Roberto Rossellini: polémicas y palabras
El genio de Roberto Rossellini tropezó muchas veces con la incomprensión de sus contemporáneos. Cineasta de coraje e inteligencia singulares, pero también inquieto y contradictorio, fue igualmente glorificado y criticado. Las polémicas en torno de su obra y de su personalidad fueron abundantes. Yace en la historia bajo un epitafio ceñido y definitivo, el de "padre del neorrealismo", que en realidad es tan impreciso y simplificador como suelen serlo todas las etiquetas, y que se funda en una obra revolucionaria -"Roma ciudad abierta"- recibida sin embargo con frialdad en el momento de su estreno en Italia (sobre todo por una equivocada interpretación de sus "concesiones" al melodrama popular) y sólo reconsiderada y valorada en toda su grandeza después de su triunfo en el Festival de Cannes de 1946 y su éxito internacional.
La controversia lo cercó muchas veces. Por ejemplo, a fines de los cuarenta, cuando con "Alemania, año cero" y "Strómboli" (cierta crítica habló de su "involución"), su discurso empezó a hacerse más íntimo, el análisis psicológico más atento y la preocupación existencial más visible. O cuando con "Viaje a Italia" (1953), cuya lúcida observación de la alienación contemporánea fue incomprendida o maltratada por la crítica italiana e ignorada absolutamente por el público, generó desbordes de admiración por parte de Truffaut, Godard y André Bazin e hizo decir a Jacques Rivette que con su aparición "todos los films han envejecido súbitamente diez años. O cuando a mediados de los sesenta declaró la muerte del cine como espectáculo y se dedicó a desarrollar una profusa obra de corte histórico-didáctico para la televisión, de la que el público local pudo disfrutar recientemente en una de las secciones descollantes del 8º Bafici. No debería extrañar, por eso, que en el momento de celebrarse el centenario de su nacimiento, sea otra vez la polémica la que traiga de regreso el nombre de Rossellini a los medios de comunicación, aunque esta vez, es cierto, no se busque avivar la discusión sobre cuestiones estéticas, éticas o ideológicas sino apenas ventilar algunas rencillas domésticas de su descendencia gracias a un cortometraje de Guy Maddin inspirado por los recuerdos de Isabella Rossellini.
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De un perfil más bajo que las mellizas nacidas del matrimonio del cineasta con Ingrid Bergman, Renzo, el segundo de sus hijos varones (nació en 1941 de la unión de Rossellini con Marcella De Marchis), está al frente de la Fundación que lleva el nombre de su padre y en estos días prepara retrospectivas y homenajes. Prefiere que lo recuerden por lo que expresó en su obra o en las centenas de entrevistas que concedió durante sus 40 años de carrera. Aquí va una muestra:
* "¿En qué consiste la ventaja del plano-secuencia? En que permite sumergir al personaje en el ambiente. Todo lo que el hombre hace está unido al ambiente, a la luz, a la atmósfera, a las horas del día, a lo que tiene alrededor... Logra recrear al hombre en su contexto."
* "Nunca quise demostrar nada; quise solamente observar, mirar objetivamente, moralmente, la realidad."
* "Mirar para comprender: es siempre la misma operación y es la que siempre desarrollé. Tengo confianza en el hombre y en su pensamiento, y es a ese pensamiento al que me he dirigido siempre con todos mis films, para movilizarlo con los datos y los temas que le propongo."
* "Persigo un solo objetivo con el cine y la TV: la información. Y digo la información, no la didáctica, porque afirmo que no se debe enseñar, sino que debemos limitarnos a ofrecer datos, para que cada uno, luego, pueda elaborarlos por su cuenta, a solas consigo mismo."
* "No tengo fórmulas ni ideas previas. En la narración cinematográfica, la espera es fundamental. Toda solución surge de la espera. La espera es la que hace vivir, la espera es la que desencadena la realidad."
* "Estoy convencido de que soy totalmente ignorante y sé que hay en el mundo otros ignorantes como yo. Entonces, quiero vivir la excitación de aprender y descubrir cosas... Cada segundo es un descubrimiento si uno trata realmente de entender las cosas. Lo que yo procuro es recrear el proceso del conocimiento."
* "No diagramo. Nada. Tengo una cámara y miro a través de ella. Eso es todo."
* "Me niego a decir: esto es la verdad. Lo que busco es la verdad, pero no sé qué es. Uno sólo puede aproximarse a ella, a través del conocimiento."
* "Hice un film sobre Sócrates y él decía una cosa maravillosa. Decía que el mundo está lleno de opiniones y completamente vacío de conocimiento. Es verdad. Tenemos opiniones, pero no sabemos. Por eso me resisto a tener opiniones allí donde no tengo conocimiento."
No hace falta pesquisar mucho (ahí están los Dardenne con su obra maestra) para comprobar hasta qué punto sigue vigente la lección de Rossellini.
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