Spy x Family Código: Blanco: una sólida propuesta que hace de la construcción de una familia una fuente de aventuras
El largometraje japonés basado en el exitoso comic encuentra en la pantalla grande un atractivo territorio para explorar
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Spy x Family Código: Blanco (Japón/2023) Dirección: Takashi Katagiri. Guion: Ichiro Okouchi. Fotografía: Akane Fushihara. Elenco: Takuya Eguchi, Atsumi Tanezaki, Saori Hayami. Calificación: apta para mayores de 13 años. Distribuidora: UIP Sony. Duración: 111 minutos. Nuestra opinión: muy buena.
La propuesta de base de esta película es muy ingeniosa. En una suerte de Berlín ficticia, dividida en dos zonas llamadas Westalia y Ostania, un destacado espía llamado Twilight recibe la misión de ingresar en el círculo de confianza de un político, cuyo objetivo es desatar un conflicto armado entre ambas regiones. La única forma de acercarse a ese hombre es asumir la identidad de Loid Forger, un distinguido padre de familia.
Para darle verdad a esa fachada, el agente resuelve adoptar a una simpática niña llamada Anya, y luego fingir estar casado con Yor, una tímida vendedora de ropa. Pero no solo Twilight oculta un secreto: Yor en realidad es una despiadada asesina a sueldo, mientras que la niña tiene poderes telepáticos (y por ende, es la única que conoce el verdadero trabajo de su papá y su mamá). De ese modo, cada integrante del clan Forger esconde su verdadera naturaleza, a medida que sortean individualmente toda clase de obstáculos que amenazan con revelar las mentiras que callan aún en la intimidad. Bajo esa premisa, el cómic y la serie animada de Spy x Family salieron de Japón a la conquista del mundo, y se coronaron como una franquicia tan exitosa que ahora dio pie al estreno de ese film.
En Spy x Family Código: Blanco, Loyd Forger lleva de vacaciones a su familia, como tapadera para cumplir una misión secreta. Claro que, como es de esperar, la situación no tarda en complicarse, hasta el punto de de obligar al protagonista a enfrentarse a un peligroso rival que intentará liquidar a la pequeña Anya. Al igual que sucede con el cómic original, este largometraje triunfa al trasladar la fórmula base del relato, cuyo secreto es combinar con dinamismo ingredientes vinculados al espionaje y a la acción, pero otorgándoles también un capa de comedia que surge desde la mirada de Anya (un personaje que hoy en día goza de mucho peso propio, y es casi tan reconocible como Pikachu o Naruto).
Lejos de ser apenas un capítulo extra large de la serie animada, este film capitaliza las bondades de la pantalla grande, a través de un despliegue visual notable y la velocidad que gana un relato que llega a las dos horas de duración, y que culmina en un ambicioso clímax.
Más allá de la mencionada mezcla de géneros, el verdadero secreto de Spy x Family reside en su inesperada ternura, y en desarrollar con emoción y sin golpes bajos, el proceso de construir una familia imperfecta, cuya cabeza es un agente secreto que poco a poco se plantea si acaso esa vida hogareña no es más emocionante que sus peligrosas misiones. De esa forma, Spy x Family Código: Blanco se ampara en una estructura de aventuras clásica, para sumergirse en los sentimientos que atraviesan a un grupo de personajes que cada vez con mayor gusto, se entregan a una mentira destinada a consolidarse como su única verdad.
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