Taquilla: las vacaciones de invierno dejaron un balance agridulce
Los casi nueve millones de espectadores que fueron al cine en la temporada alta significaron una caída del 8 por ciento con respecto a 2015; en el acumulado anual, la venta de entradas creció 1,4 por ciento
Terminó el período más rentable del año en las salas argentinas con un balance agridulce. El público, como siempre, respondió de manera masiva, pero los casi 9 millones de espectadores con que cerró julio quedaron lejos de las cifras de igual mes de 2015. A continuación, diez claves para entender la taquilla que dejaron las vacaciones.
En caída. Según las cifras de Ultracine analizadas por La Nación, en julio se cortaron 8.850.000 tickets contra 9.615.000 de igual período de 2015. Así, se perdieron 765.000 espectadores con una disminución del 8 por ciento.
Acumulado anual. Más allá de este traspié parcial, el negocio cinematográfico está disfrutando de un buen año. En el total de estos primeros siete meses 35.050.000 personas fueron a las salas locales contra 34.565.000 del período enero-julio de 2015. La mejora es mínima (1,4 por ciento), pero en un contexto recesivo no deja de ser una buena noticia.
Dominio animado. Como ocurre prácticamente todos los años, los tres films más vistos en agosto fueron de animación: La era de hielo 5: Choque de mundos (2.435.000 personas), La vida secreta de tus mascotas (1.515.000) y Buscando a Dory (1.440.000). De todas maneras, la película de Pixar-Disney sigue siendo la más taquillera del año con casi 2,9 millones.
Concentración. La tendencia de cada vez más público para menos títulos se sigue consolidando. En julio los tres largometrajes de animación mencionados se quedaron con el 61 por ciento de la convocatoria total. De todas maneras, ninguno estuvo cerca de los 4.450.000 espectadores que vieron Minions en julio del año último.
Falta de salas. En épocas de concurrencia masiva como el receso invernal las 1000 pantallas disponibles en la Argentina no alcanzan para las amplias salidas que necesitan las películas. Así, no sólo se comparten salas entre varios títulos, sino que además films que están teniendo buenas cifras deben ceder funciones para nuevos estrenos.
Éxito de terror. El género sigue cosechando cifras notables y en julio fue el favorito para aluviones de adolescentes: 12 horas para sobrevivir: El año de la elección fue vista por 445.000 personas; El conjuro 2, por 370.000 (suma 1.780.000 desde su estreno) y en apenas cuatro días Cuando las luces se apagan convocó a 165.000 espectadores en 207 salas.
Los perdedores.El buen amigo gigante (400.000 tickets), Warcraft (300.000) y Cazafantasmas (225.000) estuvieron por debajo de las expectativas.
Ausencia argentina. Alguna vez, con las películas de la factoría García Ferré, de Argentina Sono Film o con Metegol, de Juan José Campanella, el cine nacional pisó fuerte en las vacaciones de invierno. Este año estuvo prácticamente ausente. De hecho, los títulos locales más vistos de agosto fueron El encuentro de Guayaquil y El hilo rojo, con poco más de 10.000 espectadores cada uno. Un síntoma preocupante.
Cine de arte. A las películas para adultos les quedaron pocas salas y en funciones nocturnas. De todas maneras, Florence, de Stephen Frears; y Julieta, de Pedro Almodóvar, llegaron a 110.000 espectadores cada una desde sus respectivos lanzamientos.
El futuro. Tras un julio decepcionante para el cine argentino, se prevé un fuerte repunte con los estrenos en agosto de Permitidos e Inseparables y en septiembre de Gilda: No me arrepiento de este amor. Por el lado de Hollywood, llegarán desde Jason Bourne hasta Escuadrón suicida. Propuestas para todos los gustos.
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