Slender Man: el villano ficticio que puso a una joven al borde de la muerte

2014. Wisconsin. Dos niñas de 12 años, Morgan Geyser y Annissa Weier, llevaron a un bosque a una de sus compañeras de la escuela, Peyton Leutner, con un objetivo muy alejado de la recreación bucólica. Una vez en el lugar, las jóvenes apuñalaron a su amiga, quien milagrosamente sobrevivió al ataque. Cuando fueron interrogadas respecto al móvil, ambas coincidieron en un mismo punto: "Queríamos complacer a Slender Man y evitar que lastimara a nuestras familias". Dicha figura fue descubierta por las criminales en el sitio Creepypasta, donde se compartían aterradoras historias ficcionales con villanos imaginarios.

Este jueves se estrena en nuestras salas Slender Man, la película de Sylvain White - realizador del largometraje de acción, The Losers - escrita por David Birke, y basada en la escalofriante mitología. Con los protagónicos de Joey King, Julia Goldani Telles, Jaz Sinclair y Annalise Basso, esta imposible cruza de biopic con terror sobrenatural suscitó una ineludible polémica desde el anuncio de su rodaje el año pasado. White declaró que se sintió atraído por Slender Man cuando vio a su sobrina vestida como el personaje para Halloween. De allí en adelante, se concentró en investigar el folclore alrededor de esa ominosa figura y en mantenerse fiel a su iconografía: los dibujos rudimentarios que impactan desde la austeridad.

Un inofensivo concurso, el origen de la tragedia

Todo comenzó con un concurso de Photoshop impulsado en 2009 por el sitio Something Awful (Algo Horrible), donde se lanzó la propuesta de concebir "imágenes paranormales". Eric Knudsen, usuario del foro, creó bajo el seudónimo de Victor Surge una figura extremadamente flaca y delgada, la despojó de sus rasgos faciales, y le puso un elegante traje negro que contrastaba con su inusual fisonomía. Sin embargo, algo le faltaba a su trabajo. Más allá de la imagen, ésta debía contar una historia, y así fue cómo nació el principal rasgo de la entidad denominada Slender Man ("Hombre esbelto"). A través de unas falsas fotografías, Knudsen mostraba a esa criatura persiguiendo niños, y narraba que tanto 14 jóvenes como el fotógrafo que había captado las imágenes estaban desaparecidos. Ya no había dudas: el mito estaba en marcha.

Slender Man no tardó en convertirse en meme, su siniestra imagen se vio replicada en la web a través de diversos diseños, y Knudsen, quizás sin proponérselo, desató una ola creativa de dibujos, cuentos y videojuegos (como Slender: The Eight Pages y Slender: The Arrival). La fama (o infamia) del hombre sin rostro comenzó a deformarse cuando sus características se alteraron al pasar de mano en mano. De esta forma, la mitología cobró peso cuando la escueta descripción de Knudsen mutó en microrrelatos que aportaban nuevos datos sobre el villano, como que persuadía a niños a adentrarse en los bosques para asesinarlos. Asimismo, se le atribuyó al ser una capacidad para estirar y acortar sus brazos, un poder para causar amnesia, hipnosis y trastornos paranoides; y se le sumó un rasgo físico inexistente en el dibujo original: tentáculos que yacían en su espalda.

El efecto expansivo de ese diseño primigenio parecía inofensivo y hasta inevitable, considerando el contexto. Su génesis 2.0 ubicó a Slender Man en una webserie de YouTube titulada Marble Hornets, donde a la entidad se la conoció como "El operador", y la cual tuvo su adaptación cinematográfica, Always Watching (Siempre mirando), dirigida por James Moran y protagonizada por un actor brillante acostumbrado a interpretar personajes fuera de lo común, Doug Jones (Hellboy, La forma del agua), cuyo physique du rol concordaba a la perfección con ese individuo de cara pálida.

