La ganadora del Oscar protagoniza uno de los estrenos de la semana, Hazme el favor, comedia con ecos de producciones de los 90 en la que ratifica su talento como comediante; en su trayectoria hallamos trabajamos dramáticos igual de imperdibles que están disponibles en streaming
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La actriz oriunda de Kentucky irrumpió en Hollywood con una actuación despojada de afectismos en Lazos de sangre, el film que le valió su primera nominación al Oscar, logró equilibrar la fama repentina que se afianzó con la popular saga Los juegos del hambre, el haber obtenido el premio de la Academia nada menos que a los 22 años, y su racha imparable de interpretaciones que la convirtieron en la estrella a observar. Jennifer Lawrence supo cuándo alejarse de la industria para regresar solo con producciones en las que pudiera hacer su contribución, como Resurgir y Hazme el favor, dos películas que protagoniza y también produce.
En la flamante comedia de Gene Stupnitsky que se estrena este jueves en salas, la actriz interpreta a una mujer que acepta la propuesta de los padres de un joven de 19 de salir con su hijo a cambio de un auto de lujo que le permitirá trabajar en mejores condiciones. El largometraje se propone retomar el humor de comedias noventosas como American Pie y Loco por Mary. “Creo es que momento de hacer una película que haga reír a la gente, es muy difícil hacer comedia y no ofender a nadie, así que en cierto modo creo que serán muchos los que se ofendan viendo esta”, se sinceró Lawrence en declaraciones recogidas por Variety.
“Deberíamos poder conseguir que la audiencia se divierta, pero sin indignación: creo que estamos corriendo el riesgo de ser demasiado políticamente correctos”, añadió la protagonista de un largometraje que se propone precisamente lo contrario, el abordar el humor de manera inteligente. “Le encontramos la vuelta a la historia, y quisimos mostrar que lo que hacen los protagonistas no está bien, nos reímos de eso, de aquello de lo que supuesamente no deberíamos reírnos”, sumó la actriz, cuyas mejores actuaciones pueden encontrarse en streaming.
*Lazos de sangre (2010)
Más allá de la notoriedad que cobró con Los juegos del hambre, Jennifer Lawrence nació en el indie, circuito que le sienta más que bien y en el que empezó a formarse de la mano de Lori Petty en The Poker House (su ópera prima, una cruda producción autobiográfica), y luego con Debra Granik en Lazos de sangre, un thriller en el que, como toda la obra de la cineasta, los personajes se adentran en mundos oscuros que los obligan a reconciliarse con sus propias ideas de “normalidad”. Lawrence se destaca en el papel de Ree Dolly, una joven de 17 años que vive en la meseta de Ozark, en Missouri, y que dedica su existencia a cuidar a su madre enferma y a sus pequeños hermanos.
Su cotidianidad se altera cuando a Ree le comunican que puede perder su hogar, situación que la conduce a emprender la búsqueda de su padre, quien al salir de la cárcel nunca regresó con la familia. La interpretación de Lawrence circula por el mismo carril que la mencionada The Poker House, un trabajo que exuda naturalidad, uno en el que nada se siente forzado. La actriz, de formación autodidacta, demostraba 13 años atrás que había nacido con un talento adaptable a cualquier género, producción y personaje, como su posterior filmografía lo confirmaría. Por su personificación en el film de Granik, una directora con gran ojo para retratos de los individuos que viven en los márgenes, Lawrence obtuvo su primera nominación al Oscar.
Lazos de sangre, de Debra Granik, está disponible en Google Play.
*Los juegos del hambre (2012)
En tan solo dos años, la actriz pasaba de formar parte de aclamadas películas de bajo presupuesto a comandar una de las franquicias juveniles más exitosas. Antes de obtener el codiciado papel de Katniss Everdeen en Los juegos del hambre, Lawrence tuvo pequeñas pero interesantes intervención en el film de Jodie Foster La doble vida de Walter, y en el desgarrador drama romántico de Drake Doremus Like Crazy. Al mismo tiempo, se sumó al gran elenco de X-Men: primera generación como Mystique, perfecto preámbulo para su desembarco en la primera de las tres entregas basadas en las novelas de Suzanne Collins. Lawrence se puso al hombro un papel que, gracias a los matices que le supo dar y a su enorme carisma, fue mucho más que un estereotipo.
La actriz logró navegar la presión de ser la elegida para el personaje de una joven heroína que, por instinto, se erige como un símbolo de oposición contra el Capitolio, una autocracia que propone esos “juegos del hambre” para diezmar la población. Aunque la saga cuenta con un triángulo amoroso de manual que se estira más de lo debido, Lawrence supo cómo correrse de ese lugar para personificar a Katniss con vehemencia, rasgo que comparte con Ree Dolly, dos adolescentes que son ubicadas en lugares de gran responsabilidad.
