La actriz australiana protagoniza la comedia La heredera de la mafia, que se estrena este jueves 27, y habló con LA NACION sobre este flamante proyecto y sobre los momentos más importantes de su recorrido como actriz
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Kristin Balbano (Toni Collette) nunca vio El padrino. El único lazo con sus raíces italianas es su fascinación por Stanley Tucci como conductor del programa gastronómico Searching for Italy. Su vida consiste en mantener a su familia a flote, pero descubre que su marido le está siendo infiel con una mujer mucho más joven que ella. Desencantada y resignada al mismo tiempo, Kristin atraviesa su cotidianidad permitiendo que los hombres controlen su proceder, ya sea su esposo como sus jefes y colegas de un trabajo donde sus ideas no son respetadas, más bien escuchadas por compromiso.
El llamado que cambia todo es el de Bianca (Monica Bellucci), quien se comunica desde Italia para informarle no solo que su abuelo falleció, sino que además era el líder de una mafia que quedó acéfala. A Bianca no le gustan los eufemismos, por lo que su pedido es claro: necesita que Kristin deje California, se instale en la región de Calabria y tome nada menos que el rol de su abuelo, el respetado consigliere. Tras el pánico inicial, la mujer acepta, y se mueve en ese contexto con un nivel de improvisación que genera los gags más efectivos de La heredera de la mafia, la comedia negra de Catherine Hardwicke que se estrena este jueves en salas locales.
En diálogo con LA NACION, Toni Collette, la prolífica actriz australiana que deslumbró allá por 1994 con El casamiento de Muriel, se explayó sobre los grandes desafíos de su carrera, mencionó El legado del diablo como la película que cambió su vida, pudo señalar el personaje más importante de su heterogénea filmografía, y también aludir a cómo fue ponerse en la piel de Kristin, esa mujer que ingresa al mundo de la mafia sin ninguna clase de conocimiento sobre el tema.
La actriz se divirtió tanto con la propuesta, que decidió producirla y el rodaje se llevó a cabo en plena pandemia. “Cuando uno piensa en un relato sobre la mafia, surgen estereotipos oscuros y ásperos, y nosotros quisimos tomar el guion de Michael J. Feldman y Debbie Jhoon y hacer algo completamente descabellado, darle un poco de luz a un mundo que la estaba necesitando, yo creo que la van a pasar muy bien”, prometió la actriz en un extenso diálogo con este medio vía Zoom.
-Cuando leíste el guion de La heredera de la mafia, ¿qué fue lo primero que llamó tu atención y que te condujo a querer protagonizar la película y producirla?
-¡Me pareció muy divertido! Eso es lo que surgió a simple vista. Más allá del género, la historia que se cuenta también me interesaba porque está centrada en el empoderamiento femenino y, aún así, en ningún momento se siente dogmática. En ese punto sí creo que es porque está atravesada por tantas secuencias de comedia de estilo irreverente. Sentí el guion, al proyecto, como una suerte de regalo, como un atisbo de luz, como algo que irradiaba optimismo, que buscaba la risa. De hecho, la propuesta me llegó durante la pandemia y me pareció que era importante tomar esa luminosidad que tiene la película y esparcirla por todo el mundo ni bien pudiéramos.
Cuando empecé en mi carrera, los personajes femeninos con potencial eran limitados; pero sí creo que la industria está cambiando, aunque lentamente
-Mencionabas el empoderamiento femenino, ¿considerás que la industria cinematográfica cambió en cuanto a la concepción de películas con mujeres tomando el control de la narrativa?
-¡Fuck yeah! Mirá lo que pasa en esta película (risas). Pienso que mucho ha cambiado en la industria; considero, más que nada, que todos están al tanto de que tienen que contarse historias con toda clase de individuos, de géneros, porque a fin de cuentas todos valemos, y la narración existe desde que nosotros existimos. Por lo tanto, todos necesitamos ser vistos. Pensando en mi carrera, cuando empecé a trabajar en cine había muchas historias dominadas por hombres, y los roles de las mujeres eran muy reducidos y casi siempre estaban allí para elevar a esos hombres. Yo tuve mucha suerte porque me dieron la posibilidad de interpretar roles increíbles, pero sé que, por fuera de mi experiencia, los personajes femeninos con potencial eran limitados; pero sí creo que la industria está cambiando, lentamente, pero está cambiando.
