Tras consagrarse con el antihéroe de Marvel, el actor regresa al cine familiar y de aventuras con Free Guy: Tomando el control
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La historia profesional de Ryan Reynolds y la de Guy, el protagonista de su nueva película Free Guy: Tomando el control, tienen más de un punto en común: en un momento de sus vidas ambos descubren que no tienen la vida que desean y deciden ser libres. Es lo que le pasó al astro de Hollywood cuando optó por rechazar el rol de galán para abrazar el riesgo de Deadpool, un personaje ácido e irreverente que sorprendió en taquilla y consolidó un estilo. Ahora llegó el turno de probar que aún puede hacer un éxito apto para todo público, con una historia clásica pero ambientada en el mundo de los videojuegos.
En el film de Disney, Reynolds interpreta a un personaje secundario de un videojuego del estilo Fornite que, gracias a una extraña (Jodie Comer) descubre que toda su existencia estuvo gobernada por las leyes de la programación y decide tomar las riendas de su vida. En una suerte de versión gamer de The Truman Show, esta megaproducción dirigida por Shawn Levy es visualmente atractiva y tiene mucha acción, pero también escenas que apuntan a la emotividad.
El actor canadiense, de 44 años, se sentó a dialogar con LA NACION sobre esta película -que llega este jueves a los cines argentinos- y también a reflexionar sobre el especial momento de su carrera que está viviendo: “Nunca me hubiese imaginado nada de lo que me está pasando”.
-Si bien desde 2018 venís trabajado en otros proyectos, como la voz del protagonista de Detective Pikachu o tu rol en Rápido y Furioso: Hobbs & Shaw, la audiencia te identifica con Deadpool y su particular estilo. ¿Hay algo de este personaje en Free Guy: Tomando el control?
-No, no hay nada. Aquí no hay cinismo, ni en la película, ni en el personaje. Para mí, de hecho, es exactamente lo contrario a Deadpool. Y es increíble para mí porque, cuando empecé en el mundo del cine, jamás imaginé que podría llegar a protagonizar nada. Me mudé a Hollywood para hacer comedia de improvisación, que era mi único sueño. Pero pronto me quedé sin dinero y tuve que buscar papeles secundarios. ¡Así que mi único sueño pasó a ser el vecino del protagonista! Era todo lo que creí que podría hacer. Y sin embargo seguí creciendo. Nunca me hubiese imaginado nada de lo que me está pasando porque ahora me veo en una posición en la que me permite apreciar el recorrido de un modo en el que no hubiese sido posible antes. Por eso me pone contento saber que pude mostrar mi versatilidad...
-¿Y en qué te inspiraste para la película?
-No sé si se puede definir lo que hago por dónde vengo, pero no hay dudas de que en esta película hay una conexión especial con el director, Shawn Levy, porque es de Canadá como yo. Y creo que algo de eso traspasa la pantalla. Crecí obsesionado con Bill Murray y su humor, por ejemplo, y por supuesto admirando a Eddie Murphy, a Dan Aykroyd, a Steve Martin… ¡Grandes popes de la comedia!
-Querías ser como ellos...
-Sí. Hay sketches de Eddie Murphy en Saturday Night Live que me aprendí de memoria y que repetía porque cuando uno es chico cree que la imitación es la mejor manera de aprender. Pero quizá quien más me influyó fue John Candy, un humorista canadiense increíble. Creo que John Candy me mostró que la comedia surge del dolor y cuando uno ve una película como Mejor solo que mal acompañado, no vas a encontrar a nadie más vulnerable que él, pero tampoco nadie más gracioso. Creo que es una de las personas que más me ha hecho reír en mi vida y que más impactaron en lo que soy hoy. Y trabajando con Lil Rel Howery en Free Guy: Tomando el control encontré la misma vibra, la misma sensación de poder estar haciendo comedia con alguien que sabe qué hace reír, qué te saca una carcajada desde una emoción y qué no deja de ser cercano.
-¿Creés que hay algo de esa sensibilidad a la hora de hacer humor en este film?
-Claro que sí. En muchos sentidos el humor es efectivo cuando sale del corazón y te toca emocionalmente, en tanto te sorprende y te impacta cuando menos lo esperás. Por eso en las escenas que tuve con él traté de dar el espacio para que Lil Rel pueda brillar. Y creo que Free Guy: Tomando el control funciona porque todo el reparto está al servicio de la historia y nadie quiere brillar más que el otro.
-Tu personaje arriesga muchísimo en la película por sus amigos... ¿Qué es lo más arriesgado que hiciste en tu vida real por amor?
-¿Lo más loco que hice por amor? Bueno, no sé si suena super insólito pero para mí lo fue: ¡Hice de stripper! Era alguien que sólo conocía strippers mujeres y quise ser su primer stripper. Lo considero algo muy loco porque te juro que... ¡Es mucho trabajo! Aunque fue un juego entre ambos, me lo tomé en serio, aprendí una coreo, me puse un nombre y cumplí con mi rol. Pero tal vez lo más loco que hago por los que quiero es acomodar mi vida cotidiana. Tengo tres hijas y la mayor tiene cinco años, así que trato de pasar tiempo con ellas porque son increíbles y para que mi mujer, Blake [Lively], pueda también trabajar y descansar. Así que tratamos de equilibrar el tiempo que pasamos con ellas: ahora, mientras hablo con vos, Blake las cuida, pero después es mi turno. Y creo que eso es lo más romántico que hago… ¡Porque mis hijas están locas!
