Thor
El director irlandés Kenneth Branagh toma al gladiador extraterrestre, uno de los superhéroes de Marvel, pero lo ubica en la actualidad
THOR (Estados Unidos/2011) / Dirección: Kenneth Branagh / Guión: Ashley Edward Miller, Zack Stentz y Don Payne / Fotografía: Haris Zambarloukos / Música: Patrick Doyle / Edición: Paul Rubell / Diseño de producción: Bo Welch / Elenco: Chris Hemsworth, Natalie Portman, Anthony Hopkins, Jeremy Renner, Kat Dennings, Stellan Skarsgard, Rene Russo, Colm Feore y Tadanobu Asano / Distribuidora: UIP / Duración: 113 minutos / Calificación: apta para mayores de 13 años en salas 3D Y 35mm (doblada y subtitulada)
Nuestra opinión: buena
Si bien tiene casi medio siglo de vida en el universo de la historieta (apareció por primera vez en 1962), Thor siempre fue un personaje de segunda línea dentro de la galería de superhéroes de la editorial Marvel. El éxito en cine de sus hermanos "mayores" (El Hombre Araña, Iron Man, los X-Men y, en menor medida, Hulk) hizo que también les llegara el turno a este fornido gladiador extraterrestre con su poderoso martillo y, muy pronto, a otros como Capitán América.
El arranque del film dirigido por el irlandés Kenneth Branagh (una elección bastante audaz por parte de los productores que tuvo un digno resultado final) está ambientado en la actualidad: Jane Foster, una astrofísica interpretada por Natalie Portman, trabaja con su asistente Darcy (Kat Dennings) y su mentor Erik (Stellan Skarsgård) en pleno desierto de Nuevo México en la detección de misteriosos fenómenos del universo. Hasta ese paraje desolado llega Thor (el agraciado actor australiano Chris Hemsworth), desterrado por su padre, el veterano rey del planeta Asgard (Anthony Hopkins), por su arrogancia y espíritu belicista. Así, el trono queda a merced del otro hijo, Loki (Tom Hiddleston), aliado con unos despiadados gigantes de hielo.
Así, entre varios universos paralelos, transcurren las casi dos horas de Thor, que combinan desde la típica historia de amor imposible entre un inmortal y una mortal hasta los enfrentamientos que se suceden tanto en Asgard como en la Tierra (hasta aquí llegan los cuatro leales guerreros y amigos del protagonista con la misión de rescatarlo).
Primera producción de Marvel en 3D, Thor le permite a Branagh desarrollar un par de escenas dignas de la tragedia shakespeareana (las contradicciones de la relación padre-hijo en medio de la lucha por el poder), aunque el resto del relato está destinado a cumplir con la oferta de toda superproducción de superhéroes: desde explosivas escenas de acción hasta exóticas formas de vida en planetas lejanos. Hoy, se sabe, las nuevas tecnologías casi no imponen ningún tipo de límites a la imaginación visual de los creadores.
Aunque hay algunos aspectos dramáticos que no terminan de funcionar del todo (como la tensión romántica), ciertos desniveles interpretativos, varios personajes secundarios con desarrollos mínimos e incluso herramientas técnicas no del todo aprovechadas en términos artísticos (como los efectos 3D), Thor surge como un producto bastante sólido y atrapante en buena parte de su relato. Los superhéroes de la Marvel están acostumbrados a sobreponerse a todo tipo de contratiempos y llegar siempre a buen puerto. Sus películas, también.