-En la película hay un chiste recurrente acerca de cómo tu personaje nunca vio la saga de El padrino, lo que se conecta con cómo acá se revierten los roles y una mujer puede protagonizar una película de mafiosos, lo que parecía estar circunscrito a los hombres
-Sí, eso me pareció genial, pero sobre todo porque no estamos ante un drama de tópicos sombríos, densos, decidimos cambiar esa convención, por eso la película está buscando el humor todo el tiempo. En el caso de mi personaje, ella de hecho no sabe cómo moverse en ese mundo y sus reglas, está todo el tiempo pensando “¿Qué carajo está pasando?” (risas), está como desconcertada, y eso me hizo reír mucho cuando leí el guion. Además, me encantó que estuviera ambientada en este mundo que es tan extremo, pero también tan familiar, en cuanto a las películas que hemos visto y los pormenores que ya conoce el espectador. Entonces, el poner a una mujer que no tiene idea de la mafia en la cumbre, y que encuentra allí su propósito, en el lugar menos pensado, me parecía una gran historia para contar, un relato hermoso.
-A lo largo de tu carrera fuiste eligiendo papeles muy diferentes entre sí, géneros diversos, incluso con narrativas extremas como El legado de diablo, ¿cómo fue volver a la comedia y cuáles son los desafíos de hacer reír a la audiencia?
-¡No hubo desafíos! No, en serio, te lo juro (risas) Pasé un gran momento de mi vida en este rodaje. El único desafío que se me presentó era el no querer que se termine nunca. Fue una experiencia maravillosa, trabajamos duro, por mucho tiempo, pero el elenco y el equipo lo hicieron todo tan fácil, porque estaban relajados y eran amables el uno con el otro. Nos divertimos mucho, había camaradería, sumado a que todos los clichés que podés escuchar de Italia sobre la comida, los paisajes, son todos ciertos. Filmar ahí fue como estar el cielo, me siento muy afortunada, porque la experiencia me cambió la vida en cierto punto.
-Además volviste a trabajar con Catherine (Hardwicke) después de Ya te extraño… ¿Qué recuerdos conservás de esa película?
-Mirá, es muy loco lo que me decís porque justo estuve en el programa de Drew (Barrymore) y nos pusimos a hablar sobre el tema. Como quizá se pueda percibir, Drew es muy buena conductora, genera hermosos climas, y nosotras nos llevamos muy bien porque todo comenzó gracias a esa película. Nos convertimos en mejores amigas durante el rodaje, nos amamos, solo que no podemos vernos tan seguido como quisiéramos. En Ya te extraño, mi trabajo estaba enfocado en crear un vínculo con Drew, ella era el centro para mí, el eje de la experiencia. Por supuesto que Catherine estaba al mando, pero la dinámica con Drew tenía que funcionar para que el film también cumpliera su propósito.
En La heredera de la mafia pasó algo totalmente distinto, me reencontré con Catherine desde otro lugar, tuvimos una conexión mucho más profunda en el trabajo. Catherine no es solo una directora increíble sino una persona maravillosa, está loca, es única, ve las cosas como nadie, tiene ideas descabelladas que nunca pensarías, y por eso es muy inspiradora estar al lado de una persona así, se genera un proceso intenso y creativo.
-¿Permite improvisar?
-Sí, totalmente. Es una directora que crea un ambiente seguro, libre; hubo una atmósfera hermosa en el set, los actores la amamos y la pasamos muy bien sabiendo que teníamos esa libertad en el momento de trabajar y ver qué surgía en la filmación.
-¿Y cómo fue trabajar con Monica Bellucci? Hacen una muy buena dupla.
-Es genial, porque ella tiene el rol más serio en contraste con el que yo interpreto, está siempre con esa cara de póquer genial, es muy graciosa, le tocó convertirse en la persona que me tenía que entrenar y educar. Lo que me encantó de filmar con ella fue el desafío de hacerla reír, porque la película es una locura, pero ella estaba seria todo el tiempo, el hecho de que ella se divierta con mis chistes era muy especial para mí, encontrar ese aspecto lúdico que está escondido en su personaje.
