Pese al conflicto por su distribución, Argentina, 1985 apuesta a que su voz universal la convierta en el estreno más importante del año
El film de Santiago Mitre, protagonizado por Ricardo Darín y Peter Lanzani, se estrena en apenas el 30 por ciento de los cines del país; el 21 de octubre, en tanto, llegará a Amazon Prime Video
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Argentina, 1985 será la película más vista en los cines de nuestro país durante el próximo fin de semana a pesar de estar disponible, a partir de hoy, en el 30 por ciento de las pantallas dentro de nuestro territorio. Las principales cadenas locales de exhibición (Hoyts, Cinemark, Showcase, Cinépolis) decidieron no programarla por diferencias insalvables con la plataforma Amazon Prime Video, que al haber confirmado su lanzamiento global en streaming el 21 de octubre dejó solo tres semanas de margen para la proyección exclusiva en salas, lapso considerado insuficiente por los dueños de esos cines.
En consecuencia, los espacios de mayor convocatoria del mercado local quedarán al margen de la presentación de la película argentina más importante del año, convertida cada vez más en un acontecimiento por las resonancias políticas del tema que allí se narra (una versión ficcionalizada de los hechos reales ocurridos alrededor del histórico Juicio a las Juntas impulsado durante el gobierno de Raúl Alfonsín) y por otros factores, como la confirmación el lunes pasado de que será la representante argentina en la próxima carrera por el Oscar a la mejor película internacional. A la vez, también está previsto el estreno de la película este viernes 30 en salas de Estados Unidos (dos cines de mucha significación histórica como el Angelika Film Center de Nueva York y el Laemmle Royal de Los Ángeles) y de España.
Quienes se entusiasman con la repetición de ciertos hechos y ciclos históricos recuerdan por estas horas que la última película nacional de alto perfil y auspiciosa proyección internacional que obtuvo el Oscar fue El secreto de sus ojos (2010), cuyo estreno en los cines argentinos se hizo a través de una distribuidora independiente, la ya desaparecida Distribution Company. Desde ese momento, fueron siempre las filiales de los grandes estudios internacionales las que se ocuparon de esa tarea en el caso de todas las producciones locales de mayor perfil.
Hasta que se planteó la controversia sobre los plazos de estreno exclusivo en los cines de Argentina, 1985 y Sony, que originalmente iba a distribuirla en el ámbito local, prefirió quedar al margen. Amazon no estaba dispuesta a ampliar la exigua ventana de tres semanas de exclusividad en los cines antes de estrenarla en su plataforma y las cadenas de exhibición tampoco aceptaban modificar el virtual acuerdo establecido desde hace un tiempo con las majors para que los estrenos permanecieran al menos 45 días en los cines antes de llegar al streaming.
La tarea quedó entonces en manos de la distribuidora independiente local Digicine, que ya se aseguró para este jueves el lanzamiento en 234 salas de todo el país, el 26,99 por ciento del total actual (867) de las pantallas de cine en funcionamiento.
Todas las salas independientes que funcionan al margen de las cuatro grandes cadenas multipantallas de exhibición en la Argentina se pusieron a disposición de Argentina, 1985 y la proyectarán en las 22 provincias y la Ciudad de Buenos Aires desde este jueves. Algunos de estos complejos dispondrán de entre tres y cuatro de sus salas (como el Multiplex Belgrano, el Atlas Caballito, el Cinema Devoto y el Patio Bullrich) para la proyección simultánea a partir de una demanda muy significativa de compra anticipada de entradas. En algunos casos, como el de la cadena Atlas, con cifras (más de 11 mil tickets) que superaron en ese sentido las que se registraron con tanques como Spider Man: sin camino a casa.
Los distribuidores locales ya proyectan informalmente un piso de 90 mil tickets vendidos para el fin de semana. Esta cifra conservadora, que podría para algunos analistas ser bastante más alta, asegura una continuidad en las salas que superaría las tres semanas de exclusividad y la podría mantener en cartel aún cuando ya pueda verse directamente en streaming. Los observadores más avezados de la industria local destacan también que las películas argentinas no suelen consolidar su público de inmediato sino por lo general después de un período de decantación de un par de semanas, a partir del cual se sostienen e inclusive crece el interés por verlas.
