Rami Malek: los secretos del hombre detrás de Freddie Mercury
"Mi papá solía decirnos cuando éramos chicos ‘son especiales, así que vayan y hagan cosas especiales’". Si Rami Malek no puede ahora mostrarle a su papá que cumplió con semejante misión, nadie puede: su interpretación de Freddie Mercury en la película que cuenta su vida, Bohemian Rhapsody, es tan especial que logró que se alzara con el Oscar a mejor actor del año. La temporada de premios lo preparó para este momento: lleva dos meses subiendo a los escenarios a agradecer. Se llevó un Critics' Choice Awards, un Globo de Oro, un SAG, un Bafta. En cada uno de sus discursos dio crédito a sus compañeros de elenco, a los miembros sobrevivientes de Queen , Brian May y Roger Taylor, productores del film y hoy también amigos del actor, y lanzó mensajes al cielo, a su inspiración, el legendario Freddie Mercury. Se sabe especial, pero no ha perdido la humildad y eso también lo ha convertido en un rey de corazones. Tiene fans en tantos países del mundo como Queen supo tener. Tiene fans de generaciones que no conocían a Queen, que ahora cantan sus canciones. Dios salve a Rami Malek si a él le debemos el regreso a los charts -ahora, a los rankings de Spotify- de una de las mejores bandas de la historia del rock.
Su historia de vida también es especial. Comenzó hace 37 años con su nacimiento, ocurrido cuatro minutos antes que el de su hermano gemelo, Sami Malek, en un hospital de Los Ángeles. Sus padres eran egipcios y habían emigrado en 1978 hacia los Estados Unidos donde los gemelos y su hermana mayor se criaron hablando árabe, primero, y luego vinculándose completamente con la cultura estadounidense. "Hablo árabe como un niño de 10 años", reconoció en una entrevista reciente Rami, quien no reniega de sus orígenes pero de alguna manera buscó que su esencia trascendiera los límites de su origen. Algo que encontró en común con el personaje de su vida, Freddie Mercury, quien nació en Zanzíbar, en una familia parsi, y tuvo que enfrentarse más de una vez al rechazo al extranjero en las calles londinenses.
Sus padres hubieran preferido que fuera médico, como su hermana, pero Rami no encontró demasiados obstáculos para estudiar lo que quería: Bellas Artes y teatro. Estaba decidido a ser actor pero no a cualquier precio: no aceptaría que por su ascendencia oriental lo encasillaran en papeles de terrorista, un cliché común en Hollywood. De manera que esperó y el cambio de época en la Meca del cine le permitió trabajar en roles que encuadraran en sus objetivos. En 2004 apareció su primera oportunidad relevante, con un papel en un capítulo de la serie Gilmore Girls. Si trazamos un paralelo con la vida de Freddie Mercury, aquí sale ganando Rami: a los 23 años, Freddie todavía se ganaba la vida vendiendo ropa y no había cantado en público.
La segunda aparición ante cámara importante de Malek sí tuvo que ver con sus raíces egipcias: encarnó a un faraón en la saga Noche en el Museo. Mientras la industria de las series de televisión crecía a pasos agigantados, se iba haciendo un lugar: estuvo en 24, The Pacific, Alcatraz. Los directores de cine comenzaron a prestarle cada vez más atención y llegaron personajes para películas como Larry Crowne, The Master y la popular saga adolescente Crepúsculo. Sin embargo, el batacazo lo dio primero en el mundo seriéfilo cuando se convirtió en el protagonista de Mr. Robot, el rol que lo puso en las grandes ligas y que hizo llegar su nombre a oídos de Graham King, el productor que remó diez años contra la corriente para concretar la película sobre el frontman de Queen.
