Rápidos y furioso: la séptima no es la vencida
Los productores de la nueva película, que llega mañana, evaluaron la posibilidad de rodar escenas en el sur argentino, pero finalmente se decidieron por Islandia
Rápidos y furiosos 8 estuvo cerca de filmarse en la Argentina. Al menos un tramo crucial que transcurre en gélidos escenarios, sobre los cuales autos veloces y conductores temerarios prueban al límite su resistencia y su destreza. Esa posibilidad quedó frustrada porque la producción descartó la Patagonia y optó finalmente por Islandia. Nuestro país se quedó con las ganas de sumarse a una película que con toda seguridad estará entre las más taquilleras de la historia.
Las expectativas son altísimas en las vísperas del estreno global de la séptima aventura de la saga de acción más exitosa de los últimos tiempos. Sólo en la Argentina, se proyecta que al final del domingo de Pascua Rápidos y furiosos 8 habrá superado con comodidad el millón de entradas vendidas.
En el resto del mundo también se esperan a toda velocidad cifras igualmente altas. Tan elevadas como el vuelo de algunos de los vehículos que desde hace mucho tiempo insisten en demostrarnos que la ley de gravedad no existe. En verdad, no parece haber ningún obstáculo ni impedimento para que estas aventuras sobre ruedas se empeñen en desafiar cualquier verosimilitud. Cuanto más grande e increíble parece el desafío, mejor respuesta encuentran las películas de Rápidos y furiosos en todo el mundo.
En la Argentina el lanzamiento, anunciado por UIP, se espera para pasado mañana. Lo mismo ocurrirá entre el jueves y el viernes en otros 50 países. El mercado local aguarda números siderales de concurrencia, por lo menos similares a los que convocó en 2015 Rápidos y furiosos 7. El récord histórico de venta de entradas alcanzado dos años atrás en la Argentina se explica en parte por la respuesta colosal del público a ese lanzamiento: cerca de tres millones y medio de tickets, sólo superado por los casi cinco millones de Minions.
A propósito de este antecedente, los datos de Ultracine sirven como valiosa referencia de lo que podría ocurrir aquí durante este fin de semana largo. Rápidos y furiosos 7 fue la primera película de la historia (la industria cuenta con datos fidedignos y confiables desde 1997) en superar la marca del millón de espectadores en un solo fin de semana. Más exactamente 1.010.957 tickets, en abril de 2015. Cifras similares proyecta el mercado local para el estreno de la octava película en sus estimaciones más conservadoras.
¿Qué tiene Rápidos y furiosos para alimentar semejante ansiedad globalizada? Por lo pronto, una suerte de mística que fue creciendo película tras película y dejó muy atrás el comienzo de la saga, 16 años atrás. La película inicial tenía un presupuesto muy modesto y fue concebida como una pequeña aventura sobre fanáticos de los autos y de las carreras de velocidad mano a mano. De hecho, se estrenó en la Argentina en apenas 20 salas. Un número que luce hoy lejano e inverosímil frente a las 416 pantallas que tendrá en el mercado local el lanzamiento de Rápidos y furiosos 8 en las dos versiones (original con subtítulos y doblada al castellano): 226 en 3D, 190 en 2D y dos IMAX 3D.
Un momento clave
Hubo un momento, tal vez entre la cuarta y la quinta entrega, en que los artífices de esta saga decidieron que cuanto más grande se planteara el desafío, más grande y contundente sería la respuesta del público. En ese momento se convencieron de que la pareja protagónica ( Vin Diesel - Paul Walker ) sería imbatible. Mucho más después de la experiencia del fracaso de la tercera entrega (Reto Tokio) en la que no funcionó la estrella de recambio, el hoy olvidado Lucas Black.
