Streaming: cinco películas para recordar a Robin Williams
*ROBIN WILLIAMS: ENTRA EN MI MENTE (HBO ON DEMAND, DirecTV Go)
El documental de Marina Zenovich explora de manera fascinante ese torbellino que era Robin Williams, y lo hace con testimonios de intérpretes como Billy Crystal y Whoopi Goldberg, quienes coinciden, junto a otras figuras, siempre en un mismo punto: era imposible no sucumbir al carisma de Robin, y cualquiera que intentara hacer humor luego de su paso por el escenario iba a salir perdiendo indefectiblemente. Si bien la directora también aborda los detalles de su fallecimiento, lo cierto es que el foco está puesto en cómo, desde sus rutinas de stand up, pasando por la explosión de la sitcom Mork y Mindy, hasta comedias muy diferentes entre sí como Papá por siempre y Maten a Smoochy, Robin siempre ponía el mismo nivel de energía, con lugar para la improvisación, y para la creación de millones de personajes en su mente, con una maleabilidad admirable.
El testimonio de Crystal es uno de los más emotivos, especialmente cuando narra cómo fue esa última conversación que tuvo con su gran amigo, uno de los momentos más cálidos y conmovedores de un documental que nos brinda un abundante material de archivo sobre el inicio y apogeo de Robin, pero que también se toma su tiempo para dejar respirar y mostrar la otra cara desconocida de ese genio del humor.
*LA SOCIEDAD DE LOS POETAS MUERTOS (YouTube)
Dirigida por Peter Weir con el guion ganador del Oscar de Tom Schulman -quien se basó en su propia experiencia como estudiante para concebirlo-, La sociedad de los poetas muertos implicaba, para Robin, otro paso más hacia uno de sus grandes anhelos como artista: demostrarle a la audiencia que tenía mucho más para ofrecer, que su talento no solo estaba supeditado a su gran dominio de la comedia. Según la enorme biografía de Dave Itzkoff, Robin, el actor se frustraba cuando sentía que no podía superarse, por lo cual la validación del espectador y sus pares era clave. En el fondo, Williams era una persona extremadamente insegura. Si bien en La sociedad de los poetas muertos hay mucho del histrionismo por el que siempre se lo recordará, su Sr. Keating es inolvidable por todo ese tramo final-acaso un tanto excesivo, con un giro de guion que podría haberse evitado-, en el que Robin se muestra vulnerable y nos brinda una última mirada simplemente maravillosa.
*JUMANJI (Amazon Prime Video, Movistar Play)
Si bien el reciente relanzamiento deJumanji en formato saga es efectivo, la película de aventuras, al tenerlo a Robin en el centro, se vuelve automáticamente insuperable. Dirigida por Joe Johnston -responsable de Querida, encogí a los niños, Cielo de octubre, y la menos lograda Jurassic Park III-, se basa libremente en el libro de Chris Van Allsburg y se centra en Alan Parrish, un joven que es víctima del juego de mesa del título, quien reaparece por fuera de su universo 26 años después, desconcertado por su presente. Si bien al momento de su estreno en 1995, Jumanji fue elogiada por los efectos visuales, el punto fuerte del film es el viaje personal de Alan, quien debe adaptarse a un mundo nuevo luego de que su inocencia fuera robada. Como sucede con los otros films que repasamos, Williams le encuentra el punto justo a esa combinación de inocencia y bravura, y entrega otra interpretación descabellada e hilarante.
*BUENOS DÍAS, VIETNAM (YouTube)
Buenos días, Vietnam -la película por la que cosechó su primera nominación al Oscar- es otra de esas producciones en las que frecuentemente se embarcaba Williams, que parecían estar hechas a su medida (el ejemplo paradigmático de esto es Aladdín: el personaje del genio fue escrito con él en mente), y en las que siempre despuntaba ese desparpajo que lo volvía único. En esta biopic de Barry Levinson, el actor personifica al DJ Adrian Cronauer quien, en Saigón en medio de la Guerra de Vietnam, alentaba a las tropas con una suerte de monólogo motivacional interminable y extraordinario. Desde la primera escena, Buenos días, Vietnam, se nos presenta como una película que excede a Cronauer y que está hablando sobre la libertad (de expresión, para ser más precisos, aunque también sobre la libertad a secas); y al mismo tiempo nos introduce en un mundo que funciona con autonomía: el de Williams y su inagotable verborragia que nos hace pensar, como cada vez que lo vemos en la vorágine de ese humor sin cadenas, que nadie más hubiese podido hacerlo como él.
*EL REY PESCADOR/PESCADOR DE ILUSIONES (HBO ON DEMAND, Movistar Play, DirecTV Go)
El rey pescador le valió una tercera nominación al Oscar a Robin Williams -quien finalmente lo ganaría en 1998 en la categoría secundaria por En busca del destino-, una de las más merecidas que ha obtenido. La experiencia de ver esta película de Terry Gilliam es indescriptible. Por un lado, toma elementos de la leyenda artúrica -como la búsqueda del Santo Grial y el personaje del título-, y, por el otro, es una obra sobre la incomprensión de los individuos que no encajan, que son descartados por la sociedad, de los diferentes, de los outsiders. Jeff Bridges interpreta a Jack Lucas, un locutor de radio que atraviesa una fuerte depresión luego de un violento episodio del que formó parte de manera involuntaria. Durante ese proceso conoce a Parry (Williams), un hombre que vive en la calle y que se presenta como un caballero medieval. La amistad que forjan ambos es entrañable, y prosiguió fuera del set.
De hecho, para la biografía Robin, Bridges contó que El rey pescador fue uno de los rodajes más arduos que tuvo en su larga trayectoria, pero que la experiencia cobró sentido gracias a los pequeños instantes que vivió junto a Williams, quien tenía la capacidad de transformar una situación adversa en un anécdota memorable. Esa sensibilidad está presente en Parry y en todo el film de Gilliam, uno de sus largometrajes más logrados, con un gran guion de Richard LaGravenese.
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