-Volviendo a tu carrera, ¿cómo es tu proceso de elección de proyectos? ¿Tiene que ver con ir alternando los géneros o te guías por el instinto?
-Me guío mucho por mi instinto, me escucho a mí misma y fluyo con eso. Es muy importante para mí mantener la mente abierta a lo que surja y, si el timing y la agenda me lo permiten, trabajar en eso que busco explorar. A veces hago cosas duras y luego necesito pasar a un proyecto más liviano, pero no siempre se produce esa dinámica. Por ejemplo, estaba en esa postura cuando llegó El legado el diablo, una película a la que no pude dejar pasar, que me cambió todos los planes, que me modificó completamente.
Me encanta lo que hago, por eso muchas veces no lo veo como un trabajo: lo vivo como algo para lo que estaba destinada. Realmente creo que hay papeles que estaban destinados a llegarme, porque después termino aprendiendo mucho de los personajes que interpreto. En varias oportunidades me pasó de encontrarme con elementos en algunos papeles que tenían correlación directa con lecciones que yo tenía que aprender en ese momento en particular de mi vida. Por lo tanto, si esos personajes conectan tanto conmigo, después afortunadamente pueden conectar con la audiencia. Entonces, presto atención a lo que me llega, a qué cosas siento que deben contarse, pienso mucho en qué historias son clave para iluminar.
-Hiciste también miniseries muy duras, como Inconcebible y La escalera… ¿Cuánto tardás en desconectar de esas historias tan fuertes?
-Es raro, porque a veces digo que es trabajo, que después vuelvo a casa y me desenchufo, pero no es tan así. En el caso de Ya te extraño, por ejemplo, sucedió que se me vino a la cabeza un año y medio después del estreno cuando tuve que investigar sobre temáticas que se mostraban en esa película. Es decir, el cuerpo no siente diferencia, no hace la distinción entre la persona y la actriz. Yo tengo que pensarlo, pero el cuerpo lo procesa de otro modo, por eso tengo que intentar dejar esos papeles atrás. Cuando me embarqué en el proyecto de El legado del diablo, yo sabía que iba a ser intenso, pero me permitió construir algo que no me esperaba, me enseñó a preservarme luego, a cuidarme, a sanar.
-Si bien te nominaron al Oscar por Sexto sentido, con El legado del diablo todos esperaban que fueras candidata nuevamente; ¿pensás que hay un prejuicio de la Academia tanto con esa clase de terror arthouse como con la comedia también?
-Sí, la verdad que sí, es cierto que no solo el terror sino también las historias cómicas están subvaloradas, y creo que debería haber lugar para todo, espero que eso cambie con el horror eventualmente.
-Cuando repasás todo lo que hiciste, ¿hay algún director, personaje, escena, proyecto, que te haga decir: “Es por esto que siempre quise ser actriz”?
-En realidad, estoy orgullosa de todo lo que he hecho, porque siempre trabajé en películas en las que creí fervientemente, y tuve la suerte de trabajar con cineastas inspiradores de los que aprendí muchísimo, pero sí se me viene a la cabeza una película en particular que no fue recibida como esperábamos, que no fue reconocida o celebrada como queríamos: En sus zapatos, de Curtis Hanson.
Es una historia sobre la familia, sobre los límites en esa dinámica, sobre encontrar la autonomía en el círculo familiar, es una historia hermosa sobre la hermandad y Curtis fue tan detallista, era un ser tan empático, compasivo, le importaba mucho la película, y a mí me dio una gran oportunidad al darme un personaje en ella. Además, de la experiencia me llevé una gran amistad con Cameron (Diaz).
-¿Por qué pensás que no conectó con la audiencia?
-Pienso que como eran dos hermanas mujeres, eso no ayudó, creo que la hubiesen recibido distinto si los protagonistas eran hombres, porque es una película excelente. Curtis eran un talentoso, Los Ángeles al desnudo es realmente brillante.
-Toni, ¿qué le dirías al público argentino sobre La heredera de la mafia?
-Que se van a divertir mucho, y que van a pasar un momento fucking increíble (risas).
La heredera de la mafia llega a salas argentinas este jueves 27 de junio.
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