En el film de White, el español Javier Botet fue el elegido para ponerse en los pies de un rol inclasificable que también tuvo ribetes comerciales cuando sitios de venta online crearon muñecos, pulseras y llaveros con su imagen. De esta manera, el denominado fakelore - el "falso folclore" - cobraba vuelo y su figura central se erigía como un exponente más de esos relatos apócrifos que se disfrazaban de tradiciones auténticas. Cinco años después del posteo de Knudsen, esa leyenda urbana dejó de ser pintoresca cuando el vértigo de compartirla y recrearla virtualmente provocó una reacción concreta un apacible día primaveral.

Peyton Leutner, la víctima real de una historia ficticia

Beware the Slenderman, el documental de Irene Taylor Brodsky emitido por HBO en 2016, relata las ramificaciones del dibujo y su idiosincrasia, y se centra en el intento de asesinato de Leutner, la joven que sobrevivió al ataque de sus compañeras. "Dios mío, esto realmente está sucediendo", fue lo último que pensó la víctima antes de quedar inconsciente en el bosque, uno de los pasajes más dramáticos y reveladores de la cinta.

En la mañana del 31 de mayo de 2014, Leutner se encontraba jugando a las escondidas en un parque de la ciudad de Waukesha, Wisconsin, junto a sus amigas, Morgan y Annissa, con quien se había reunido la noche anterior. Posteriormente, las tres fueron al bosque y Leutner fue apuñalada en 19 oportunidades con una navaja que, según fuentes policiales, estuvo a un milímetro de ocasionarle la muerte. Cuando Geyser y Weier la creyeron muerta, la joven se arrastró unos metros hasta ser encontrada en la acera por un ciclista, quien llamó al 911 y le salvó la vida.

Este año, tras declararse culpables, las responsables del intento de homicidio recibieron su sentencia. Geyser, ahora de 15 años, pasará los próximos 40 años de su vida en un hospital psiquiátrico, mientras que Weier hará lo propio por 25 años, en otra institución de salud mental. "No podemos olvidar que esto fue un intento de asesinato", argumentó el juez Michael Bohren, quien añadió que "la frágil salud mental" de Geyser la convertía en una amenaza para la sociedad. Meses antes del hecho, la joven le había comunicado a varias personas que podía comunicarse telepáticamente con otros personajes, como Harry Potter y las Tortujas Ninja. Por lo tanto, cuando en cyberland descubrió a Slender Man, naturalmente sintió que debía obedecer sus órdenes, trazando así el camino a la tragedia.

Según las acusadas, durante meses planearon con dedicación el ataque para poder convertirse en "las protegidas" de esa criatura que ellas consideraban real. Si bien la víctima, ya recuperada físicamente, no emitió declaraciones sobre el suceso (aunque su madre informó que lucha contra los traumas psicológicos), sí lo hizo Knudsen. "Me siento profundamente entristecido por la tragedia que aconteció en Wisconsin, mi corazón está con las familias de todos los afectados por este terrible acto", escribió en una carta el creador del abyecto personaje.

Slender Man enfrenta así la compleja tarea de cumplir con los requisitos de un film de género que se estrena el mismo año en que las protagonistas recibieron su condena. La cercanía con el caso fue justamente lo que desató una catarata de críticas, y lo que condujo a su realizador a cortar todas las secuencias gore de violencia explícita, acercando su película al terreno experimental. "Es absurdo que se nos haga esto, se está queriendo volver popular una tragedia. No me sorprende, pero sí lo considero de mal gusto. Lo único que se logrará es extender el dolor de las tres familias que pasaron por esto", declaró Bill Weier, el padre de una de las condenadas.

White, por su parte, se llamó a silencio para que su largometraje hable por sí solo, emulando inconscientemente la génesis del Slender Man versión 2009: las imágenes se lanzan al mundo, el falso mito se reproduce, la obra adquiere una fama que trasciende sus méritos artísticos, y su suerte está echada.

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