Argentina, 1985: aunque no sea la favorita, hay razones para creer en las chances de ganar el Oscar 2023
Con una narración clásica y una mirada universal sobre hechos de la historia política local que adquieren hoy singular relevancia, la película de Santiago Mitre capturó la atención de la Academia de Hollywood y recibió una nominación a mejor película internacional; la gran candidata en la categoría es la alemana Sin novedad en el frente
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Hace dos semanas, el triunfo de Argentina, 1985 como mejor película no hablada en inglés fue la noticia más inesperada de toda la ceremonia de entrega de los Globo de Oro. La inmensa mayoría de los pronósticos no había contemplado esa posibilidad. Hoy, en cambio, la confirmación de que la película de Santiago Mitre aparece entre las cinco nominadas para el Oscar a la mejor película internacional no sorprendió a nadie. Casi todos los analistas y expertos que en esta época del año tratan de anticipar con algún rigor y seriedad quiénes serán los ganadores en la temporada alta de premios de Hollywood la incluyeron en sus predicciones.
¿Qué pasó en el medio? ¿Cambiaron tanto las cosas en apenas 15 días? El Globo de Oro no suele ser el mejor predictor de los ganadores del Oscar, pero ese premio tan festejado logró instalar de la manera más concreta y visible aquello que desde las proyecciones más sólidas y mejor fundamentadas estuvo presente todo el tiempo: Argentina, 1985 se había convertido mucho antes de obtener esta nominación en uno de los grandes protagonistas de la temporada de premios.
Pocos títulos internacionales alcanzaron tanto vuelo y presencia en ese largo recorrido que arranca con la vidriera inicial de un puñado de grandes festivales internacionales (Venecia, San Sebastián, Toronto, Telluride, Nueva York) y continúa con los reconocimientos otorgados por asociaciones de críticos a lo largo y ancho de Estados Unidos y, lo más importante en este momento, también por instituciones equivalentes a la Academia de Hollywood en otros territorios.
Mucho antes de la semana de votación final para el Oscar, establecida este año entre el 2 y el 7 de marzo, ya se habrán entregado los Bafta (otorgados por la Academia británica) y los Goya (otorgados por la Academia española). En ambos casos, Argentina, 1985 aparece entre los cinco nominados finales, pero por sus alcances el premio que se otorgará en Londres resulta el más significativo, porque desde 2018 anticipa con exactitud lo que ocurrirá con el Oscar internacional. Repitieron sus triunfos la mexicana Roma, la surcoreana Parasite, la danesa Otra ronda y la japonesa Drive My Car.
Las nominaciones al Oscar internacional no son iguales este año a las que tiene el Bafta en la misma categoría (todavía llamada en este caso “película no hablada en inglés”). Las rivales de Argentina, 1985 en la búsqueda del premio máximo de Hollywood son Sin novedad en el frente (Alemania), Close (Bélgica), Eo (Polonia) y The Quiet Girl (Irlanda).
Las nominaciones al Bafta, conocidas el jueves último, muestran que la presencia de Sin novedad en el frente está lejos de acotarse al premio a la mejor película extranjera: es el título con mayor cantidad absoluta de nominaciones (14 en total), un número que además es récord en toda la historia de estos galardones. Este dato, sumado a los pronósticos que analistas y expertos actualizan de manera constante, colocan hoy a la remake alemana de un clásico del cine bélico como la favorita para llevarse el Oscar internacional.
Pero la categoría más global de los premios otorgados por la Academia de Hollywood comparte esta lógica con una historia pródiga en sorpresas, vuelcos inesperados y cambios de tendencias que nadie pudo anticipar. Sin ir más lejos, antes de convertirse en 2010 en la última ganadora argentina del Oscar al que aspira desde hoy la película de Santiago Mitre, El secreto de sus ojos tenía muy pocas chances en la mayoría de los pronósticos previos, que daban por seguro el triunfo de La cinta blanca, de Michael Haneke.