-Tu personaje en Free Guy: Tomando el control descubre que está siendo controlado por algoritmos y reglas. ¿Alguna vez te sentiste igual y quisiste recuperar la libertad?
-¡Sí! Sin dudas: hace siete u ocho años sentí que no era verdaderamente libre. No hablo de mi vida personal, sino de mi carrera. Y entonces comencé a involucrarme más en la producción, en actuar sobre los guiones, las personas con las que quería trabajar… Fue un trabajo extra, pero me dio muchas satisfacciones. Meterme de lleno en el mundo de la producción fue un aprendizaje, pero hizo que pudiera acercarme a lo que realmente quería ser.
-¿Ese sería el consejo que le darías a alguien que quiere iniciar una carrera como actor?
-Es común que actores jóvenes me pregunten cómo pueden entrar en Hollywood y cómo pueden mantenerse. Lo primero no tiene muchas reglas ni secretos, pero lo segundo es más interesante: en estos años me dediqué a eliminar muros a mi alrededor. La industria te pone muros, que a veces son tus representantes y agentes y otras veces son personas de los estudios que son sólo intermediarios. Eso aísla a los actores y las actrices que tienen que esperar a ser llamados en vez de ser ellos los que activamente propongan cosas.
Un estreno demorado
El rodaje de Free Guy: Tomando el control se llevó adelante en 2019 y tenía fecha de estreno en julio de 2020, pero las medidas de aislamiento causadas por la crisis del coronavirus lo retrasaron. Luego, fue anunciado para del 11 de diciembre de ese año y después para el 21 de mayo. Finalmente llega esta semana a nivel global y, a diferencia de otros estrenos, no estará disponible en plataformas de streaming. La película, además, fue la última gran producción de 20th Century Fox antes de que Disney comprara el estudio.
“En 2018 yo estaba trabajando en otro proyecto, que no terminaba de volverse realidad, cuando Ryan Reynolds me contó que tenía entre manos un guion que quisiera que mirara. Era de Matt Lieberman y de inmediato me encantó. Me fascinó la idea de que un personaje secundario fuera el que tenía que salvar a su mundo”, le dijo a LA NACION Shawn Levy, su director.
Reynolds, que es canadiense como Levy y venía del suceso de Deadpool, aquí también es productor y hasta sugirió cambios en el guion: “Creo que fue la mejor experiencia cinematográfica que tuve en mi vida en términos de rodaje. Deadpool es una película pertinente para la cultura del cómic cuando salió; en este caso, en cambio, estamos hablando de temas más profundos: ¿Dónde estamos en este mundo? ¿Cuál es nuestro rol? ¿Qué hacemos por el mundo? Creo que por eso es mi película favorita”.
La otra estrella del film es Jodie Comer, en su debut cinematográfico como protagonista. Levy explica así su elección: “Me pasó como a muchos: descubrí a Jody en Killing Eve y tuve una especie de revelación. La calidad de su trabajo, la especificidad de lo que hace en pantalla es algo pocas veces visto. Me di cuenta de inmediato que tenía un talento especial, pero la incógnita era si podía hacer comedia y si podía compartir pantalla con alguien como Ryan Reynolds. Así que hicimos un casting con cinco actrices y todas estuvieron muy bien. La última fue Jody, quien había terminado de grabar una temporada de Killing Eve la noche anterior. Actuó una escena con Ryan y todos quedamos con la boca abierta. Es algo increíble, un calibre de actriz que pocas veces aparece. Me recuerda a una Meryl Streep joven, un rostro expresivo y muy profundo”.
“Ella es genial, pero lo mejor de todo es que no lo sabe. Creo que por eso es tan humilde: aún ni ella misma descubrió su potencial completo. La veo como alguien sin límites y que tiene una carrera maravillosa por delante”, completó el director.
Y el sentimiento es compartido por la actriz: “Amé el guión desde el primer momento. Cuando ves una comedia de acción tan bien escrita pensás que sabés lo que viene a continuación, pero de inmediato te sorprende que tiene mucha emoción y mucho corazón. Te pega en el medio del pecho”.
Levy coincide en que no hay una única forma de definir a Free Guy: Tomando el control: “Mi búsqueda fue crear una película que fuera una carta de amor a la cultura de los videojuegos, pero también una crítica sobre lo que está pasando, que en ocasiones es poco sano y se vuelve tóxico. Pero no diría que es una película sobre un videojuego, porque eso no sería correcto”.
“Si bien el trailer puede hacerte creer que vas a ver una comedia, la verdad es que Free Guy: Tomando el control es mucho más. Busqué que tenga una profundidad y una emoción distintas. No sé si creo en los géneros porque muchos dicen que esto es una ‘comedia de acción’, y ¡para mí es mucho más! Si querés ponerle un rótulo es una comedia de acción con un corazón gigante”, finaliza el director.
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