El libro de la selva plantea un regreso al fascinante mundo de Mowgli
Hoy se estrena la nueva versión de El libro de la selva, en la que Disney recurre a efectos visuales de asombrosa cercanía con el mundo real
El libro de la selva se conoció en 1894. Desde entonces, la obra de Rudyard Kipling adquirió la estatura de clásico tanto como las versiones cinematográficas que surgieron de sus bellas páginas. Las aventuras de Mowgli, el pequeño cachorro de hombre criado por los lobos en el entorno salvaje de Seeonee, del oso Baloo, de la pantera Bagheera y del temible tigre de Bengala Shere Khan se hicieron leyenda a través de la pantalla gracias al ya legendario largometraje de Zoltan Korda (1946), con el actor indio Sabu como protagonista, y por la película animada de 1967, la última que Walt Disney supervisó en persona antes de morir.
Es tan fuerte la atracción del relato, de su entorno y de sus personajes, que nadie imagina todavía una suerte de versión definitiva. El libro de la selva puede revivir una y otra vez en distintas manos. Desde hoy, en múltiples formatos de pantalla y de lenguaje, puede verse en los cines argentinos una nueva propuesta también concebida por Disney, pero con un espíritu más cercano a las nuevas generaciones que al homenaje del célebre film animado que pronto cumplirá medio siglo. Y en 2018 el libro volverá al cine, pero esta vez con actores de carne y hueso.
En su origen, los estudios Warner Bros. imaginaron junto a Andy Serkis, el gran especialista en captura de movimiento (fue el inolvidable Gollum en El señor de los anillos y El hobbit, y César en la nueva etapa de El planeta de los simios), que por fin la obra de Kipling tendría la dimensión realista que no aparece en la película animada de 1967, la que perdura hasta hoy en el conocimiento mayoritario del público. Serkis es el director de esta ambiciosa producción y además se reservó el papel de Baloo.
Pero Warner, ayer mismo, anunció la decisión de postergar el estreno mundial de Jungle Book: Origins (tal el título original, en el que se deja constancia del propósito de contar la historia desde el comienzo) para el 19 de octubre de 2018, un año después de la fecha original. Esa demora de un año tiene su única explicación en el estreno de hoy. El libro de la selva, dirigido por Jon Favreau (Iron Man), que podrá verse a partir de hoy en versiones 2D y 3D (además de las proyecciones en la sala Imax) en los cines de nuestro país, es la producción que más lejos debe haber llegado en la historia en materia de realismo fotográfico del reino animal. El entorno salvaje y natural que se muestra en la película parece propio de nuestro mundo y no el resultado de un depurado trabajo de los especialistas en efectos visuales generados por computadora (CGI).
"Las expectativas creadas alrededor de este proyecto son enormes -escribió ayer Serkis tras anunciarse la postergación por un año del estreno de su propia versión-. Lo que estamos intentando es llegar a un nivel jamás alcanzado hasta ahora de interacción entre las excepcionales interpretaciones de nuestro elenco y las expresiones faciales de los animales." Esos actores son Christian Bale (Bagheera), Benedict Cumberbatch (Shere Khan), Cate Blanchett (la serpiente Kaa) y Peter Mullan (Akela), a quienes se suma el pequeño neoyorquino Rohan Chand, que será Mowgli después de aparecer en Jack y Jill, El sobreviviente y Un viaje de diez metros.
Al demorar un año más de lo previsto el lanzamiento de su propia versión, Warner admitió que quiere tomar la mayor distancia posible de la propuesta de Disney. Sobre todo porque las dos responden a la misma inspiración y a búsquedas parecidas.
El corazón de las tinieblas, pero familiar
En la película que se estrena hoy, Favreau salió ante todo a buscar el máximo realismo posible, seguramente imaginando que el público actual quiere vivir este tipo de experiencias. Salta a la vista que con El libro de la selva versión 2016, Disney quiere ganarse también al público adulto a través de una perspectiva que Todd McCarthy, el crítico estrella de The Hollywood Reporter, definió a la perfección. Dijo que esta nueva versión del clásico de Kipling es algo así como El corazón de las tinieblas (la novela de Joseph Conrad que inspiró a Francis Ford Coppola para hacer Apocalypse Now) pensada para todo público.
Al presentar su película ante la prensa internacional en Beverly Hills, hace pocos días, Favreau se preguntó: "¿Por qué no hacer una película tan bella con imágenes reales? Gracias a Una aventura extraordinaria, Ang Lee nos mostró que se podía contar una historia en el cine de esa manera, por lo que decidimos llevar al límite los efectos visuales, así como ocurrió en Avatar, El planeta de los simios y Gravedad".
El único actor de carne y hueso de la película es el pequeño Neel Sethi, un chico nacido en Nueva York de familia india elegido por Favreau luego de un casting del que participaron 2000 candidatos. El director reconoció que su mayor temor pasó por mantener inalterable el espíritu del relato original dentro de la transición elegida para innovar respecto de la versión de 1967, una película animada con alma de musical pensada ante todo para los chicos. La que se estrena hoy, en cambio, fue calificada en la Argentina como "apta para todo público", pero con una leyenda que advierte sobre el realismo de algunas escenas.
De cualquier manera, algunas de las magníficas canciones de la película de 1967, escritas por los hermanos Robert y Richard Sherman (los mismos de Mary Poppins) reaparecen aquí con otras voces. La más poderosa atracción de la banda sonora es el clásico "Quiero ser como tú" ("I Wanna Be You"), cantada por Louie, el rey de los monos. En 1967 contó con la voz de Louis Prima, y aquí la interpreta el gran Christopher Walken. Para disfrutarla en plenitud, lo mismo que en el caso de otras excepcionales voces, habrá que buscar con lupa las copias originales subtituladas, disponibles en algunas muy contadas salas de las cadenas Hoyts, Village y Cinemark.
En el aporte de esas voces está buena parte del encanto de esta novedad. Buena parte del movimiento de los animales se adapta al trabajo vocal de sus intérpretes originales: Bill Murray (Baloo), Ben Kingsley (Bagheera), Idris Elba (Shere Khan), Lupita N'Yongo (Raksha) y el recientemente fallecido Garry Shandling, como un divertido puercoespín. También Scarlett Johansson, que además de ponerle voz a Kaa recrea de manera excepcional la canción "Confía en mí" ("I'm Trust"), en los créditos finales.
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