Te amaré hasta matarte
En medio de rumores sobre un posible romance, Brad Pitt y Angelina Jolie interpretan en el film a un matrimonio de asesinos profesionales contratados por grupos rivales para matarse el uno al otro
Sin ponerse colorado, Brad Pitt reconoció que el señor Smith encarna una especie de metáfora para entender desde una cierta mirada extrema el comportamiento matrimonial. Igual de resuelta, Angelina Jolie admitió que para interpretar a la señora Smith en el mismo film tuvo en cuenta la experiencia que ella misma vivió en dos accidentados matrimonios durante los cuales llegó a fantasear con el deseo de asesinar a su cónyuge.
Encarnados en la pantalla por dos de las figuras más carismáticas de la pantalla grande actual, el señor y la señora Smith conforman en apariencia un matrimonio común y corriente que se da el lujo de vivir muy bien sólo porque ambos son asesinos profesionales de impecable eficacia que operan para compañías rivales. Hasta que ambos son contratados al mismo tiempo para matarse el uno al otro.
Por esas paradojas a las que nos tiene acostumbrados Hollywood, un mundo en el que siempre cuesta separar lo que hay de real y lo que tiene de fantasioso, la pareja dispuesta a llegar al límite de la destrucción recíproca en "Sr. y Sra. Smith" -cuyo estreno local anuncia Fox para pasado mañana, un día antes de que ocurra lo mismo en Estados Unidos- protagoniza por estos días la historia que más desvela a los cazadores de chismes y los amantes del cotilleo farandulesco.
En las vísperas del lanzamiento de uno de los films más meneados de los últimos tiempos, que nació como proyecto en la primavera de 2000 y transcurrió en medio de extensas idas y venidas que dejaron en el camino a varios actores y directores (John Woo, Michael Mann, David Fincher, Nicole Kidman, Will Smith, Johnny Depp, Gwyneth Paltrow) a lo largo de un complejo proceso de producción, la atención no está puesta tanto en la mezcla entre comedia negra, sofisticada sátira al modelo matrimonial y relato de acción con reminiscencias de los films de James Bond que parece prometer el film.
La prensa internacional y los fans se ocupan de seguir al detalle los movimientos de uno y de otra, algo que se repite desde que trascendió que Jolie y Pitt, durante el rodaje del film que estamos por conocer, fueron más allá de la ficción y llevaron las cosas a un punto que obligó a Jennifer Aniston a pedir el divorcio del astro de “Troya”, con quien se había casado tres años y medio atrás.
“Me llegaron a decir que una foto de Brad y Angelina juntos podía valer unos 300.000 dólares”, dice el director Doug Liman (“Identidad desconocida”), que tuvo que recurrir a uno de sus productores, Lucas Foster, para que se dedicara con exclusividad desde el primer día de rodaje a mantener a raya y bien lejos de los sets a la multitud de frenéticos paparazzi que siempre estaban muy bien informados acerca del plan de filmación y de los exteriores elegidos para cada toma.
“Cada vez que apuntaba la cámara hacia un lugar determinado surgía de algún lado una grúa con paparazzi listos para disparar sus cámaras”, dijo Liman a la revista Entertainment Weekly a propósito de lo que ocurría indistintamente en Nueva York y Los Angeles, los dos lugares principales que sirvieron de escenografía al film.
El frenesí de los fotógrafos estalló en medio del prolongado rodaje, que tuvo lugar entre enero y septiembre de 2004, sobre todo cuando dos semanarios (US Weekly y el tabloide sensacionalista Star) dieron cuenta, en sus ediciones de mayo del año último, de que Brad y Angelina compartían una “creciente intimidad”.
Pero el clímax llegó hace poco, entre el 14 y el 18 de marzo, cuando Liman rodó varias escenas adicionales en medio de rumores sobre desacuerdos entre los productores, los protagonistas y el director respecto del armado final de la trama. Ya habían transcurrido dos meses después de que Pitt y Aniston confirmaron la separación, y durante esos cuatro días el suburbio de Los Angeles elegido para filmar lo que faltaba de “Sr. y Sra. Smith” fue un hervidero de cámaras y de curiosos, frustrados en gran parte porque Brad y Angelina instalaron sus respectivas motorhomes en el interior mismo del lugar de rodaje, precintado para la ocasión como si se tratara de un operativo policial.