Los desafíos se multiplicaron y también la inclinación de los personajes centrales a ponerse explícitamente del lado de la ley, cumpliendo misiones extravagantes y superpeligrosas para agencias gubernamentales. Con ellas se extendió la idea de familia alrededor de los protagonistas y un espíritu triunfal que tuvo que superar la prueba crucial del fallecimiento de Walker, víctima del fatalismo de un accidente de tránsito ocurrido el 30 de noviembre de 2013, cuando su Porsche Carrera se estrelló a toda velocidad contra un árbol y un poste telefónico en una ruta de Santa Clarita, California.
Rápidos y furiosos 8 será la primera película de la saga sin Brian O'Conner, el personaje de Walker. Pero Rápidos y furiosos está en movimiento y se sostiene también a partir de su recuerdo, con varias figuras de peso para sostener su continuidad en plenitud. De hecho, junto a Vin Diesel (el incombustible Dominic Toretto) siguen Dwayne Johnson , Jason Statham , Tyrese Gibson, Michelle Rodriguez y Kurt Russell. A ellos se suman Scott Eastwood (un viejo amigo de Walker, al que llegó a definir hace poco como "mi mentor y hermano mayor") y Charlize Theron como villana estelar.
Como Cipher, una terrorista experta en hackeos que logra poner de su lado a Toretto y romper el equilibrio familiar, Theron parece retomar su brillante papel de Furiosa en la última aventura de Mad Max, no casualmente estrenada en la Argentina como Furia en el camino. "Algunas de las cosas que mi personaje hace son devastadoras en relación con los pilares que fueron construyendo esta saga desde el comienzo", adelantó Theron.
La presencia de una mujer como la mala de turno no es la única novedad de este regreso. Rápidos y furiosos 8 es la primera superproducción hollywoodense filmada en Cuba desde que Barack Obama y Raúl Castro acordaron el deshielo y reanudaron relaciones diplomáticas. Después de largas negociaciones en el más alto nivel gubernamental, la producción destinó 300 personas durante tres semanas en la isla y envió allí un barco con toda clase de suministros, desde comida, agua potable y papel higiénico hasta un incontable número de repuestos de automotores. El rodaje también quedará en la historia por otro hecho: la primera vez desde la revolución castrista en que un helicóptero estadounidense surcó el cielo cubano en apoyo logístico del rodaje.
En esta vocación de llevar el rodaje a todas partes, Rápidos y furiosos cada vez se parece más a las películas de James Bond. Una de las coincidencias tiene que ver con la escenografía fría e invernal de un tramo de la película. Pudo ser la Argentina el lugar de rodaje, según reveló hace poco Eric Hooge, uno de los responsables de las locaciones. Corría con ventaja frente a Alaska y el norte de Canadá por la factibilidad de rodar sin demoras en la Patagonia durante el verano estadounidense. Pero la producción necesitaba un lago helado en condiciones de aguantar el paso a toda velocidad de al menos 20 vehículos al mismo tiempo. Por eso eligió Islandia, que ya se había probado como escenario propicio para secuencias de ese calibre en Otro día para morir (2002), la vigésima película de 007. Rápidos y furiosos no tiene como objetivo llegar tan lejos. Pero a toda velocidad ya sumó ocho títulos y confía en alcanzar los diez en 2021.
Sobre ruedas en todo el mundo
Rápido y furioso (2001)
- US$ 207.283.925
- En la Argentina, 90.220 espectadores
Más rápido, más furioso (2003)
- US$ 236.350.661
- En la Argentina, 245.593 espectadores
Rápido y furioso: Reto Tokio (2006)
- US$ 158.468.292
- En la Argentina, 105.112 espectadores
Rápidos y furiosos (2009)
- US$ 363.164.265
- En la Argentina, 514.939 espectadores
Rápido y furioso 5in control (2011)
- US$ 626.137.675
- En la Argentina, 1.239.708 espectadores
Rápido y furioso 6 (2013)
- US$ 788.679.850
- En la Argentina, 2.209.918 espectadores
Rápidos y furiosos 7 (2015)
- US$ 1.516.045.911
- En la Argentina, 3.355.209 espectadores
El total recaudado por la saga en la taquilla global asciende a algo más de 3896 millones de dólares. En la Argentina, los siete films vendieron 7.760.699 tickets
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