Cuenta la historia que King estaba desanimado. Su primera opción, Sacha Baron Cohen, a quien ya se había promocionado como el hombre que pondría cuerpo y alma a Freddie Mercury, se había trenzado en una guerra mediática con Brian May, el guitarrista de Queen y dueño junto al baterista, Roger Taylor, de los derechos para llevar su historia al cine. Baron Cohen quería mostrar una cara de la banda y la banda quería conservar su obra lo más cuidada posible. No había guion y no había protagonista. El tiempo pasó, el guion se escribió tantas veces que es imposible para los productores recordarlo, y una vez que estuvo listo, la titánica tarea de encarnar a Freddie Mercury parecía no estar a la altura de ningún actor. King estaba en Londres cuando recibió el llamado de su colega Denis O’Sullivan: "Creo que encontré a nuestro Freddie Mercury. Necesito que vueles a Los Ángeles a conocer a este chico, Rami Malek, y pases un tiempo con él". King estaba trabajando en otro proyecto, pero, obsesionado con sacar adelante Bohemian Rhapsody, viajó de inmediato. Se encontró con un joven bastante nervioso que moría por obtener el papel y cumplía con un requisito no menor: "Nos hubieran matado si elegíamos a un Freddie Mercury blanco. Freddie nació en Zanzíbar y fue a la escuela en Mumbai, mientras que Rami tiene ascendencia egipcia y griega", reconoció King en una entrevista. Sin embargo, aclaró que no fue eso lo que le llevó a tomar la decisión: "Se grabó con un iPhone copiando una de las entrevistas de Freddie y me lo mandó. Y fue 'oh por Dios, es Freddie Mercury’. Sé que suena un poco cursi, pero supe que era perfecto para el papel. Trabajé con Daniel Day Lewis y Leo [Di Caprio], y todos estos actores y sus performances, pero pienso que esto es de lo mejor que he visto en mi vida. Es increíble. Increíble", dijo el productor. Poco antes del estreno, King volvió a advertir: "Esta será una de las más grandes actuaciones que hayan visto en mucho mucho tiempo".
Desde su debut mundial en noviembre de 2018, la película recibió algunos golpes, pero un claro apoyo del público, además sumó varias nominaciones y un gran premio -el Globo de Oro a lo mejor del año. Eso sí, nadie discutió la interpretación de Malek.
Las claves de su transformación en el vocalista se descubren en un trabajo minucioso que involucró ver "absolutamente todos los videos que hay de él", según sus palabras, estudiar canto -aunque no es su voz la que se escucha en las escenas sino la de Freddie y en algunos pasajes, una "mezcla" entre Rami, Freddie y un imitador llamado Marc Martel-, prepararse con una coach de movimientos que diseñó las coreografías para que la gestualidad sea idéntica a la de Freddie, sobre todo en el escenario, y por último el uso de una prótesis dental con incisivos extra, tal como tenía el líder de Queen. "Me fijé en su familia, en su estructura facial, en los movimientos de todos ellos. Luego, su trabajo, sus entrevistas, la evolución de su físico. Hubo momentos, no lo voy a negar, en los que me sentí inseguro porque no sabía si estaba logrando el resultado que esperaban de mí. Cuando te ofrecen una oportunidad como esta, meditas la oferta y asumes los riesgos antes de aceptarla. Obviamente, fue una decisión complicada por el peso del personaje. Estamos hablando de Freddie Mercury, por Dios. Un tipo icónico y revolucionario. He intentado captar su esencia, no imitarlo. Nadie puede ser él, sino una versión de él. Esa fue mi actitud al meterme en el papel", explicó Malek en una entrevista con el diario español ABC.
La tranquilidad con su desempeño en el film llegó, según contó, cuando Brian May y Roger Taylor lo felicitaron: "Cuando ellos se mostraron satisfechos, me sentí aliviado". "Gracias a Dios que lo encontramos. Es increíble. En todos los sentidos, es agradable, es dedicado, es increíblemente talentoso, por Dios, sacó a Freddie, no pudo haberlo hecho mejor", dijo May en una de muchas entrevistas al respecto.
"Fue hermoso terminar cada oración con un ‘cariño’ o ‘querido’ [las muletillas favoritas del artista]. Me costó dejar ir el personaje. Es fantástico estar caminando y vistiendo como Freddie Mercury", reconoció el actor, que además encontró el amor en el set de rodaje: Lucy Boynton, quien se puso en la piel de Mary Austin, la mujer a quien Mercury dedicó su himno romántico "Love of my life".
Por estos días Malek se prepara para protagonizar por última vez Mr. Robot (la serie llegará a su fin con la cuarta temporada, que se estrenará este año), pero volver a ese set de filmación después de la experiencia BoRap no será lo mismo. Su papel consagratorio, su propio Live Aid, está sucediendo y tuvo su gran broche de oro anoche.
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