Preguntas indiscretas
El 25 de marzo, Aniston inició los trámites formales de divorcio, y el mismo fin de semana Pitt y Jolie pusieron en marcha la campaña promocional de “Sr. y Sra. Smith” en Palm Springs, pero siempre por separado, algo que se mantiene hasta hoy. En sus respectivos encuentros con la prensa internacional ni uno ni otra pudieron evitar ser interrogados sobre los rumores que los vinculan, pero el jueves último se supo que dos periodistas de la TV de Nueva York recibieron expresas instrucciones de no mencionar el tema en sus programados encuentros con Pitt y Jolie (por separado, una vez más) para hablar de la película.
Lo más lejos a lo que se llegó estuvo en las páginas del último número de la edición norteamericana de la revista Marie Claire. Allí, Jolie dijo que tiene “la mejor opinión” de Pitt y afirmó rotundamente que nunca mantuvo relaciones con él. “Nos llevamos estupendamente, pero nunca fuimos más allá de la amistad. Tener intimidad con un hombre casado, cuando mi propio padre [el actor Jon Voight] engañó a mi madre sería para mí algo imperdonable. No podría mirarme al espejo por la mañana si hiciera semejante cosa”, confesó la actriz.
Pocos días antes, en una de sus charlas con la prensa internacional, Jolie había reconocido que no era de aquellas mujeres que se sienten cómodas y satisfechas con las manifestaciones de su femineidad. “Es mejor abordarme –recomendó a los cronistas– desde mi costado masculino, porque mi lado femenino, más tierno y emocional, es muy privado y lo cuido mucho.” Acerca de su vínculo con Pitt, dijo sentirse “muy mal” por el hecho de que los medios estén más interesados en cosas superficiales y no en los “hechos espantosos” que ocurren en el mundo. “Recibí tantos golpes de la prensa que ya no me preocupo por ellos”, dijo la actriz, que, como embajadora de buena voluntad del alto comisionado de las Naciones Unidas para los refugiados, viaja por distintos países del Tercer Mundo.
Lejos de Hollywood, Jolie reparte su tiempo entre Londres y Camboya, país del que es oriundo Maddox, el niño que adoptó en marzo de 2002, cuando todavía estaba casada con Billy Bob Thornton, de quien se separó cuatro meses más tarde. De los muchos viajes humanitarios que hizo Jolie en los últimos meses el que más dijo disfrutar fue el que la llevó a Níger, “porque allí no hay diarios”.
Por el lado de Pitt, que entre rodaje y rodaje parece cada vez más entusiasmado por la arquitectura (integra el equipo de Frank Gehry, el renombrado creador del museo Guggenheim de Bilbao), hubo sólo palabras de circunstancia sobre su coestrella. “Angelina es una mujer maravillosa, una gran actriz y un ser humano de gran espíritu humanitario”, dijo, antes de no ahorrar indignación a la hora de referirse a los medios sensacionalistas. “Hay gente que nos ha hecho tanto daño a Jen [por Aniston] y a mí que lo único que quiero es arrancarles la cabeza”, dijo desde Marruecos, donde filma en estos días, junto a Cate Blanchett, “Babel”, la nueva película del director de “Amores perros” y “21 gramos”: el mexicano Alejandro González Iñárritu.
El 30 de abril último, la habitualmente bien informada revista People informó en Estados Unidos que Pitt voló a Londres para ajustar los detalles de su proyecto para diseñar viviendas en una de las más elegantes zonas costeras de Brighton. Allí habría abordado un jet privado junto a Jolie rumbo a Marruecos, donde ambos compartieron al menos una cena en la suite que ocupa el actor mientras dura el rodaje de “Babel”. De allí en adelante, cada uno por su lado para promover “Sr. y Sra. Smith” por el mundo.
Para esta noche está prevista una glamorosa première de la película en Estados Unidos. ¿Se mostrarán Pitt y Jolie juntos? ¿El film se beneficiará o perjudicará de la historia de un supuesto romance verdadero entre sus protagonistas? Preguntas aún sin respuestas para una historia todavía con final abierto.
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