Rocketman: cinco razones para no perderse la película sobre la vida de Elton John
Las películas biográficas, o biopics, existen en una contradicción permanente. Si el personaje de la vida real que se proponen retratar es conocido masivamente, contar su historia puede resultar en un conjunto de lugares comunes ordenados sin demasiada inspiración para la pantalla. Y si su protagonista es un desconocido para la mayoría, la necesidad de presentarlo y volverlo atractivo para todos suele atentar con los hechos reales de su experiencia de vida. Por eso, el género cuenta con más intentos fallidos que triunfos. De todos modos, eso no impide que Hollywood recurra constantemente a él. Especialmente cuando se transforma en un fenómeno como sucedió con Bohemian Rhapsody, película mediocre sobre la vida de Freddie Mercury por la que Rami Malek ganó el Oscar al mejor actor.
Con esos antecedentes, Rocketman, el recuento de la agitada vida de Elton John que se estrenó esta semana tenía muchas posibilidades de terminar en exagerado desastre. En cambio, la película producida por el propio John resultó en una exagerada maravilla gracias al guión de Lee Hall (Caballo de guerra), el trabajo del director Dexter Fletcher (Volando alto) y cinco elementos que consiguen reivindicar al género biográfico.
1– Un actor a la altura. Hacia la mitad de la película, cuando Elton John ya es uno de los músicos más exitosos, ricos y conflictuados del mundo la distancia entre el personaje y el actor que lo interpreta se vuelve difusa, casi imperceptible. No se trata de una imitación sino más bien parece que Taron Egerton capturó el espíritu del John de aquella época, su energía y los claroscuros de su personalidad que se ven y se escuchan constantemente. Es que el actor galés de 29 años, conocido hasta ahora como el protagonista de las dos entregas de la comedia de espías Kingsman, no sólo transmite las vueltas de la vida del artista a través de sus gestos, sino que también lo hace con su voz. Egerton canta con buena voz y mucha sensibilidad los emblemáticos temas de John que se escuchan en la película.
2.–Los chicos crecen. Aunque Jamie Bell haya interpretado a más de veinticinco personajes desde que debutó en la pantalla grande en 2000, para muchos el actor inglés siempre será Billy Elliot, aquel chico del film homónimo con dotes para el ballet creciendo en el seno de una familia de clase trabajadora en la Inglaterra gobernada por Margaret Thatcher. Y aunque en Rocketman apenas ensaya unos pasos de baile y no participa de las elaboradas coreografías de la película, Bell sí consigue repetir la magia de su primer papel. Ahora le toca interpretar a Bernie Taupin, el letrista y socio creativo de Elton John desde el comienzo de su carrera, una de las pocas presencias constantes y amorosas en la vida de la estrella y parte indispensable de su éxito.
3-. La banda de sonido de tu vida. Con un cancionero tan extenso como popular, los productores de Rocketman (que incluían al propio John y su marido David Furman) se encontraron con un problema fantástico. Al contar con tanta obra, tantas canciones icónicas e inolvidables, la cuestión no era saber qué temas incluir sino cuáles dejar afuera. La solución salomónica de incluir algunas canciones prácticamente enteras y otras resumidas en unos pocos acordes resultó en una lista casi perfecta que integran, entre otras, "The Bitch Is Back", "Saturday Night's Alright (For Fighting)", "Thank You For All Your Loving", "Honky Cat", "Border Song"," Your Song" , "Tiny Dancer", "Goodbye Yellow Brick Road", todas interpretadas por Egerton.
4-.El traje de luces. Más allá de las precisas actuaciones de todo el elenco protagónico de la película que integran Egerton, Bell, Bryce Dallas Howard como la madre del cantante y Richard Madden (Guardaespaldas), en el papel de John Reid, su manager y amante, un personaje fundamental de la historia es el vestuario. Para rescatar algunos de los trajes más extravagantes y memorables que usó John durante los años setenta y ochenta, el diseñar de vestuario Julian Day (también trabajó en Bohemian Rhapsody), tuvo acceso al archivo del cantante donde todavía guarda algunos de sus looks más exagerados. Según explicó Day al diario The Independent, la única regla que seguía el músico a la hora de elegir su vestuario para el escenario era que tenía que ser extravagante y excesivo. Una indicación que la película se tomó muy en serio y que resulta en algunos de sus momentos más graciosos.
5-.De otro mundo. Uno de los errores más habituales en los guiones de las biopics es plantear una historia aparentemente ajustada a la secuencia de los hechos reales de la vida de su protagonista para luego manipular los diferentes hitos de esa experiencia vital según su conveniencia dramática. En el caso de Rocketman esa pretensión de verosimilitud y fidelidad con los hechos no tiene demasiada importancia porque lo fundamental es crear un relato fantástico, repleto de escenas oníricas que se apoyan en las canciones de John que se ponen al servicio de la emoción que requieren las escenas sin prestarle atención a la fecha precisa en la que fueron escritas.
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