Proeza visual, penoso guión
"Final Fantasy, el espíritu en nosotros" ("Final Fantasy: The spirits within", Japón-Estados Unidos/2001). Dirección: Hironobu Sakaguchi, con la asistencia de Motonori Sakakibara. Voces: Alec Baldwin, James Woo, Steve Buscemi, Ming-na, Ving Rhames, Donald Sutherland. Guión: Al Reinert, Hironobu Sakaguchi y Jeff Vintar. Música: Elliot Goldenthal. Presentada por Columbia Tri-Star de Argentina. Duración: 105 minutos. Apta para todo público.
Nuestra opinión: buena.
Explicar, desmenuzar analíticamente y hasta calificar a "Final Fantasy" no es tarea sencilla debido a las fuertes contradicciones que ofrece: en términos de ritmo narrativo, de capacidad de estructuración de una trama mínimamente sólida y entretenida, esta versión cinematográfica del popular videojuego japonés homónimo se ubica entre los productos más didácticos y soporíferos que se hayan realizado en los últimos tiempos. Sin embargo, en el terreno técnico, en su aporte a la evolución del cine moderno, estamos en presencia de una película revolucionaria e insoslayable para todos aquellos que siguen de cerca el estado de las cosas en el mundo de la producción animada.
La apocalíptica historia de "Final Fantasy" (un grupo de científicos, con el apoyo de un puñado de valientes soldados, se enfrenta a un poder militar dictatorial por la forma en que se debe combatir a unos espectros alienígenas que invaden la Tierra) está ambientada en 2065 y, más precisamente, en una zona protegida dentro de una Nueva York devastada.
La película ofrece una mirada new age (está plagada de espíritus, fuerzas energéticas sanadoras y sueños premonitorios) y una bajada de línea antibélica, mientras bebe de múltiples referencias literarias -desde Asimov hasta el manga (historieta japonesa)- y cinematográficas, como "Alien", "Invasión" o "El abismo" y las vetas más solemnes de "2001, odisea del espacio" y "Solaris".
Logros notables
Pero, más allá de sus fallas argumentales, son sus notables logros formales los que hacen de "Final Fantasy" una película que, en la comparación, deja a otros productos similares como "Heavy metal" o "Titan A. E." en la prehistoria de la animación.
El resultado visual de los cuatro años y de los 140 millones de dólares invertidos por este equipo de animadores japoneses y estadounidenses que trabajaron en Hawai es extraordinario: cada parpadeo, cada movimiento de un cabello, cada mínima expresión facial ha sido trabajada con un grado de verosimilitud (de perfección) tal que ubican al film en una suerte de universo intermedio que no es cine de ficción, pero tampoco parece ser animación.
Las voces aportadas por Ming-Na (la doctora Aki Ross, heroína de la aventura), Alec Baldwin (el valiente capitán Gray Edwards), Donald Sutherland (el veterano y sabio doctor Sid), James Woods (el malvado general Hein) y otros conocidos intérpretes como Steve Buscemi y Ving Rhames alcanzan a otorgarles algo de pasión y de carnadura humana a personajes previsibles y unidimensionales.
Por eso, "Final Fantasy" deja la impresión de que, en el terreno de las imágenes generadas por computadora, el cine todavía tiene muchas agradables sorpresas para dar. Pero, en la supuesta amenaza que la creación de estos personajes digitales y virtuales podría representar para los actores de carne y hueso, las estrellas de Hollywood pueden quedarse tranquilas. Su histrionismo, su expresividad, su ductilidad, por el momento, son inimitables. Y sus multimillonarios cachets, por lo tanto, están a salvo.
Temas
Más leídas de Cine
Un grande de Hollywood en Mar del Plata. Jason Reitman: los próximos Oscar, Trump y el futuro del cine; "nadie sabe cómo ver una película"
Festival de Mar del Plata. Con un invitado extranjero que captó toda la atención y un estreno vertiginoso, el inicio tuvo más cine que política
Proyecto descartado. De qué se trataba la película de George Clooney y Brad Pitt, que fue cancelada