En el momento de aquel histórico triunfo eran los estudios, los productores y los distribuidores internacionales quienes llevaban adelante las perseverantes acciones de difusión de las películas nominadas para que el clásico “For Your Consideration” de los afiches promocionales atrajera el interés de sus potenciales votantes, los miembros de la Academia de Hollywood.
Hoy, una década después, buena parte de esa misma carrera está ahora en manos de las grandes plataformas de streaming, que desde hace algunos años sueñan con la conquista del Oscar como símbolo del cambio histórico del que se sienten máximas protagonistas. Y lo que se ve detrás de las aspiraciones de Sin novedad en el frente y Argentina, 1985, es la presencia de dos poderosos nombres que respaldan a pleno a sus respectivas candidatas, Netflix y Amazon.
Hoy salta a la vista que la superproducción alemana, que expone a partir de sus descarnadas imágenes de la Primera Guerra Mundial un alegato pacifista, es la gran apuesta de la “N” roja en la competencia del Oscar para esta temporada. Así ocurrió en el pasado, ininterrumpidamente desde 2019, con Roma, El irlandés, Mank y El poder del perro. Y desde esta perspectiva se espera un poderoso respaldo institucional a una campaña que se sostiene desde el respaldo generalizado de la crítica internacional y el reconocimiento al mérito en distintas facetas de su producción a través de candidaturas como las que acumula en los Bafta 2023.
No puede soslayarse, por supuesto, el dispositivo igualmente poderoso de respaldo que aporta Amazon al tramo más importante y decisivo de la carrera por el Oscar que acaba de comenzar para Argentina, 1985. Pero las chances de nuestra representante nacen precisamente de aquellos factores que desde su estreno mundial en Venecia la convirtieron en una de las películas del circuito internacional más comentadas de esta temporada.
Más de un crítico europeo lamentó en el último tramo de 2022 que Argentina, 1985 no tuviera el reconocimiento que se merecía en el reparto de premios del Festival de Venecia, sobre todo por el lado del guion. Ese aspecto del film, junto con las actuaciones (sobre todo la de Ricardo Darín), llevó a que el interés por la película comenzara a extenderse en círculos especializados antes del estreno masivo, simultáneo y global en streaming.
En nuestro país, en tanto, los cines se llenaban para ver Argentina, 1985 y se sucedían entusiastas y a veces acalorados debates sobre el tiempo histórico reflejado por la película alrededor del histórico Juicio a las Juntas. Fuera de nuestras fronteras, y sobre todo en el mundo anglosajón, la película encontró un eco suficientemente fuerte en cuanto al alcance universal de su planteo como para llegar sin problemas a la comprensión directa de una audiencia internacional.
“Esta es una película que habla del presente y de la necesidad de preservar la democracia”, suelen decir Santiago Mitre y los otros artífices del film cada vez que lo acompañan en presentaciones especiales o entregas de premios en distintos lugares del mundo. No es difícil conectar la trama histórica de Argentina, 1985 con algunos acontecimientos relevantes de la agenda internacional de más candente actualidad (el ataque de manifestantes ocurrido hace poco en Brasilia es el ejemplo más claro) y esa sensibilidad sin dudas refuerza el interés por ver la película fuera de nuestras fronteras.
A esta dimensión hay que sumarle otra no menos importante porque no estamos hablando de un premio cualquiera. Aunque en los últimos años haya adquirido por la propia dinámica de la fase actual de la industria del cine un perfil cada vez más internacional, el Oscar pertenece a la industria de Hollywood, por lo que tiene un lugar de referencia muy preciso en términos geográficos y culturales para reconocerse. El canon de esa identidad sigue siendo el modelo clásico de narración y producción del cine estadounidense, y de todas las nominadas a mejor película internacional este año quien mejor lo representa es Argentina, 1985.
La configuración de un héroe a la usanza tradicional de ese cine y la referencia a las películas de juicio son dos de los factores que contribuyen, desde esta perspectiva, a que pueda extenderse una ola favorable hacia la película entre sus potenciales votantes. Por todo eso, aunque hoy no sea vista como la favorita, hay razones de sobra para creer en las chances de Argentina, 1985 en el tramo definitivo de la carrera por el Oscar internacional.
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