Hay, por ejemplo, 43 ciudades de la provincia de Buenos Aires que exhibirán desde hoy la película, al igual que 21 en Córdoba, 11 en Entre Ríos, 10 en Santa Fe y 7 en Mendoza y Chubut. “Soy un fanático del cine. Y sobre todo de ver cine en las salas como experiencia compartida. Más allá de que esta película fue trabajada desde el principio con Prime Video, siempre tuvo la aspiración de ser exhibida en pantalla grande. La gente que quiera verla en el cine va a poder hacerlo y la que no, por el motivo que fuera o porque se acostumbró a ver cine en su casa, también tiene la posibilidad de verla en una plataforma. La película va a tener toda la llegada que igual hubiese tenido en otras circunstancias”, dijo a LA NACION Santiago Mitre, el director de Argentina, 1985.
Actual y universal
La expectativa por el estreno de la película fue creciendo también de manera inesperada por las conexiones, mezcla entre azares y destinos, entre su trama y ciertos episodios de la actualidad política más candente. “La película se vuelve más actual de lo que hubiésemos imaginado y lamentablemente muy actual en un sentido. A nadie le gusta ver que aparezca ese odio en la sociedad y que hayan regresado estos hechos violentos que creíamos desterrados”, señaló Mitre al citar, por ejemplo, el ataque armado contra la vicepresidenta Cristina Kirchner.
Argentina, 1985, tiene como protagonistas a Ricardo Darín y Peter Lanzani personificando, respectivamente, al fiscal Julio César Strassera y a su adjunto, Luis Moreno Ocampo, encargados de la acusación contra las cúpulas del poder militar por los crímenes de terrorismo de Estado cometidos durante la última dictadura en el juicio que la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional Federal llevó adelante en 1985.
Mitre dijo que él y Mariano Llinás, autores del guion, se hicieron varias veces mientras preparaban la película dos preguntas: qué es un héroe y cómo se trabaja esa figura en términos narrativos. “Es innegable la condición heroica del juicio y el modo en que Strassera enarbola allí esa figura. Pero a la vez queríamos trabajar con la idea de un héroe cercano, falible, muy humano. Había que construir un héroe muy de a pie, muy cercano, que también se conectara con cierto clasicismo cinematográfico. El del héroe a su pesar, el héroe que rechaza esa condición o no se siente cómodo en ese lugar”, precisó.
“En términos de Strassera –agregó Darín a LA NACION-, hay un arco que se cumple a lo largo de la historia que lo tiene inicialmente con la autoestima muy baja. Él sostiene incluso en la mitad del proceso que no es la clase de hombre que puede llevar adelante este juicio”. Y agrega que el encuentro con Moreno Ocampo, su mirada renovadora y la convicción de que puede lograr el acompañamiento de la clase media lo llevan a recuperar la confianza y creer en la posibilidad misma de llevar adelante un juicio que hasta allí le parecía “una locura”.
Darín dijo algo más sobre el cambio de perspectiva que vive Strassera, relacionado con su historia familiar. “Por lo menos así lo describimos en esta historia, que vale recordar que está ficcionada. Hay situaciones que a lo mejor no se ajustan a la realidad de lo que ocurrió, pero que a nosotros nos sirvieron para contar esta historia. La postura de su mujer y básicamente de sus hijos fueron un elemento de empuje para él. Un gran estímulo. A partir de ellos y del encuentro con Moreno Ocampo las cosas cambiaron. Strassera es un escéptico. Y hasta ese momento estaba absolutamente descreído”, puntualizó.
