, si bien tamizando un poco el sarcasmo del adolescente protagonista, y con viñetas musicales cortesía de Alex Turner. La sinergia entre los planos de Oliver caminando por la costa de Swansea (Escocia) con las letras del frontman de Arctic Monkeys es el pilar más sólido en el que se sostiene este film, uno de los mejores representantes del subgénero coming of age.
Dato: ya está disponible en nuestras salas Just Jim,el debut en la dirección de Roberts, una película notablemente influenciada por Submarine.
*2. FERRIS BUELLER, Experto en diversión (1986, John Hughes)
"Cuando crecés, tu corazón se muere" es la frase que de algún modo simboliza la filmografía de John Hughes o sus inquietudes, a secas. Verbalizada en el clásico El club del desayuno, se trata de una declaración de principios de ese enorme guionista que concibió algunos de los adolescentes más imperfectos y reconocibles del cine. Ferris Bueller ( Matthew Broderick ) representa no solo al joven que pretende estar enfermo para faltar al colegio sino también al joven que se rehúsa a permanecer tirado en la cama para ponerle el cuerpo a la mentira. Por el contrario, a Ferris le interesa el uso de la astucia para pergeñar distintos planes que le permitan cantar y bailar al ritmo de "Twist and Shout", comer en un restaurante francés o andar en Ferrari.
Esa simbiosis entre el querer ser adulto pero, en el fondo, mantener el espíritu inquieto y jovial de la adolescencia encuentra en Experto en diversión a uno de sus máximos exponentes, uno en el cual el director de la secundaria (Edward Rooney, interpretado por Jeffrey Jones) personifica al adulto más descorazonado e intransigente, una versión más caricaturesca de Richard "Dick" Vernon de la mencionada El club del desayuno.
*3. ENID COLESLAW, Mundo fantasma (2001, Terry Zwigoff)
Ser adolescente implica, entre muchas otras cosas, el no tener el futuro claro, el vivir en un estado de falsa eternidad donde la incertidumbre no es necesariamente algo malo. Sin embargo, para Enid Coleslaw (Thora Birch, en una actuación insuperable), es motivo de sufrimiento. Atascada en una rutina gris, con un padre que no entiende su desencanto y una mejor amiga que inconscientemente la arrastra a una existencia monocorde, Enid solo cobra vida cuando sus dibujos empiezan a hablar por ella y cuando conoce a Seymour ( Steve Buscemi ), un hombre adulto que cree tener su futuro resuelto. Ambos misántropos y socialmente fóbicos, Enid y Seymour comparten la sensación de no poder vincularse "con el 99% de la humanidad" y contrarrestran esa dificultad construyendo su propio universo.
Basada en el brillante cómic de Daniel Clowes (anagrama de Enid Coleslaw), Mundo fantasma se trata de una película que pone a su protagonista de cara a lo incierto sin juzgarla por eso. Enid, arriba de un colectivo que pasa ocasionalmente por una particular parada, está lista para no estarlo, para ver si puede reformular uno de sus tantos dictámenes: "Creo que solamente la gente estúpida tiene buenas relaciones".
*4. CHRIS CHAMBERS, Cuenta conmigo (1986, Rob Reiner)
A pocos cinéfilos les puede resultar indiferente la frase "nunca de grande tuve amigos como los que tuve a los doce, por favor... ¿acaso alguien los tiene?" de Cuenta conmigo, la extraordinaria película de Rob Reiner. El mero recuerdo del contexto en el que el protagonista lo dice es razón suficiente como para que se nos ponga la piel de gallina. Basada en la novela corta El cuerpo de Stephen King - adaptada por los guionistas Bruce A. Evans y Raynold Gideon -, el film de Reiner es nostalgia pura, y las interacciones de esos cuatro jóvenes de Oregon que emprenden la búsqueda de un cuerpo como excusa para escapar de sus realidades son tan genuinas como indelebles.
Un ejemplo es el consejo que le da el quebrado Chris Chambers (ese diamante en bruto que era River Phoenix) a su amigo Gordie (Will Wheaton), en relación a los deseos de éste último de convertirse en escritor. "Quisiera haber sido tu padre, así no estarías hablando de tomar cursos de porquería. Dios te dio algo, todas esas historias que podés inventar y te dijo que no lo pierdas. Los chicos siempre pierden cuando no hay alguien que los cuide, y si los padres están demasiado arruinados como para hacerlo, entonces quizás sea mi tarea". El final de Cuenta conmigo, con Gordie ya convertido en ese escritor, reflexionando acerca de cómo ese presente está tan ligado a ese pasado, es un momento maravilloso, verdadero, elocuente, acerca de lo importantes que son los amigos cuando todo parece estar perdido.
*5. RUSTY JAMES, La ley de la calle (1983, Francis Ford Coppola)
"Lo que no guardo en mi memoria, no me interesa conservarlo", escribió el escritor y cineasta chileno Alberto Fuguet en su novela coming of age Mala onda. Esa frase marcaría el rumbo de muchos de sus trabajos, pero puntualmente de su ensayo cinéfilo Locaciones: buscando a Rusty James, un documental en el que le siguió los pasos al protagonista de La ley de la calle en Tulsa. Sin embargo, Locaciones es mucho más que un paseo por los escenarios del film de Francis Ford Coppola : es una declaración de amor al cine y a aquello que persiste en nuestra memoria mucho tiempo después de haberlo absorbido por primera vez. Para Fuguet, como para muchos, Rusty James ( Matt Dillon ) era un personaje digno de revisitar, como también lo era su hermano, el ominoso Motorcycle Boy interpretado por Mickey Rourke .
"Si querés ser el líder de la gente, tenés que tener un lugar al cual ir", dice ese hombre, quizás sabiendo que precisamente eso era lo que iba a hacer su joven hermano en el futuro: montarse en su moto para contemplar el cielo y las aves, encontrar un lugar en el mundo. Tanto La ley de la calle - basada en la imprescindible novela Rumble Fish de S.E. Hinton, quien co-escribió el guión - como Locaciones son más que dos obras cinematográficas: son dos peregrinajes en los cuales se predica acerca de la hermandad por sobre todas las cosas.
*DE YAPA: el adelanto de Just Jim de Craig Roberts,estreno de esta semana:
PARTICIPACIÓN. ¿Qué otros adolescentes del cine sumarían al conteo?
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