Por qué hay que volver a visitar el Museo del Cine
El renovado espacio ofrece un recorrido por la historia de la cinematografía nacional
Ayer se realizó la reapertura oficial del Museo del Cine Pablo C. Ducrós Hicken después de una renovación de su sede en la Usina del Arte. La institución fue creada en 1971, a partir de la donación de la viuda de Ducrós Hicken de los aparatos cinematográficos de su marido, pero enfrentó durante años muchos obstáculos para convertirse en un espacio óptimo para la preservación, investigación y difusión de la historia del cine argentino.
El renovado museo, que dirige la investigadora y profesora Paula Félix-Didier, tiene una nueva sala de proyecciones, con su capacidad de auditorio duplicada, butacas nuevas y una cabina modernizada, en la que se podrá proyectar en 35mm, 16mm y digital. Más allá de esta y otras necesarias modificaciones, como las de seguridad y climatización el edificio, uno de los cambios más importantes es el del proyecto curatorial, que propone ahora como muestra permanente un recorrido histórico por la cinematografía nacional.
El visitante entra al edificio y se encuentra con gigantografías de fotos en blanco y negro, que ya lo transportan a otras eras del cine argentino. El recorrido comienza por los inicios y va avanzando en el tiempo, presentando objetos relacionados con distintos aspectos de la producción. Hay cámaras, como la utilizada en el rodaje de Nobleza gaucha; afiches, que van desde el de Tango!, la primera película sonora argentina, hasta el de Relatos salvajes; bocetos de escenografía y vestuario; trajes utilizados en films de distintas épocas; y revistas que fueron acompañando el crecimiento del cine nacional, desde Set hasta El amante.
Los objetos en exposición se complementan con textos explicativos y con la incorporación de dispositivos electrónicos interactivos y proyecciones que permiten ver y escuchar diversos clips. También hay una sección especial dedicada a la censura que azotó al cine argentino, que incluye la exhibición de guiones y documentos censores originales del Ente de Calificación cinematográfica.
A la muestra permanente se suman las temporarias como la que se presenta actualmente centrada en Gori Muñoz, escenógrafo español radicado en la Argentina en 1939, de quien se exhiben bocetos originales que realizó para clásicos como Las aguas bajan turbias y Rosaura a las diez, entre otros materiales.
Este viaje en el tiempo del cine argentino se puede realizar de martes a viernes, de 11 a 18, y sábados, domingos y feriados, de 10 a 19, en Agustín R. Caffarena 51, La Boca.
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