Top Five: cinco escenas imprescindibles de Ben Affleck
Concluimos la semana del estreno de Batman vs Superman recordando secuencias notables de la filmografía del actor y director
*1. El monólogo romántico de Holden (La otra cara del amor)
La carrera cinematográfica de Ben Affleck tuvo un comienzo más que auspicioso gracias al buen ojo de dos realizadores independientes: Richard Linklater y Kevin Smith. Si bien el primero solo le dio un pequeño papel en Rebeldes y confundidos allá por 1993, fue su amigo Smith quien lo convocó para un rol más relevante en la comedia de culto Mallrats en 1995. Sin embargo, el primer protagónico de Affleck (si no contamos Glory Daze) llegó dos años después con La otra cara del amor, quizás el mejor film de Smith hasta la fecha, en donde el actor tuvo a su cargo dos monólogos contrapuestos pero igual de efectivos. Uno de ellos, aquel en el que Holden le declara su amor a su mejor amiga gay Alyssa (Joey Lauren Adams) "sin importar el resultado", es sencillamente magistral.
Un hombre y una mujer dentro de un auto con la lluvia de fondo es todo lo que necesitó Smith para concebir una secuencia que no pretende mostrar el costado sensible del hombre sino más bien erradicar los prejuicios respecto a la identidad sexual y el modo hermético con el que la misma suele abordarse. En ese aspecto, La otra cara del amor parece adelantada a su tiempo y resulta mucho más vital hoy en día.
*2. La confrontación de Chuckie a Will (En busca del destino)
El final de En busca del destino (musicalizado con la hermosa "Miss Misery" de Elliott Smith) ilustra el cierre de tres etapas en paralelo. Por un lado, se cumple un ciclo para Will Hunting ( Matt Damon ), quien se aleja del sur de Boston para "ver qué pasará con esa chica" y reconstruir el presente sin opiniones ajenas que lo digiten. Por otro lado, su psicólogo Sean ( Robin Williams ) concluye una etapa al tomarse un año sabático, viajar, acabar con el duelo y jugar con nuevas cartas. Asimismo, se cierra un ciclo para Chuckie (Affleck), mejor amigo de Will, quien va a buscarlo a su casa como todos los días para encontrarse con la sorpresa de que ese joven genio ya no le abrirá la puerta.
Ese pequeño momento remite a una conversación previa entre esos amigos, en un descanso del trabajo, en el que Chuckie le implora a Will que no se duerma en lo conocido de Boston y que cobre ese "boleto de lotería" que tiene en sus manos, ese don con el que podrá abrirse al mundo. Affleck y Damon escribieron un guión a prueba de balas plagado de conversaciones mundanas en las que el primero demuestra que es mejor actor cuando su personaje se mueve en la periferia, con la espontaneidad como rasgo clave.
*3. La manipulación de Amy Dunne a su marido Nick (Perdida)
Por si quedan dudas todavía, David Fincher no es solo un brillante director a secas sino también un enorme director de casting. Le podrán sugerir nombres o rebatir otros, pero él siempre tomará la decisión final. En el caso de Perdida - adaptación de Gillian Flynn de su propia novela -, para el personaje de Nick Dunne Fincher sabía que se necesitaba de un intérprete que pudiera transmitir duplicidad de manera constante, justamente porque Nick es solo uno de los polos de un matrimonio que se maneja en las contradicciones, con juegos y maniobras para proyectar un imagen para el afuera. Fincher, según sus declaraciones, lo eligió a Affleck por cómo el actor padeció en carne propia el escrutinio público en su etapa mediática - más precisamente cuando estaba comprometido con Jennifer Lopez - pero también por su proceder ambiguo, uno que lo llevó a estar en el ojo de la tormenta por supuestas infidelidades.
"Ben tuvo que hacer gestos imperceptibles como mirar el celular y esconderlo; hay actores que hacen eso de manera muy tosca pero él lo llevó a cabo con mucha sutileza, probablemente porque tiene una doble cara (...) si yo fuera su pareja me preocuparía" expresó Fincher con su honestidad brutal en el comentario de DVD de Perdida, film en el que Affleck brilla a la par de Rosamund Pike , como en la escena que les dejamos aquí abajo, perfecto ejemplo de la razón por la cual Nick y Amy se merecían mutuamente.
*4. La visita de Doug al florista (Atracción peligrosa)
Si bien con En busca del destino Ben Affleck ya había despuntado como excelente guionista, el actor tuvo que sortear un período de malas decisiones (Pearl Harbor, Daredevil, Gigli y un largo etcétera) hasta concebir nuevamente proyectos propios. Su debut como director fue con la perfecta Desapareció una noche- gran adaptación de la novela de Dennis Lehane -, secundada por la no menos magistral Atracción peligrosa, otro drama donde se percibe aún más cuán influyente fue para Affleck el clasicismo de Clint Eastwood . Si bien la película cuenta con secuencias donde el realizador maneja a la perfección el pulso del thriller (como si estuviera adelantándose al tramo final de Argo), es en los momentos más íntimos donde reluce su mirada clínica a las reglas tácitas entre los integrantes de ciertas redes criminales y círculos mafiosos.
En consecuencia, la visita de Doug (el propio Affleck en otro de esos papeles bostonianos que tan bien le sientan) al líder de la mafia Fergie (un descomunal Pete Postlethwaite) para anunciar su retiro es tan simple como escalofriante. Affleck encuadra la escena con esas flores que son cortadas por Fergie con la misma determinación con la que amenaza a Doug, perfecto símbolo de cómo a veces hay que arrancar las espinas para empezar a rozar la plenitud.
*5. El escape en el aeropuerto (Argo)
En una primera mirada, Argo no parece un western. En realidad no. Es una biopic con una secuencia final cercana al thriller y un último plano que (otra vez) parece salido de un film de Eastwood. Sin embargo, al reverla, el mote de biopic se desvanece cuando notamos que Affleck y el guionista Chris Terrio sacrificaron la fidelidad histórica para aprehender lo épico. Ya lo había escrito André Bazin: al western le interesa la ingenua invención, los planos abiertos, todo aquello que pueda ser descrito como inconmensurable. Y todo eso es Argo. La historia real en la que se basa es una operación ejecutada en 1979 por la CIA para rescatar a seis diplomáticos estadounidenses de Irán, con la idea de camuflarlos como equipo de filmación de una película. El hombre detrás de ese plan preliminar es Tony Mendez (Affleck), quien entrena al grupo para superar las distintas trabas que surgirán antes de subir al avión.
Argo se toma varias licencias con el fin de captar lo heroico, reconstruyendo el escape con un nervio aplastante, cumpliendo así con esas reglas básicas del western a las que aludía Bazin. Asimismo, la tercera película de Affleck (ganadora del Oscar) es un homenaje al cine y a su capacidad de vendernos espejitos de colores, a su capacidad para erigirse como la vía de escape ideal en el trajín cotidiano. Así, Argo es muchas películas en una pero con una cohesión admirable. Dato: además del "proyecto Batman", Affleck retomó la dirección con Live by Night, otra adaptación de una novela de Dennis Lehanne a estrenarse en octubre de 2017.
PARTICIPACIÓN. ¿Qué otras escenas de Ben Affleck destacarían? ¿Lo prefieren como actor, director o en ambos roles?
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