Lali Espósito y Martín Piroyanski se aman hasta matarse
Los actores protagonizan Permitidos, una comedia sobre el amor y los peligros de la fama
"Mirá, es Lali con su nuevo novio. Lali, Lali, una foto." Alcanzan cinco minutos, tal vez menos que eso, para que se arme un revuelo en la calle. Un grupo de transeúntes que hasta hace poco tenían otras cosas que hacer ahora se convirtieron en fanáticos dedicados de Lali Espósito y los señores del camión de la construcción ahora insisten con la bocina cuando hasta recién estaban esperando tranquilos a que cambiara el semáforo. Hasta que reconocieron a la actriz y cantante, popstar internacional, en medio de una nota con su "nuevo novio", Martín Piroyansky , que es la pareja de Lali pero sólo en la pantalla, claro. Ambos protagonizan Permitidos, la película dirigida por Ariel Winograd que se estrena hoy. Una comedia en la que son Camila y Mateo, novios enamorados, primero, y enemigos jurados, después, cuando la fantasía del permitido, ese famoso al que admiran y desean y con el que podrían tener un affaire con el visto bueno de su pareja, se cumple, en principio, para uno de ellos.
Y entonces la pelea privada se vuelve pública, despiadada y viral. Camila y Mateo empezarán una vida que ya no es la suya, repleta de enredos y situaciones surrealistas para cualquier anónimo, como ser reconocidos en la calle por gente que opina sobre sus corazones rotos como si se tratara de un deporte.
Algo que, por supuesto, Espósito conoce en carne propia y que Piroyansky está aprendiendo bastante rápido desde que trabajó con ella. Especialmente porque, profecía autocumplida, curiosamente él mismo había imaginado una situación similar cuando la invitó a participar de Tiempo libre, la serie que creó y protagonizó el año pasado para Un3.tv. Allí ambos hacían unas versiones de sí mismos que en algún momento, para desesperación de los seguidores de Lali, tenían un apasionado romance.
"Un poco me están haciendo lo que me hacían las fans de Lali en Tiempo libre. Algunas me quieren, pero todo el tiempo me estoy aguantando para no contestar algunas cosas que me dicen las que no en Twitter", dice Piroyansky en referencia a la intensa participación de los fanáticos de Lali en las redes sociales.
"Es que estás en tu casa, leyendo los tuits y te sorprende la impunidad", sigue el actor, y detalla hirientes mensajes que recibió y tremendas respuestas que lanzó de su lado.
"Es un poco lo que traen las redes sociales. Yo prefiero no decir nada, pero a veces te dan ganas porque algunos se pasan de la raya con la boludez. Creo que tiene que haber un equilibrio y nada te tiene que importar demasiado. Ni la crítica despiadada ni el "sos un ángel caído del cielo". Ninguna de las dos cosas son ciertas", aporta Espósito, y algo de esa sensatez le hubiera venido bien a su Camila, una mujer joven como cualquier otra que, de un día para otro, se transforma en celebridad y en habitué de alfombras rojas, programas de chimentos y tapas de revistas. Y, como corresponde, pierde un poco el rumbo como antes lo había perdido Mateo, ilusionado con la posibilidad de estar con la bella actriz a la que admiraba desde lejos. Y entonces realidad y fantasía se funden hasta confundirse.
"Tenían algo real y lo pierden. A mucha gente le pasa. Perdés la conciencia de lo que es real y lo que no. Y cuando te das cuenta es un golpazo. O una bendición, porque te diste cuenta. Así, cuando escuchás comedia pensás que será una cosa liviana, pero Permitidos está lejos de serlo. Zoe, el personaje que interpreta Liz Solari, es una estrella, pero está sola; Joaquín, el de Benjamín Vicuña, es el tipo más deseado, pero es un desastre, y también están estos dos gansos que se creen famosos por un minuto. Claramente es triste. Pero eso es lo genial del género: podés decir las cosas más terribles y hacerlas divertidas", se entusiasma la actriz, y Piroyansky completa la idea, lo que la entusiasma más aún.
"Estos dos pibes viven un viaje en el que de repente se hacen megafamosos por una estupidez y después tienen que hacer el camino de regreso a la realidad porque su vínculo es más fuerte que lo que pasa con sus permitidos. El tema que sobrevuela todo es la soledad. Aunque Camila y Mateo empiezan nuevas relaciones, en realidad están más solos que nunca", dice el actor, y Lali lo escucha con interés, casi fascinada. Enseguida se entiende por qué.
"Me encanta cuando alguien explica bien un concepto y lo único que yo tengo que decir es «total». Voy a hacer notas con vos toda la vida", sonríe la actriz, que mientras el resto se ríe por su humorada sigue, muy seria: "Siento que a Piro lo conocí de verdad laburando en la película. Y no quiero volver a trabajar con él nunca más. Eso es lo que quiero que quede en la nota", cierra antes de largar la carcajada. El carisma made in Espósito no es cuento ni un truco de las cámaras.
El director, su musa y ella
A esta altura no es casualidad ni accidente. Permitidos es la quinta película en la que Piroyansky y Winograd trabajan juntos. Una sociedad creativa que de repente tuvo que hacer lugar para una tercera sin discordia .
"Son reamigos estos dos. Pero nunca me hicieron sentir afuera", empieza, cortés, Lali y así le contesta su compañero: "No hicimos rancho aparte. Ella se integró perfectamente. Entendió nuestros códigos. Como si nos conociéramos de toda la vida. No creo que te hayas sentido afuera, ¿no?", termina Piroyansky con una pregunta que podría haber sido retórica y, sin embargo, no lo es y la respuesta lo sorprenderá.
"Cuando se besaban entre ustedes yo quedaba medio afuera, la verdad. Fuera de joda, desde un principio para mí trabajar en Permitidos era especial porque no tengo tantas películas encima como ellos y fue todo muy cómodo y fluido", asegura la actriz. Y como para demostrar la verdad de la buena relación que tienen en algún momento de la charla coincidirán en la película que los marcó en la infancia fue, inexplicablemente, Corazón valiente -la de Mel Gibson haciendo del independentista escocés William Wallace- y él aceptará, con desconcierto pero sin juzgar, que durante años la película favorita de Lali haya sido Hombres de honor.
"¿La de Jack Nicholson?", preguntará Piroyansky pensando en Cuestión de honor. "No, es la historia del primer negro en ser buzo de la marina norteamericana. Es con Robert De Niro, que es el instructor de buceo del protagonista, Cuba Gooding Jr. Es un dramón, a él le cortan una gamba. Sin un mango, negro y todo, se hizo buzo. Y Robert De Niro lo odia y lo maltrata... hay un juicio. Película favorita durante mucho tiempo, me sabía los diálogos", detalla Lali con una pasión que por momentos suena a Camila. Especialmente en esa escena, una de las más divertidas e intensas de la comedia, en la que su personaje le grita, con despecho, a un cartel publicitario protagonizado por Zoe, la bella actriz que se quedó con su novio. Un momento desopilante que apunta -y acierta- dardos para todos lados.
"Se trata de reírnos de nosotros mismos. No soy modelo, aclaro por si no se habían dado cuenta, pero tengo cierta experiencia con tener mi cuerpo expuesto en carteles por Cabildo -"de lencería", apunta Piroyansky-. Yo me río de mí todo el tiempo y por eso me pareció genial cuando leí el guión. Si no te sabés reír de vos, no me enganchás", advierte la actriz y su frase bien podría figurar en la promoción de Permitidos. O volverse, al menos por un rato, mensaje viral en las redes sociales.
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