Star Wars Celebration: por dentro, la convención que festeja el universo de George Lucas
CHICAGO.- Hacen falta varios días para entender dónde encontrar cada uno de los atractivos que tiene Star Wars Celebration, la convención más esperada de los fans de la saga creada por George Lucas (que hoy pertenece a Disney ). Todavía hace frío y el viento característico de la tercera ciudad más grande de los Estados Unidos no es un problema para las miles de personas que decidieron tomarse unos días libres para honrar el legado de la saga galáctica. Por eso, las calles alrededor de McCormick Place están repletas de cosplayers. Se pueden ver algunos que se convirtieron en el peludo y amigable Chewbacca, otros que optaron por ser Ahsoka Tano y se pintaron de naranja. La Fuerza atraviesa los diferentes stands del enorme predio. Hay familias enteras caracterizadas como personajes de la saga, amigos, parejas. Se espera que hayan pasado por esta edición, la novena que tiene lugar en América del Norte, con unos 30.000 visitantes.
Después de un exhaustivo chequeo en la entrada, se abre la puerta del universo Star Wars. Además de los stormtroopers, los famosos soldados del Imperio Galáctico, hay de los más variados y excéntricos personajes. Hay sables de luz, hay armas y hay un espíritu lúdico que que vibra en estos pasillos. Cada uno de los stands de la convención, que empezó a celebrarse en 1999, a tiempo para el estreno del Episodio I (Star Wars: la amenaza fantasma) está pensado íntegramente para los fans. Hay réplicas de naves, como el Halcón Milenario que se puede visitar por dentro, o la de un Tie Fighter, que sorprende por su tamaño (está hecho a escala real). También pueden verse algunas reproducciones de escenografías y vestuarios típicos que son fotografiados a la par de los cosplayers.
Darth Maul, el sith rojo con manchas negras, se acerca a Obi-Wan Kenobi, el maestro de Anakin Skywalker, para hacerse una foto. Cerca está Ray que mira de lejos al dúo que posa para las cámaras. En frente una legión de soldados pretorianos forman fila. En la celebración no hay enemistades, todos los personajes conviven en total armonía. Incluso los Jawas, esos maleantes recolectores de chatarra con ojos rojos se muestran amistosos.
Los stands de merchandising abarcan una gama amplia de precios: desde prendedores y muñecos a cinco dólares, pasando por funkos exclusivos (U$S10), remeras (U$S 25) y réplicas de naves (40 dólares) hasta fotos autografiadas que pueden llegar a costar 3000 dólares. El límite lo pone cada fan: algunos deciden llevarse un sable de luz firmado por su dueño en la ficción (escalan hasta los 5000 dólares); otros, un cuadro con autógrafos e imágenes que puede costar 7000 dólares. Y así se puede llegar a abonar hasta 20.000 dólares por unos props (objetos de utilería usados en las distintas películas por los actores). Muchos volaron desde lejos: hay jedis que vinieron especialmente desde Japón, Alemania y Francia. En este evento, además de los atractivos generales que incluyen minisimuladores, pistas de naves temáticas para los más chicos y la posibilidad de convertirse en un jedi en la realidad virtual, hay paneles.
En los paneles se presentan novedades sobre los diferentes proyectos donde Star Wars es marca. Entre ellos: el Episodio IX, que se estrena en diciembre y del que dieron a conocer el teaser y el nombre oficial (The Rise of Skywalker), los parques temáticos que van a abrir sus puertas en Orlando, en agosto, y en Los Angeles, en mayo, Galaxy's Edge. También la serie inspirada en el universo Star Wars, TheMandalorian. Es ahí donde los seguidores pueden ver a algunas figuras míticas de la saga. Entre ellos, el elenco del Episodio IX, por ejemplo, o a Warwick Davis, el actor que logró colarse en las películas por fan y le dio vida a uno de los ewoks, esos tiernos ositos de la primera trilogía. Pero para los que no tienen acceso a los paneles también hay posibles encuentros con sus ídolos. Hay largas filas dentro del predio para conseguir un autógrafo de sus personajes favoritos en vivo y sacarse fotos con ellos. Los actores están sentados en mesas a la espera del encuentro con sus fans. El precio por este privilegio va desde 60 a 129 dólares (en el caso del actor Ian McDiarmid, quien le dio vida al Emperador y su risa aparece en el teaser de episodio IX, algo que da esperanzas de que vuelva a tener un papel en el final de la trilogía). La lista de talentos incluye a los famosos robots R2-D2, C3PO y BB-8.
La música de Star Wars compuesta por John Williams se escucha de fondo y por un momento Chicago deja de ser Chicago para convertirse en un planeta que pertenece a una galaxia muy muy lejana. En ese planeta, hay una decena de humanos tatuándose personajes de la saga, otros tantos creando dioramas del universo imaginado por George Lucas. También hay muchos otros explorando las naves del imperio por dentro y escapando de los soldados, que los observan desde un tanque. Afuera, asoma un poco de sol entre tanto frío. No hay naves, hay autos, no hay criaturas con formas extrañas, hay humanos. Cerca, el lago Michigan refleja los imponentes edificios que le dan vida a esta ciudad conocida por ser una de las mecas del blues. Para mañana, el pronóstico promete nieve.
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