Una adolescente que se convierte en un panda rojo, y la relación con su madre, son los ejes de la película a la que ambas actrices le prestan sus voces
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Las historias sobre adolescentes y los cambios inherentes a esa etapa son casi innumerables. Pero en Red, esa situación adquiere una impensada literalidad. En el nuevo film de Pixar, dirigido por Domee Shi, una niña de trece años entra en crisis cuando descubre que puede convertirse en un panda rojo gigante al momento de perder el control sobre sus emociones. Y para saber más sobre este film, LA NACION dialogó con Rosalie Chiang, que interpreta a la joven Meilin, y con Sandra Oh, que le pone su voz a Ming, la madre de la protagonista.
-Sandra, durante los últimos años trabajaste en todo tipo de proyectos animados, como Invincible o Más allá de la luna, ¿qué es lo que más te atrae al momento de darle tu voz a un personaje animado?
Sandra Oh: -Amo la animación, es un campo que demanda habilidades interpretativas muy específicas. Se trata de desafíos muy interesantes, porque trabajás con personajes que pueden dar pie a la comedia, o que transiten todo tipo de altos y bajos emocionales, como los que se muestran en Red. Meilin y Ming pasan por muchos picos emocionales, y es un gran placer interpretar personajes así.
-Rosalie, ¿cómo fue esta primera experiencia de trabajar en Pixar?
Rosalie Chiang: -Fue un gran honor, y más aún teniendo en cuenta que es un rol protagónico. Pixar es un lugar mágico, y la gente es muy amable. Recuerdo mucho esas jornadas de cuatro horas de grabación adentro de una cabina, dándole vida a un personaje como Mei, a la que debía brindarle todas las emociones que tuviera a mano. Pero fue algo muy divertido, porque trabajé de forma muy libre, y me guiaron para que todas esas emociones pudiera dirigirlas hacia mi voz.
-¿Cómo fue trabajar con Domee Shi?
Oh: -Fue algo maravilloso. Yo estaba muy familiarizada con su corto Bao, que ganó un Oscar. Domee es canadiense, como yo, y esta película es sobre una familia chino-canadiense. Cuando supe del proyecto, grité: “¡Esto es buenísimo, yo quiero trabajar ahí!”. Domee es una directora y una artista con una voz muy peculiar, ella sabe muy bien qué es lo que quiere. Rosalie y yo grabamos por separado, y buena parte se hizo en el transcurso de la pandemia. Todo se realizó a una gran distancia, pero la habilidad de Domee tuvo que ver con ser clara con respecto a lo que buscaba, lo que quería escuchar de nosotras, y cómo emparejar la performance de Rosalie con la mía. La verdad es que fue muy satisfactorio trabajar con una directora tan joven, que contó con un apoyo total para concretar su visión.
-Rosalie, contame cómo fue el proceso de desarrollar a Meilin.
Chiang: -Ella pasó por un montón de cosas, un poco como me pasó a mí. Yo empecé a trabajar en Mei cuando tenía doce años, y fue un trabajo que se extendió durante estos últimos cuatro años. Siento que yo soy Mei, yo tuve su edad y atravesé muchas cosas como las que le suceden a ella, y eso me ayudó a aprender a lidiar con los cambios. A veces una se siente muy cómoda y segura, pero todo puede cambiar de repente.
-¿Y Sandra te ayudó con algunos consejos?
Oh: -Yo hablé con ella pero cuando el trabajo terminó (risas).
Chiang: -Nos conocimos cuando comenzó el proyecto, pero después las grabaciones fueron por separado. Y cuando hablé con ella, el gran consejo que me dio fue el ser amable conmigo misma, porque como adolescente a veces soy muy severa y empiezo a pensar que lo que hago no es lo suficientemente bueno. Pero ser amable con una misma, es algo muy simple...
Oh: -Pero, sin embargo, es una de las cosas más difíciles de lograr...
Chiang: -Sí, porque yo realmente quiero ser muy buena en lo que me gusta y a veces no puedo evitar pensar: “¡No, esto no alcanza, puedo hacerlo mejor!”.
-¿Creen que esta película es importante en términos de abrir una charla sobre la trascendencia de aceptarse a uno mismo y a los demás como realmente son?
Oh: -Sin dudas y especialmente a los más jóvenes, que son quienes atraviesan grandes cambios. La adolescencia es una etapa muy confusa, hay demasiados altos y bajos. Y es importante reflexionar sobre esto de una forma amena y cálida, a través de un personaje de trece años, que atraviesa muchos cambios. Este es un film que invita a que uno pueda decir: “Muy bien, no estoy solo y así como Mei puede aceptarse a sí misma, quizá yo también pueda hacer lo mismo”.
-¿En qué les gustaría convertirse, si les sucediera esto que le pasa a Mei?
Oh: -Si pudiera, ¡me gustaría ser cielo! (risas)
Chiang: -Me gusta, ¡yo también quiero ser un cielo!
Oh: -¡Exacto! Seremos dos cielos y tendremos todos los climas que eso significa.
Chiang: -Aunque ser un panda rojo también es lindo...
-Rosalie, ¿cuál es tu película favorita de Pixar y por qué?
Chiang: -Me gustan muchas, pero mi favorita es Monster Inc. Es muy divertida, el trabajo de Billy Crystal y John Goodman es muy bueno. El concepto de que los monstruos tengan su empresa y que los gritos de los niños les aporten energía, es muy innovador.
Oh: -Es interesante eso, porque ahí hay un paralelo con Red, por esta idea sobre cómo se supone que hay cosas que debemos apartar. Nosotros creemos que los monstruos nos asustan y que debemos hacerlos a un lado, cuando en realidad si quizá los aceptamos, podemos darnos cuenta que no tenemos por qué temerles. Y algo de eso pasa también con el panda rojo de nuestra película, que en esencia tiene que ver con aceptar los cambios.
Red estará disponible a partir del viernes 11 en Disney+
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