Con Moreno Ocampo no pasaba lo mismo, admite Lanzani, para quien el personaje que interpreta se da cuenta de que el juicio “también hay que ganarlo en la calle”. El actor destaca que dos figuras con personalidades bien distintas consiguen a partir de ellas sumar fuerzas para lograr el objetivo de llevar adelante el juicio. “Moreno Ocampo –agregó Lanzani- siempre estuvo muy convencido de que el juicio era una gran oportunidad para él. Su madre le da en un momento un respaldo fundamental porque, según piensa, si él no convencía a la clase media alta nunca iba a tener la legitimidad que el juicio necesitaba”.
“No hay que olvidar –subrayó Darín- que mientras ocurrían esas cosas los dos están enfrentándose a poderes muy fuertes que no habían perdido vigencia. De ahí la incertidumbre en saber si el juicio se iba a llevar adelante o no. Mucha gente, aún confiando en eso, tenía temores de algo ocurriera en el medio. Es muy difícil transmitir la sensación térmica de un contexto cuando no fue vivido. Esta película creo que consigue transmitirlo y también hace bien en no ponerse truculenta en esa función”.
Para Mitre, la Argentina de 1985 vivía una democracia todavía muy joven que recién empezaba a construirse: “La manera en la que se hizo el juicio desde el vamos implicó un coraje cívico enorme en términos históricos. Haber enjuiciado a los dictadores a un año de haber terminado esa experiencia, con militares todavía poderosos, con dictaduras todavía gobernando la región, fue un hecho arriesgado y muy valiente. Eso lo encauzó primero Alfonsín con el decreto que construyó las condiciones para el juicio. Pero luego fueron personas las que lo hicieron”.
Darín llevó esa sensación también a la actualidad. “La película llama muy fuertemente a la reflexión, sobre todo a la luz de lo que sigue ocurriendo históricamente con nosotros. Creo que Argentina, 1985 nos empuja necesariamente a mirar hacia adentro, a revisar cuáles son nuestras convicciones y nuestros valores, qué es lo que está bien y lo que está mal”.
El recuerdo de lo vivido por la película en su paso por los festivales de Venecia y San Sebastián resuena con fuerza en sus protagonistas. “Fue muy lindo, increíble, emocionante. Era la primera vez que mostrábamos la película con público y pudimos comprobar que podía dialogar muy bien con personas de otras nacionalidades. Me dí cuenta de que este hecho, que parece tan argentino, lleva a gente de otros países a reflexiona sobre lo que fue la post-dictadura o la transición democrática en esos lugares, y los moviliza de una manera tan fuerte como a nosotros. El clasicismo del que hablaba nos permitió también plantear la historia con un lenguaje más bien directo, casi cristalino, lo que además la vuelve una pelicula más universal. No hace falta entender demasiado de la historia argentina reciente para poder conectarte y emocionarte con lo que pasa en la película”, recordó Mitre, que este mismo jueves de estreno emprende un nuevo viaje a Europa, esta vez para acompañar la presentación de Argentina, 1985 en el Festival de Zurich.
“En lo personal –agregó Darín-, sentí en esos festivales que se terminó la incertidumbre y saber si el relato llegó adonde nosotros queríamos que llegara. Tenemos la tranquilidad ahora de comprobar que la historia funciona. Y también me siento orgulloso del nivel interpretativo que tiene la película”.
La confirmación de que la película representará a nuestro país en la búsqueda del próximo Oscar internacional le devolvió a Mitre algunas sensaciones originales. “Esta es una película sobre la reconstrucción y la consolidación de la democracia, y sobre cómo se reparan las heridas a través de actos de justicia que pueden unir a la sociedad a través de algo indudablemente justo, imperecedero. En ese sentido es una película universal, que se comunica con una necesidad del presente. Ojalá podamos participar de ese premio y de cualquier otro que nos permita amplificar esta mirada”, sostuvo.
“Me puedo equivocar –completó Darín-, pero intuyo que a pesar de haber vivido hasta ahora cosas muy fuertes con esta película, lo más fuerte está por venir. Nos salimos de la vaina por saber cómo va a llegar a nuestra gente”. Todos esperan con optimismo los números de taquilla del primer fin de semana. Y la proyección de estas cifras también auguran que Argentina, 1985 será la película nacional más convocante del año en los cines de nuestro país.
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