A finales de los años noventa, una serie de nuevas películas de terror se posicionaban como las favoritas del público adolescente; atentos a esta moda, los hermanos Wayans llevaron adelante una producción que, contra todos los pronósticos, se convirtió en un verdadero éxito y en el comienzo de una franquicia millonaria
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En 1996, Scream: vigila quién llama cambió las reglas del juego. Así como en los ochenta los adolescentes se rendían ante la crueldad de Freddy Krueger, en los novena el público se volcaba a los asesinatos del icónico Ghostface (un dato clave: Wes Craven dirigió los dos films que presentaron a esos personajes). Y frente al éxito de Scream y sus secuelas, más la aparición de otros títulos similares como Sé lo que hicieron el verano pasado, la idea de un largometraje que parodiara ese género no tardó en llegar, aunque a través de dos propuestas muy distintas.
Gritá si sabés lo que hice el último Halloween
Los hermanos Shawn, Keenen Ivory y Marlon Wayans habían tenido un aplaudido paso por el programa de comedia In Living Color. Ese ciclo de sketchs, emitido entre 1990 y 1994, los había posicionado como referentes del humor. Muy atento a desarrollar un proyecto junto a sus hermanos, Shawn esbozó una idea que satirizara el mundo de las producciones de terror de los noventa. En una nota de la época, Shawn confesó: “Veíamos que las películas slasher eran algo ridículas y pensé que podía ser muy divertido parodiarlas. Aunque la verdad es que fue muy difícil el proceso de escritura. A simple vista parecía una película tonta de humor físico, pero su filmación no fue nada sencilla”. De esta manera, todos los Wayans unieron fuerzas con el guionista Phil Beauman y escribieron un libreto llamado Durante el último verano grité porque Halloween cayó un viernes 13. Como su título indicaba, desde luego, había una infinidad de citas a los films más icónicos del género.
En simultáneo, los guionistas Jason Friedberg y Aaron Seltzer también estaban llevando adelante un proyecto bautizado Gritá si sabés lo que hice el último Halloween, que también parodiaba famosas piezas de terror. Y frente a dos proyectos muy similares, la productora Dimension Films decidió comprar ambos y combinarlos para dar nacimiento a Scary Movie: una película de miedo (nombre que, dicho sea de paso, fue el título tentativo de Scream: vigila quién llama).
Pero ese fue el comienzo del camino. Los hermanos Shawn y Marlon Wayans fueron los elegidos para protagonizar y fusionar ambos guiones, mientras que Keenen se haría cargo de la dirección. Durante ese proceso, la combinación de ambos libretos fue especialmente compleja y Marlon llegó a asegurar: “Desarrollamos más de diez versiones del guion antes de terminarlo”. Pero con la tarea resuelta comenzó la búsqueda de la actriz perfecta para el rol de Cindy Campbell.
Carmen Electra, Anna Faris y Shanon Elizabeth
Alicia Silverstone se negó a protagonizar Scary Movie para pesar del director, que la consideraba la mejor opción posible. Para el realizador, no era fácil encontrar a la actriz indicada para esa clase de proyecto, principalmente porque no eran muchas las intérpretes capaces de ejecutar con precisión el sentido del humor absurdo que exigía el film. Y si bien la frase asegura que “del ridículo no se vuelve”, lo cierto es que para Anna Faris el ridículo fue un verdadero trampolín.
Faris tenía poco más de 20 años y prácticamente ninguna experiencia en pantalla cuando se animó a probar suerte en Hollywood, antes de instalarse en Londres como tenía planeado. Pero todo cambió cuando se probó en el casting de Scary Movie. Poco tiempo después, Keenen Wayans comentó en una entrevista: “La mayor sorpresa de este proyecto fue Anna. En realidad, más que una sorpresa, fue una bendición. Me había cansado de entrevistar actrices y me seguía negando a todas las opciones al punto en el que muchas de ellas estaban furiosas. La verdad es que estaba en la búsqueda de algo muy específico”. Esa especificidad fue Anna Faris, que le puso el cuerpo a las escenas de humor físico y remató todos esos chistes surreales con una expresión de solemnidad irremediablemente cómica.
Otra de las actrices que integró el elenco fue Carmen Electra. La primera escena del film, que parodiaba el asesinato del personaje de Drew Barrymore en Scream, era la carta de presentación de Scary Movie, y por ese motivo todos querían un nombre fuerte. Pero una vez más no había muchas artistas interesadas en participar de un momento tan absurdo hasta que Electra apareció en escena. Sin embargo, los productores no querían a la modelo de Playboy porque consideraban que ella sobreactuaba demasiado. “Lo que no les gustaba de Carmen era justamente aquello que la hacía perfecta”, aseguró Keenen Wayans, quien finalmente ganó la pulseada y pudo contratar a la protagonista de Baywatch para su film.
Junto a Faris y a Electra, la tercera actriz que ganó una impensada popularidad gracias a este largometraje fue Shannon Elizabeth. Ella era una recién llegada a Hollywood y su papel en American Pie la había convertido en una de las caras nuevas más seguidas de la industria. En la piel de Buffy Gilmore, Shannon mostraba su lado más sensual mientras parodiaba el rol de Sarah Michelle Gellar en Sé lo que hicieron el verano pasado.
El único nombre que quedó en el tintero y que finalmente no fue parte del proyecto fue el de Jamie Lee Curtis. Una verdadera referente del cine slasher a partir de su protagónico en Halloween, ella estuvo muy cerca de hacer un cameo que lamentablemente no se pudo concretar.
Un éxito rotundo
Cuando Scary Movie llegó a los cines de los Estados Unidos, en julio del año 2000, el boom fue inmediato. Con un presupuesto de 19 millones de dólares, el film recaudó en su primer fin de semana la friolera de 42 millones, una cifra que luego ascendió a un total de 278 millones de dólares, consagrándose como uno de los mayores fenómenos de ese momento. De hecho, Scary Movie se convirtió en el título de mayor recaudación dirigido por un afroamericano, un récord no menor que Keenen Wayans jamás pensó en obtener. Su segundo récord fue el de convertirse en la película de terror de mayor recaudación, luego de la primera entrega de Cazafantasmas.
Como es sabido, Scary Movie: una película de terror fue el comienzo de una franquicia altamente redituable. Apenas un año después, los Wayans estrenaron Scary Movie 2, otra gema de la comedia que repitió el éxito de su antecesora. Ya sin los Wayans, pero con la dirección de David Zucker (una eminencia del humor absurdo y responsable de ¿En dónde está el piloto? y La pistola desnuda), la tercera y cuarta parte llegaron en 2003 y 2006 respectivamente. La quinta entrega de la franquicia, la menos lograda de todas, se estrenó en 2013, con resultados decepcionantes en taquilla. En simultáneo, Scary Movie dio pie a los proyectos Date Movie y Epic Movie, que parodiaban otros géneros muy populares en Hollywood como los films de adolescentes y los de aventuras.
Que Scary Movie (y Scary Movie 2) integren la lista de las películas más vistas de Netflix, evidencia el éxito perdurable de esta propuesta. El ingenio de sus gags, la despreocupación notable por lo políticamente correcto y la precisión de cada chiste hicieron de este film un testamento sobre el humor de principios de siglo, un tipo de comedia al que muchos espectadores no se cansan de volver una y otra vez.
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