Los juegos del hambre, de Gary Ross, está disponible en HBO Max y Netflix.
*El lado luminoso de la vida (2012)
A medida que iba filmando la saga de Los juegos del hambre que le dio su estatus de estrella de Hollywood, Jennifer Lawrence colaboraba con un realizador respetado en el cine independiente que se volvía más mainstream con El lado luminoso de la vida: David O. Russell. El director adaptó la novela The Silver Linings Playbook de Matthew Quick, editada en 2008, en la que el protagonista indiscutido de la historia era Pat Solitano, un hombre diagnosticado con bipolaridad que no puede sortear el duelo que implicó su divorcio.
En su transpolación de la novela de Quick, O. Russell hace varios cambios, entre ellos, no saca el foco de Pat, pero le da mayor peso al personaje de Tiffany Maxwell (Lawrence), una joven viuda que sufre de ansiedad y que encuentra en ese hombre a un par con quien poder mostrarse vulnerable.
Lawrence brinda una interpretación avasallante, sobre todo en las secuencias en las que debe amoldarse a la estructura propuesta por el cineasta, con grandes escenas corales a cargo de Bradley Cooper, Robert De Niro y Jacki Weaver. De hecho, en ciertos tramos del film el trabajo de la actriz recuerda al de Cher en Hechizo de luna, por la forma en la que equilibra cierto tono de screwball comedy con el drama que proviene de las respectivas enfermedades que padecen los protagonistas. Lawrence se llevó el Oscar a la mejor actriz por su actuación, un premio que fue discutido pero que implicó un gran logro para la comedia, generalmente relegada por los votantes de la Academia, quienes tienden a premiar actuaciones más solemnes.
El lado luminoso de la vida, de David O. Russell, está disponible en Amazon Prime Video y Netflix.
*Joy: el nombre del éxito (2015)
La tercera colaboración de Lawrence con O. Russell y la cuarta en la que compartió pantalla con Bradley Cooper luego de El lado luminoso de la vida, Escándalo americano y Serena de Susanne Bier, fue la biopic Joy: el nombre del éxito, basada en el radical cambio que sufre Joy Mangano, una madre soltera de clase trabajadora que inventa el “Miracle Mop”, la mopa que le permitió estabilizar su vida y además descubrir sus dotes como empresaria, al llevar adelante la compañía Ingenious Designs.
Al igual que en Los juegos del hambre, todo el peso de Joy recae sobre Lawrence, quien le da otro vuelo al guion de Russell y la talentosa Annie Mumolo, la encargada de aportarle al texto ribetes feministas, cuando la protagonista empieza a sufrir las consecuencias de triunfar como cabeza de una empresa, lo que no es del agrado de figuras masculinas que buscan quedarse con su creación. El monólogo final, uno que quizá resulte disonante con la mezcla de tonos que maneja el guion, está perfectamente interpretado por Lawrence, quien debió demostrar que no era demasiado joven como para personificar a Joy, una de las críticas más comunes que se le solía hacer. La actriz recibió su cuarta nominación al Oscar por su trabajo y su tercer Globo de Oro.
Joy: el nombre del éxito, de David O. Russell, está disponible en Star+.
*Resurgir (2022)
El regreso de Jennifer Lawrence a las fuentes no pudo haber encontrado un mejor vehículo. Estrenada el año pasado en la plataforma de streaming Apple TV+, Resurgir es la ópera prima de la directora teatral Lila Neugebauer, centrada en las consecuencias de la guerra. La actriz le pone el cuerpo a una mujer quebrada, Lynsey, una exmarine que regresa a la vida cotidiana con una lesión cerebral, lo que la conduce a cambiar sus hábitos y a convivir con la certeza de que ya no podrá volver a combatir. En ese proceso conoce a un hombre que acarrea sus propios traumas, James (Brian Tyree Henry, nominado al Oscar por su interpretación), quien la acompaña en ese presente plagado de incertidumbre en el que él también teme abrirse y compartir un pasado trágico.
Resurgir cuenta con la producción de Lawrence, quien está apostando a propulsar ficciones con mujeres en el centro. En este caso, el guion fue coescrito por la novelista Otessa Moshfegh, quien explora tópicos similares a los que se pueden encontrar en sus trabajos más reconocidos, Mi año de descanso y relajación y La muerte en sus manos. Luego de una interesante actuación en la sátira No miren arriba de Adam McKay, el gran regreso de Lawrence tras un impasse fue con Resurgir, la película que, como Lazos de sangre años atrás, sacó a relucir su mejor faceta.
Resurgir, de Lila Neugebauer, está disponible en Apple TV+.
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