Pesadillas a ojos abiertos
Llega El niño de barro , debut del español Jorge Algora
Hace cinco años, Jorge Algora llegó a la Argentina para participar de una semana de cine gallego con su documental Tierra de náufragos . Entre las muchas propuestas que surgieron de un posterior encuentro del programa europeo Al-Invest, estaba la sinopsis de un relato de suspenso cuya excusa argumental era la misteriosa figura de Cayetano Santos Godino, un chico que, dos años después de las fiestas del primer centenario patrio, y casi al mismo tiempo que se hundía el Titanic, se convirtió en un feroz asesino serial. Por cuatro años, Godino mantuvo en vilo a los porteños, preocupados por la seguridad de sus hijos, y ocupada a la policía, impotente frente a su misterio. Mejor conocido por su alias "el Petiso Orejudo", tenía una particularidad: sus víctimas eran niños.
Finalmente, España y la Argentina se unieron para respaldar El niño de barro, que acaba de presentarse en el bloque de nuevos realizadores del Festival de Montreal, y mañana estrena aquí Buena Vista. Por un lado Adivina Producciones, Iroko Films, Castelao Producciones y Televisión de Galicia; por el otro Patagonik y Pol-ka, con el apoyo de entes oficiales bilaterales (el Incaa argentino, el ICAA español, el ICIC catalán y el CGAI gallego), además de los programas Raíces e Ibermedia. Si bien Algora es madrileño por nacimiento, es gallego por elección, y ha dirigido numerosos documentales. Sin embargo, fueron los cien episodios de la serie Galicia visual los que le valieron un amplio reconocimiento en su país.
En su primer largometraje de ficción, Algora y los guionistas Christian Busquier y Héctor Carré cuentan la historia de un humilde niño de diez años que esconde un secreto. Dice sufrir alucinaciones, pesadillas a ojos abiertos, un oscuro lugar de la memoria en el que es testigo de brutales asesinatos. Estela, su madre, con el apoyo de un forense de la policía, trata de encontrar una explicación racional a las visiones y de esa forma terminar con el escepticismo del comisario impotente frente a una serie de asesinatos que parecen relacionarse cada vez más con esas visiones.
El elenco de esta producción cuyos exteriores fueron rodados en San Antonio de Areco está encabezado por los españoles Maribel Verdú y Chete Lera, y los argentinos Daniel Freire, César Bordón, Sergio Boris, Rolly Serrano, Oscar Alegre, Abel Ayala y el pequeño Juan Ciancio, protagonista del cortometraje La familia de Roque , ganador este año del certamen Uncipar, en Villa Gesell. La dirección de arte y el vestuario, rubros que requirieron un especial cuidado, estuvieron a cargo de Mariela Repodas y Cecilia Monti, en tanto que la música, de Nani García, incluye como tema principal El pequeño paria , por Daniel Melingo.
Tomar conciencia
"Me gustan los thrillers y las historias de asesinatos", confesó Algora, de paso por Buenos Aires, a LA NACION. "Me parecía -explica- que todas las historias de este tipo empezaban a repetirse en cuanto a temáticas, perfiles de asesinos, por ser un género demasiado explotado. Que en este caso el asesino fuese un niño, igual que sus víctimas, me llamó mucho la atención."
-¿Por qué?
-Me preocupaban las películas sobre maltrato de género y fui consciente de que cuando el cine empezó a abordarlo, la sociedad empezó a tomar conciencia de este tipo de cosas. Me daba la sensación de que el cine mundial no tocaba el tema del asesinato de niños, mientras los periódicos sí lo hacían. Evidentemente, se trata de una realidad demasiado cruda. Nadie se atrevía a cruzar la frontera. Este guión ofrecía el distanciamiento por la época. Con el amparo del hecho real, que justificaba dar ese salto, y porque la época lejana impediría que el espectador terminara por irse de la sala. En esa época puedes imaginarte otra realidad, un universo donde todo puede ocurrir y donde este tema podía abordarse de una manera diferente. Me interesó hacer crecer esta relación fantástica en víctima y victimario, de relatos paralelos, sin necesidad de mostrar esos asesinatos. Siempre me ha dado miedo lo onírico, y aquí hay mucho de onírico. Es muy efectivo.
-Hay un deliberado tono ocre en todo el film
-Un espacio oscuro, negro, de noche: la paleta está entre ocres y verdes Sólo el asesino lleva una camiseta roja, que da un poco de color a su tremenda oscuridad
-Entonces, ¿cuál es el tema?
-Es una película sobre la marginación y el abuso, la impotencia que sientes cuando la policía no actúa, la misma de las mujeres maltratadas, y la que siente el niño protagonista, que cuando intenta liberarse de su asesino parece que no podrá hacerlo. Hay realidades sociales muy crudas, que quieren avasallarnos, que son muy difíciles de modificar. Creo que mi idea es la de provocar al espectador para que salga del cine diciendo: "Esto no puede ser; hay que cambiarlo".